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Virgen de Guadalupe

Redacción
10 de diciembre, 2015

Las mariofonías se han convertido en la esperanza tradicional de los pueblos latinoamericanos. Una de ellas es aquella que se celebra desde 1531 en América y que recordamos este 12 de diciembre en Guatemala. A la virgen se le atribuyen poderes bienhechores y procurando que la expresión del nombre sea en lengua náhuatl aplastar o destruir el mal.

Los guatemaltecos muchas veces consentimos a hacer lo que no es lícito sea haciendo algo o dejándolo de hacer. <muchas veces nos afanamos en buscar la solución. San Agustín el más grande de todos los teólogos reduce toda transgresión a actos de amor y de caridad. Dice: “Nada manda la ley sino la caridad y nada prohíbe sino el deseo”. Por tanto la caridad es la plenitud de la ley.

Según Agustín las acciones lícitas como las ilícitas las hacen por igual buenos y malos. Lo que distingue a unos y otros según Agustín es la intención.

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La dureza de las acciones en contra de los actos de corrupción cometidos en Guatemala por ciudadanos provocó un temor a los guatemaltecos que en el transcurso de 2015 empezamos a enfrentar. Una lucha que en efecto no hemos experimentado y por ello atemoriza más. Los guatemaltecos no podremos ir más allá de nuestras fuerzas pero tampoco sucumbiremos a las intenciones de aquellos que bajo el pretendido bien esconden una intencionalidad pecaminosa que es mucho más grave de juzgar.

Las acciones del Ministerio Público y la CICIG nos han ejercitado porque hemos conocido su proceder y sus artes que antes eran desconocidas en Guatemala. Yo desconozco la gravedad de las imputaciones hechas a los ciudadanos tildados de corruptos porque no conozco la intencionalidad de la comunidad internacional y de sus aparatos de control en Guatemala.

Parece ser que a los penitentes se les ha impuesto una pena grave sin haber demostrado aun culpa alguna. De una forma se castiga de antemano al ciudadano inocente. Hacer justicia en Guatemala ahoga el orden civilizado porque grava con severas penas para que los demás ciudadanos piensen dos veces como se conducen.

La justicia en Guatemala es un crimen, un crimen de lesa humanidad porque un ciudadano es acusado por sus enemigos ante el juez. En las audiencias invaden el tribunal y con una serie de discursos que el juez no puede recusar condena a un inocente previo a ser juzgado con el ostracismo de la vida social.

El juez no juzga las intenciones ocultas, sino las manifiestas y por ello pasa por alto la intencionalidad de los fiscales y enemigos del imputado. La culpa no tiene el valor que tiene la intención de lo que se pretende lograr. Podemos los guatemaltecos ver donde nadie ve y de castigar no la culpa sino la intención del acusador.

 

 

 

 

 

 

 

 

Virgen de Guadalupe

Redacción
10 de diciembre, 2015

Las mariofonías se han convertido en la esperanza tradicional de los pueblos latinoamericanos. Una de ellas es aquella que se celebra desde 1531 en América y que recordamos este 12 de diciembre en Guatemala. A la virgen se le atribuyen poderes bienhechores y procurando que la expresión del nombre sea en lengua náhuatl aplastar o destruir el mal.

Los guatemaltecos muchas veces consentimos a hacer lo que no es lícito sea haciendo algo o dejándolo de hacer. <muchas veces nos afanamos en buscar la solución. San Agustín el más grande de todos los teólogos reduce toda transgresión a actos de amor y de caridad. Dice: “Nada manda la ley sino la caridad y nada prohíbe sino el deseo”. Por tanto la caridad es la plenitud de la ley.

Según Agustín las acciones lícitas como las ilícitas las hacen por igual buenos y malos. Lo que distingue a unos y otros según Agustín es la intención.

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Las acciones del Ministerio Público y la CICIG nos han ejercitado porque hemos conocido su proceder y sus artes que antes eran desconocidas en Guatemala. Yo desconozco la gravedad de las imputaciones hechas a los ciudadanos tildados de corruptos porque no conozco la intencionalidad de la comunidad internacional y de sus aparatos de control en Guatemala.

Parece ser que a los penitentes se les ha impuesto una pena grave sin haber demostrado aun culpa alguna. De una forma se castiga de antemano al ciudadano inocente. Hacer justicia en Guatemala ahoga el orden civilizado porque grava con severas penas para que los demás ciudadanos piensen dos veces como se conducen.

La justicia en Guatemala es un crimen, un crimen de lesa humanidad porque un ciudadano es acusado por sus enemigos ante el juez. En las audiencias invaden el tribunal y con una serie de discursos que el juez no puede recusar condena a un inocente previo a ser juzgado con el ostracismo de la vida social.

El juez no juzga las intenciones ocultas, sino las manifiestas y por ello pasa por alto la intencionalidad de los fiscales y enemigos del imputado. La culpa no tiene el valor que tiene la intención de lo que se pretende lograr. Podemos los guatemaltecos ver donde nadie ve y de castigar no la culpa sino la intención del acusador.