Con el advenimiento de las redes sociales, apenas hace diez años,
particularmente con el uso masivo de Facebook, que fuera fundada en la Universidad de Harvard
por Mark Zuckerberg, el 4 de febrero de
2004 y que al día de hoy cuenta con más de
1,200 millones de usuarios y está disponible en 110 idiomas, en todo el
mundo, la forma de comunicarnos los seres humanos ha cambiado. En sus inicios, Facebook, era un sitio para estudiantes de la
Universidad de Harvard, que se abrió a
cualquier persona con una cuenta de correo electrónico, y que como dije ha
venido a cambiar la forma de conocernos y relacionarnos los seres humanos. 

Si
todo lo anterior es bueno o malo sólo el tiempo lo dirá; mientras tanto, hoy
por hoy, tenemos que vivir en el mundo de las redes sociales, particularmente de Facebook. Para mí ha sido
sencillamente maravilloso. Usando esta
red algunos nos ‘conectamos’ una o más veces al día, manteniendo así
contacto con muchos amigos, de este y otros países. Por ejemplo, me comunico
con un primo, científico, destacado a nivel mundial, que trabaja en Arabia
Saudita o con unos primos Sevillanos y así con muchos ‘amigos’. 

La
gran mayoría de estos ‘amigos’ de Facebook no nos conocemos y probablemente
nunca nos conoceremos; sin embargo, diariamente intercambiamos noticias,
información, fotografías, videos y algunas de estas comunicaciones e
intercambios llevan a discusiones, algunas con verdaderos eruditos y otras con
personas normales aunque también se cuelan impertinentes y patanes, a más de
alguno he bloqueado por soeces. Esto último sucede por discusiones con
personas ideológicamente fanatizadas y con reducido cociente intelectual o con
muy pobre educación que ante la carencia de argumentos recurren al insulto. Gajes de la libre emisión de pensamiento.
Dentro de los temas que en los últimos meses han provocado acaloradas discusiones están los acontecimientos del Medio Oriente
así como la controversia que ha generado la ‘Ley para la Protección de
Obtenciones Vegetales’ que la mayoría de los que la objeta no la han leído.

Pero esto es lo que está de moda, y además hay temas permanentes de
discusión como los deportes, la política y la religión.

En cuanto a la religión hay una serie de impertinentes que acosan
con ‘estampitas’ de Jesús, la
Virgen, los Ángeles y los Santos. En el tema de Dios opinan y pontifican y la
mayor parte de las veces son semianalfabetas que recuren a mentiras y falacias.
Intempestivamente paré discutiendo con una buena señora cuya máxima
argumentación para probar la teoría del creacionismo ante el de la evolución fue:
‘…que hasta Einstein era partidario del creacionismo’. ‘Que Einstein no era ateo y que era fiel
creyente de Dios’. 

Esto me trajo a la mente algunas cosas como la respuesta que diera sobre Dios Stephen Hawking, el físico teórico,
astrofísico, cosmólogo, galardonado con 11 doctorados y la Orden del Imperio Británico,
considerado el científico más grande del
mundo, en su primera visita a Estados Unidos, ya que el
Presidente de ese país nombró a la famosa
actriz Shirley MacLaine, para atenderlo y en una recepción al científico
la actriz le preguntó: ‘Podría
usted decirme si Dios existe’ a lo que el sabio contestó: ‘Ese dios
en el que usted cree y está pensando, lamento decirle que no, ese dios no
existe’. Y en cuanto a Albert Einstein investigué y pude concluir que Einstein
se declaró agnóstico y dijo que
creía en el dios «panteísta» de Baruch Spinoza, pero no en un dios personal,
una creencia que criticó. Einstein pues nunca pudo ser creacionista. ¿Capisci?