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Amor fiscalizado

María Dolores Arias
17 de febrero, 2015

Una de las notas cómicas del pasado 14 de febrero – fecha en la cual se celebra en varios lugares del mundo el día del amor y la amistad- surgió de donde menos se esperaba, de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).

Resulta que la semana pasada, Omar Franco -el titular de la SAT- dio a conocer un programa de fiscalización de negocios, entre los cuales se incluía revisar autohoteles y hospedajes.  Este anuncio se hizo unos días antes del catorce. Lo cual provocó mucha suspicacia entre los enamorados por la fecha elegida para iniciar dicha supervisión en los lugares con mayor demanda en esa temporada.

El propósito de este programa es recaudar Q306 millones de los más de Q53 mil millones que se comprometieron juntar para el presupuesto 2015.  Además, según declaraciones de Franco, pretenden que quienes hacen uso de estos negocios –autohoteles, moteles y parecidos-  “exijan su factura”.

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La noticia en cuestión tiene sus tintes de tragicomedia. El lado cómico es aquello de pretender que quienes hacen uso de los moteles o autohoteles soliciten factura de estos servicios, considero que lo último en lo que están pensando es en solicitar dicho documento. Además se ha preguntado ¿cómo sería dicha fiscalización? Los inspectores de la SAT ¿tocarán en las habitaciones para pedir les deslicen por debajo de la puerta dicho documento? ¿Cuál sería el momento oportuno para realizar dicha verificación?

Y así podríamos seguir haciéndonos preguntas para reírnos de las ocurrencias de las autoridades tributarias.  El lado trágico del asunto es que aunque la nota parezca surrealista, no lo es. Al contrario fue un anuncio dado a conocer en una conferencia de prensa.  Lo cual nos demuestra el absurdo al que pueden llegar las autoridades en su afán de recabar más impuestos hasta por debajo de las piedras o en este caso debo decir ¿debajo de las camas? Lo trágico es que el sentido común y la sensatez no existen.

Los gobernantes y la mayoría de diputados en el Congreso aún no han entendido que para recaudar más en lugar de complicar las cosas deben simplificarlo.  Que con cada reforma tributaria no conformes con aumentar impuestos, complican el pago de los mismos, otorgan mayor discrecionalidad a los burócratas y en consecuencia hacen más caro ser formal.

El poner controles más estrictos al comercio –sea de diversión, salud, educación, etc.- no hará que se recaude más. Existe mucha evidencia en el mundo que cuando se bajan los impuestos, se hace más fácil abrir empresas o negocios, es decir se reduce “el criterio de ventanilla”, la economía en el país crece a un mayor ritmo.  En consecuencia la recaudación aumenta porque hay más riqueza  creada por más emprendedores.

En Guatemala hay muchos emprendedores que sólo necesitan un clima de negocios que les permita crecer. Cuando hablo de clima de negocios no me refiero a privilegios, me refiero a un clima de negocios donde la tramitología sea sustituida por gobierno electrónico, que abrir una empresa sea cuestión de un día y no de meses. Que la propiedad privada se respete y no cualquier delincuente pueda extorsionarlo o asaltarlo. Que las reglas del juego sean estables y no cambien en cada Legislatura o en cada marcha de grupos de presión.

Los politiqueros y los burócratas deben reconocer que para mejorar los ingresos tributarios, primero deben mejorar los ingresos reales del tributario. Deben simplificar el pago y reducir la tasa de los mismos.  Deben hacer más costoso estar en la informalidad  comparado con los beneficios de la formalidad.

Señores de la SAT, si quieren obtener más tributos, fiscalizar el amor o el sexo no es la respuesta, solo serán la burla.

@Md30

Facebook.com/mda30

Amor fiscalizado

María Dolores Arias
17 de febrero, 2015

Una de las notas cómicas del pasado 14 de febrero – fecha en la cual se celebra en varios lugares del mundo el día del amor y la amistad- surgió de donde menos se esperaba, de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).

Resulta que la semana pasada, Omar Franco -el titular de la SAT- dio a conocer un programa de fiscalización de negocios, entre los cuales se incluía revisar autohoteles y hospedajes.  Este anuncio se hizo unos días antes del catorce. Lo cual provocó mucha suspicacia entre los enamorados por la fecha elegida para iniciar dicha supervisión en los lugares con mayor demanda en esa temporada.

El propósito de este programa es recaudar Q306 millones de los más de Q53 mil millones que se comprometieron juntar para el presupuesto 2015.  Además, según declaraciones de Franco, pretenden que quienes hacen uso de estos negocios –autohoteles, moteles y parecidos-  “exijan su factura”.

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La noticia en cuestión tiene sus tintes de tragicomedia. El lado cómico es aquello de pretender que quienes hacen uso de los moteles o autohoteles soliciten factura de estos servicios, considero que lo último en lo que están pensando es en solicitar dicho documento. Además se ha preguntado ¿cómo sería dicha fiscalización? Los inspectores de la SAT ¿tocarán en las habitaciones para pedir les deslicen por debajo de la puerta dicho documento? ¿Cuál sería el momento oportuno para realizar dicha verificación?

Y así podríamos seguir haciéndonos preguntas para reírnos de las ocurrencias de las autoridades tributarias.  El lado trágico del asunto es que aunque la nota parezca surrealista, no lo es. Al contrario fue un anuncio dado a conocer en una conferencia de prensa.  Lo cual nos demuestra el absurdo al que pueden llegar las autoridades en su afán de recabar más impuestos hasta por debajo de las piedras o en este caso debo decir ¿debajo de las camas? Lo trágico es que el sentido común y la sensatez no existen.

Los gobernantes y la mayoría de diputados en el Congreso aún no han entendido que para recaudar más en lugar de complicar las cosas deben simplificarlo.  Que con cada reforma tributaria no conformes con aumentar impuestos, complican el pago de los mismos, otorgan mayor discrecionalidad a los burócratas y en consecuencia hacen más caro ser formal.

El poner controles más estrictos al comercio –sea de diversión, salud, educación, etc.- no hará que se recaude más. Existe mucha evidencia en el mundo que cuando se bajan los impuestos, se hace más fácil abrir empresas o negocios, es decir se reduce “el criterio de ventanilla”, la economía en el país crece a un mayor ritmo.  En consecuencia la recaudación aumenta porque hay más riqueza  creada por más emprendedores.

En Guatemala hay muchos emprendedores que sólo necesitan un clima de negocios que les permita crecer. Cuando hablo de clima de negocios no me refiero a privilegios, me refiero a un clima de negocios donde la tramitología sea sustituida por gobierno electrónico, que abrir una empresa sea cuestión de un día y no de meses. Que la propiedad privada se respete y no cualquier delincuente pueda extorsionarlo o asaltarlo. Que las reglas del juego sean estables y no cambien en cada Legislatura o en cada marcha de grupos de presión.

Los politiqueros y los burócratas deben reconocer que para mejorar los ingresos tributarios, primero deben mejorar los ingresos reales del tributario. Deben simplificar el pago y reducir la tasa de los mismos.  Deben hacer más costoso estar en la informalidad  comparado con los beneficios de la formalidad.

Señores de la SAT, si quieren obtener más tributos, fiscalizar el amor o el sexo no es la respuesta, solo serán la burla.

@Md30

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