Política
Política
Empresa
Empresa
Investigación y Análisis
Investigación y Análisis
Internacional
Internacional
Opinión
Opinión
Inmobiliaria
Inmobiliaria
Agenda Empresarial
Agenda Empresarial

¿Estado Unidos creó el Estado Islámico?, parte I

Nicholas Virzi
30 de diciembre, 2015

El mundo se indigna de las barbaridades cometidas por el auto denominado Estado Islámico no solo en el Medio Oriente, sino también en el mundo Occidental, sea en Paris, Madrid, Londres, o California, entre muchos otros lugares. Ante sus hechos sangrientos y llamativos, nuestro mundo civilizado busca explicaciones y excusas por esta conducta. Curiosamente, con este afán circulan argumentos de intelectuales de izquierda que coinciden con los puntos centrales de debate que se dan en órbitas libertarias sobre la causa detrás del Estado Islámico. El punto de coincidencia es que las intervenciones bélicas de Estados Unidos constituyen la causa próxima del surgimiento del Estado Islámico en el Medio Oriente.

Estos argumentos no solo tienen validez, sino la razón. Vienen de diferentes puntos de vista, pero parece que se ha encontrado el punto de consenso entre la izquierda radical y la derecha libertaria que tanto vocea en contra de los errores del intervencionismo militar.

Claro está, las motivaciones son diferentes. Los libertarios se oponen a intervenciones militares. Los progresistas se oponen a intervenciones militares … de Estados Unidos. No obstante, tal vez no importa tanto como es que se llegó a un punto de consenso, sino que se llegó. El consenso anti-intervencionista se podría resumir en la siguiente frase: “intervenciones bélicas producen como consecuencias no intencionadas negativas otros problemas peores que el problema que se intenta resolver con la intervención bélica.” Como dijo muy acertadamente el candidato presidencial por el partido Republicano, el Senador Rand Paul, un respetado político de corte libertario: “Si EE.UU. hubiese botado a Assad en Siria hace tres años como dijo [Obama] que era su intención, hoy el Estado Islámico controlaría a toda Siria”. Rand Paul habla la verdad. No obstante, es una verdad a medias.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

El candidato Republicano a la presidencia de Estados Unidos, el Senador del estado de Texas, Ted Cruz ha dicho: “el mundo estaría más seguro hoy si Saddam Hussein, Mohamar Gadafi, y Hosni Mubarak estuvieran todavía en el poder en Iraq, en Libia y en Egipto. Por eso, remover Assad es peligroso.” Cruz tiene razón, es verdad lo que dice, pero, de nuevo, es una verdad a medias. Es verdad que la brutal dictadura de Saddam Hussein hubiera impedido el surgimiento de un movimiento islámico radical. Lo hubiera impedido de la misma manera que hubiera imposibilitado el surgimiento de un movimiento pacífico de oposición … lo hubiera aplastado violenta y brutalmente, como cualquier otro movimiento pacífico en pro de cualquier otra petición … liberal en pro de los derechos humanos. Gadafi y, en menor grado, Mubarak, hacían lo mismo.

Orden. Es lo que establecen las dictaduras como su razón de ser. Y vaya si no lo cumplen. Todos sabemos que la delincuencia común no era mayor problema social en los regímenes totalitarios nazi y soviéticos. ¿Esas garantías [logros] creíbles de las dictaduras en materia de ley, orden y seguridad justificaban su existencia? La respuesta tiene que ser … ¡si!, según la lógica que descarta cualquier acción bélica en contra de dictaduras totalitarias, por las posibles consecuencias no intencionadas negativas que podrían surgir luego del derrocamiento de un régimen dictatorial.

Cabe resaltar que los críticos progresistas de las intervenciones bélicas [de Estados Unidos] también critican la aceptación de dictaduras totalitarias cuando países y empresas [de Estados Unidos] hacen negocios con los regímenes dictatoriales existentes en los países del tercer mundo. O sea, critican la aceptación de las dictaduras, así como las intervenciones para derrocarlas. Los críticos libertarios no suelen hacer esta crítica. Algunos libertarios caen en el equivalente error del otro extremo, argumentando que la libertad económica no necesita de la libertad política, por lo que se puede coexistir y comerciar muy felizmente con regímenes autoritarios [pero no totalitarios], pero eso es tema de otro artículo.

No obstante todo lo anterior, surge la duda si no la civilización humana, o, mejor dicho, la parte civilizada de la humanidad, podría aspirar a más. ¿Podríamos aspirar a no depender de dictaduras totalitarias para impedir el surgimiento de una opresión brutal de minorías en distintas localidades, o ¿Es eso mucho pedir? ¿Qué obligaciones se tienen con respecto al mundo exterior, sobre todo cuando un país cambia el régimen político de otro país? Estos son los temas del siguiente artículo.

¿Estado Unidos creó el Estado Islámico?, parte I

Nicholas Virzi
30 de diciembre, 2015

El mundo se indigna de las barbaridades cometidas por el auto denominado Estado Islámico no solo en el Medio Oriente, sino también en el mundo Occidental, sea en Paris, Madrid, Londres, o California, entre muchos otros lugares. Ante sus hechos sangrientos y llamativos, nuestro mundo civilizado busca explicaciones y excusas por esta conducta. Curiosamente, con este afán circulan argumentos de intelectuales de izquierda que coinciden con los puntos centrales de debate que se dan en órbitas libertarias sobre la causa detrás del Estado Islámico. El punto de coincidencia es que las intervenciones bélicas de Estados Unidos constituyen la causa próxima del surgimiento del Estado Islámico en el Medio Oriente.

Estos argumentos no solo tienen validez, sino la razón. Vienen de diferentes puntos de vista, pero parece que se ha encontrado el punto de consenso entre la izquierda radical y la derecha libertaria que tanto vocea en contra de los errores del intervencionismo militar.

Claro está, las motivaciones son diferentes. Los libertarios se oponen a intervenciones militares. Los progresistas se oponen a intervenciones militares … de Estados Unidos. No obstante, tal vez no importa tanto como es que se llegó a un punto de consenso, sino que se llegó. El consenso anti-intervencionista se podría resumir en la siguiente frase: “intervenciones bélicas producen como consecuencias no intencionadas negativas otros problemas peores que el problema que se intenta resolver con la intervención bélica.” Como dijo muy acertadamente el candidato presidencial por el partido Republicano, el Senador Rand Paul, un respetado político de corte libertario: “Si EE.UU. hubiese botado a Assad en Siria hace tres años como dijo [Obama] que era su intención, hoy el Estado Islámico controlaría a toda Siria”. Rand Paul habla la verdad. No obstante, es una verdad a medias.

SUSCRIBITE A NUESTRO NEWSLETTER

El candidato Republicano a la presidencia de Estados Unidos, el Senador del estado de Texas, Ted Cruz ha dicho: “el mundo estaría más seguro hoy si Saddam Hussein, Mohamar Gadafi, y Hosni Mubarak estuvieran todavía en el poder en Iraq, en Libia y en Egipto. Por eso, remover Assad es peligroso.” Cruz tiene razón, es verdad lo que dice, pero, de nuevo, es una verdad a medias. Es verdad que la brutal dictadura de Saddam Hussein hubiera impedido el surgimiento de un movimiento islámico radical. Lo hubiera impedido de la misma manera que hubiera imposibilitado el surgimiento de un movimiento pacífico de oposición … lo hubiera aplastado violenta y brutalmente, como cualquier otro movimiento pacífico en pro de cualquier otra petición … liberal en pro de los derechos humanos. Gadafi y, en menor grado, Mubarak, hacían lo mismo.

Orden. Es lo que establecen las dictaduras como su razón de ser. Y vaya si no lo cumplen. Todos sabemos que la delincuencia común no era mayor problema social en los regímenes totalitarios nazi y soviéticos. ¿Esas garantías [logros] creíbles de las dictaduras en materia de ley, orden y seguridad justificaban su existencia? La respuesta tiene que ser … ¡si!, según la lógica que descarta cualquier acción bélica en contra de dictaduras totalitarias, por las posibles consecuencias no intencionadas negativas que podrían surgir luego del derrocamiento de un régimen dictatorial.

Cabe resaltar que los críticos progresistas de las intervenciones bélicas [de Estados Unidos] también critican la aceptación de dictaduras totalitarias cuando países y empresas [de Estados Unidos] hacen negocios con los regímenes dictatoriales existentes en los países del tercer mundo. O sea, critican la aceptación de las dictaduras, así como las intervenciones para derrocarlas. Los críticos libertarios no suelen hacer esta crítica. Algunos libertarios caen en el equivalente error del otro extremo, argumentando que la libertad económica no necesita de la libertad política, por lo que se puede coexistir y comerciar muy felizmente con regímenes autoritarios [pero no totalitarios], pero eso es tema de otro artículo.

No obstante todo lo anterior, surge la duda si no la civilización humana, o, mejor dicho, la parte civilizada de la humanidad, podría aspirar a más. ¿Podríamos aspirar a no depender de dictaduras totalitarias para impedir el surgimiento de una opresión brutal de minorías en distintas localidades, o ¿Es eso mucho pedir? ¿Qué obligaciones se tienen con respecto al mundo exterior, sobre todo cuando un país cambia el régimen político de otro país? Estos son los temas del siguiente artículo.