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Los riesgos del constante ritmo de endeudamiento

Redacción República
11 de septiembre, 2014

El ministerio de finanzas ya ha formulado el proyecto del presupuesto general de ingresos y egresos de la nación para 2015 y el monto es de Q. 71,840.8 millones.  El presupuesto para 2013  fue de Q. 59,547 millones y fue el mismo para 2014 en virtud de que el congreso no aprobó el presupuesto que planteó finanzas para este año. Lo más llamativo del proyecto es que los ingresos fiscales que el gobierno proyecta son Q. 52,430 millones.

  La gran brecha sería compensada con deuda pública.  De ser así, la deuda pública alcanzaría el 26% del producto interior bruto del país. Sin embargo no deberíamos guiarnos exclusivamente por el nivel de deuda con relación al PIB sino con relación a los ingresos fiscales, ya que ello representa la capacidad de pago del gobierno para honrar la deuda. 
 En ese sentido la deuda pública para 2015 sería equivalente al 242% de los ingresos fiscales del Estado. El ritmo de endeudamiento comienza a ser preocupante.  Hace solo seis años el nivel de deuda representaba el 20% del PIB y hoy es casi el 26%.   
 Quizá ayude al lector a dimensionar el problema que de acuerdo a las proyecciones de Prensa Libre el monto que cada guatemalteco debía pagar para honrar la deuda pública en 2005 eran Q.3,428.10 y hoy harían falta Q.7,013.90. Deberíamos plantearnos qué pasaría si Guatemala mantiene este ritmo de endeudamiento. 
 

 En ese caso el escenario previsible sería pensar que en los próximos años Guatemala sea incapaz de honrar sus obligaciones y en consecuencia caigamos en default. No es un escenario descabellado si consideramos que el gobierno no tiene la capacidad de recaudación suficiente para cumplir sus obligaciones.  
Tampoco tiene la capacidad de incrementar la recaudación en virtud de que la base es muy reducida.  En un estudio publicado en este medio se hizo constar que solo el 25% de la población económicamente activa paga el ISR.  El resto no paga este tributo porque está en la informalidad.   
Tampoco puede el gobierno incrementar el tipo impositivo sin mermar al sector productivo.  Ya incrementó la presión fiscal en 2012 y la recaudación no aumentó.  Si bien es vital integrar al sector informal a la legalidad, esto solo puede lograrse estableciendo un esquema tributario más acorde a la capacidad de generación del sector productivo. Sea como sea el gobierno no puede generar ingresos suficientes para mantener este ritmo de endeudamiento. De caer en default la situación implicaría que a Guatemala se le cerrarían todas las líneas de crédito internacionales y con ello Guatemala tendría que conformarse con su producción local.
 Ello traería una fuerte escasez de bienes esenciales que actualmente se importan tales como alimentos y otros insumos.  Las salidas a los default son menos alentadoras y generalmente acaban con la destrucción de la estabilidad monetaria de los países.  Véase el caso de Argentina y el histórico default de la URSS en la década de los 1910.

Los riesgos del constante ritmo de endeudamiento

Redacción República
11 de septiembre, 2014

El ministerio de finanzas ya ha formulado el proyecto del presupuesto general de ingresos y egresos de la nación para 2015 y el monto es de Q. 71,840.8 millones.  El presupuesto para 2013  fue de Q. 59,547 millones y fue el mismo para 2014 en virtud de que el congreso no aprobó el presupuesto que planteó finanzas para este año. Lo más llamativo del proyecto es que los ingresos fiscales que el gobierno proyecta son Q. 52,430 millones.

  La gran brecha sería compensada con deuda pública.  De ser así, la deuda pública alcanzaría el 26% del producto interior bruto del país. Sin embargo no deberíamos guiarnos exclusivamente por el nivel de deuda con relación al PIB sino con relación a los ingresos fiscales, ya que ello representa la capacidad de pago del gobierno para honrar la deuda. 
 En ese sentido la deuda pública para 2015 sería equivalente al 242% de los ingresos fiscales del Estado. El ritmo de endeudamiento comienza a ser preocupante.  Hace solo seis años el nivel de deuda representaba el 20% del PIB y hoy es casi el 26%.   
 Quizá ayude al lector a dimensionar el problema que de acuerdo a las proyecciones de Prensa Libre el monto que cada guatemalteco debía pagar para honrar la deuda pública en 2005 eran Q.3,428.10 y hoy harían falta Q.7,013.90. Deberíamos plantearnos qué pasaría si Guatemala mantiene este ritmo de endeudamiento. 
 

 En ese caso el escenario previsible sería pensar que en los próximos años Guatemala sea incapaz de honrar sus obligaciones y en consecuencia caigamos en default. No es un escenario descabellado si consideramos que el gobierno no tiene la capacidad de recaudación suficiente para cumplir sus obligaciones.  
Tampoco tiene la capacidad de incrementar la recaudación en virtud de que la base es muy reducida.  En un estudio publicado en este medio se hizo constar que solo el 25% de la población económicamente activa paga el ISR.  El resto no paga este tributo porque está en la informalidad.   
Tampoco puede el gobierno incrementar el tipo impositivo sin mermar al sector productivo.  Ya incrementó la presión fiscal en 2012 y la recaudación no aumentó.  Si bien es vital integrar al sector informal a la legalidad, esto solo puede lograrse estableciendo un esquema tributario más acorde a la capacidad de generación del sector productivo. Sea como sea el gobierno no puede generar ingresos suficientes para mantener este ritmo de endeudamiento. De caer en default la situación implicaría que a Guatemala se le cerrarían todas las líneas de crédito internacionales y con ello Guatemala tendría que conformarse con su producción local.
 Ello traería una fuerte escasez de bienes esenciales que actualmente se importan tales como alimentos y otros insumos.  Las salidas a los default son menos alentadoras y generalmente acaban con la destrucción de la estabilidad monetaria de los países.  Véase el caso de Argentina y el histórico default de la URSS en la década de los 1910.