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Salario mínimo: Lo mismo de siempre…

Redacción
09 de enero, 2015

Hace unos cuantos días se anunció el salario mínimo para el 2015. De esta cuenta el salario que como mínimo debe percibir un trabajador para estar en el sector formal al mes es de Q.2,394.40. Esto representa un aumento del 4.76% con relación al salario fijado para 2014.

Las discusiones que se ventilan alrededor del tema del salario van, a mi juicio, por la senda equivocada. El concepto es errado desde la propia legislación ya que el Código de Trabajo señala que la canasta básica debe ser la guía para la fijación del salario mínimo. En realidad el costo de la canasta básica nada tiene que ver con el salario que se paga al trabajador.

Lo que sí determina cuán alto o cuán bajo será el salario del trabajador es la productividad marginal del trabajo, como dicen los economistas. Esto quiere decir que el salario será mayor en la medida que el trabajador produzca más bienes o bienes más valiosos con el fruto de su trabajo.

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No hay otra forma de aumentar los salarios que aumentando la inversión (bienes de capital). Como consecuencia de ello la mano de obra se vuelva más escasa y más productiva. Esto explica porque un jardinero en Cobán gana $5.00 por cortar el césped valiéndose de un machete a lo largo de una jornada de seis horas como mínimo, mientras que un guatemalteco en Estados Unidos gana $8.00 por hora por podar el jardín de un americano con una podadora eléctrica. Menos esfuerzo y más remuneración. ¿Por qué? En Estados Unidos la cantidad de dólares invertidos por habitante es mucho mayor que en Guatemala.

Si el ejemplo le suena muy alejado de su vida cotidiana piense por un minuto en la diferencia salarial que existe entre la provincia y la capital. Intente contratar a una empleada doméstica por Q.600.00 en ciudad de Guatemala y no conseguirá a nadie. En la provincia, por otra parte, por ese salario no solo conseguirá una empleada doméstica sino que encontrará a mucha gente que gana mucho menos que en la ciudad de Guatemala. Verá cómo un dependiente de una tienda gana Q.800.00 en la provincia y el salario mínimo en la capital.

El salario al fin de cuentas es un coste que el empleador debe ser capaz de remunerar y en la medida que la ley estipule salarios (costos) más altos menor será la cantidad de empleos que se podrán ofrecer. No hay forma alguna de incrementar los salarios por decreto. El salario mínimo para 2015 está destinado a arruinar a los más necesitados confinándolos al trabajo informal. El salario mínimo es simplemente irreal para las condiciones económicas de nuestro país.

Lamentablemente, por ignorancia mucha gente piensa que el bienestar de los trabajadores depende de la benevolencia de las autoridades para fijar un salario mínimo alto. Este es un mito especialmente propagado en países pobres. Es por ello que resulta absurdo que el salario mínimo de Guatemala sea $345.00 y en Colombia sea $271.00 el ingreso per cápita de ese país es mucho mayor. O que no decir de Suiza, cuyos ciudadanos gozan de un altísimo nivel de vida y donde no hay salario mínimo.

Salario mínimo: Lo mismo de siempre…

Redacción
09 de enero, 2015

Hace unos cuantos días se anunció el salario mínimo para el 2015. De esta cuenta el salario que como mínimo debe percibir un trabajador para estar en el sector formal al mes es de Q.2,394.40. Esto representa un aumento del 4.76% con relación al salario fijado para 2014.

Las discusiones que se ventilan alrededor del tema del salario van, a mi juicio, por la senda equivocada. El concepto es errado desde la propia legislación ya que el Código de Trabajo señala que la canasta básica debe ser la guía para la fijación del salario mínimo. En realidad el costo de la canasta básica nada tiene que ver con el salario que se paga al trabajador.

Lo que sí determina cuán alto o cuán bajo será el salario del trabajador es la productividad marginal del trabajo, como dicen los economistas. Esto quiere decir que el salario será mayor en la medida que el trabajador produzca más bienes o bienes más valiosos con el fruto de su trabajo.

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No hay otra forma de aumentar los salarios que aumentando la inversión (bienes de capital). Como consecuencia de ello la mano de obra se vuelva más escasa y más productiva. Esto explica porque un jardinero en Cobán gana $5.00 por cortar el césped valiéndose de un machete a lo largo de una jornada de seis horas como mínimo, mientras que un guatemalteco en Estados Unidos gana $8.00 por hora por podar el jardín de un americano con una podadora eléctrica. Menos esfuerzo y más remuneración. ¿Por qué? En Estados Unidos la cantidad de dólares invertidos por habitante es mucho mayor que en Guatemala.

Si el ejemplo le suena muy alejado de su vida cotidiana piense por un minuto en la diferencia salarial que existe entre la provincia y la capital. Intente contratar a una empleada doméstica por Q.600.00 en ciudad de Guatemala y no conseguirá a nadie. En la provincia, por otra parte, por ese salario no solo conseguirá una empleada doméstica sino que encontrará a mucha gente que gana mucho menos que en la ciudad de Guatemala. Verá cómo un dependiente de una tienda gana Q.800.00 en la provincia y el salario mínimo en la capital.

El salario al fin de cuentas es un coste que el empleador debe ser capaz de remunerar y en la medida que la ley estipule salarios (costos) más altos menor será la cantidad de empleos que se podrán ofrecer. No hay forma alguna de incrementar los salarios por decreto. El salario mínimo para 2015 está destinado a arruinar a los más necesitados confinándolos al trabajo informal. El salario mínimo es simplemente irreal para las condiciones económicas de nuestro país.

Lamentablemente, por ignorancia mucha gente piensa que el bienestar de los trabajadores depende de la benevolencia de las autoridades para fijar un salario mínimo alto. Este es un mito especialmente propagado en países pobres. Es por ello que resulta absurdo que el salario mínimo de Guatemala sea $345.00 y en Colombia sea $271.00 el ingreso per cápita de ese país es mucho mayor. O que no decir de Suiza, cuyos ciudadanos gozan de un altísimo nivel de vida y donde no hay salario mínimo.