Por Edson Ademar, Sancarlista
Cuando entramos a la USAC, una de las primeras actividades de las que escuchamos son los bautizos. Pero, ¿qué tan necesaria es esta “bienvenida” a la comunidad sancarlista? Siendo que el promedio de tiempo para graduarse de una licenciatura es de 14 años*, los nuevos universitarios tendrán suficiente tiempo para sentirse bienvenidos a la Universidad.
Si un bautizo en el mejor de los casos trata de empaparse con sustancias líquidas varias, esperen a que sea época de lluvia y tengan que cubrirse con un cuaderno o el bolsón, o que aunque ya haya dejado de llover, un carro los pase empapando hasta el cuello con algo más que agua.
Si parte del bautizo es estar de pie en fila bajo el sol por mucho tiempo, ya verán las filas que hay que hacer para algunos trámites, empezando por el de primer ingreso y terminando con el de matrícula consolidada.
Si los ponen a correr, yo he corrido más para terminar y entregar tareas cuya hora para recibir ya pasó, o para buscar a catedráticos que ya se fueron de la clase sin recibir las tareas.
Si quieren saber lo que es estar amontonados con tanta gente, traten de subirse a un bus 204 a las 7 de la mañana, a las 5 de la tarde o a las 8 de la noche, durante un mínimo de 5 años seguidos. Si buscan un trato duro, esperen a que publiquen los resultados de sus exámenes parciales.
El problema es que quienes controlan los bautizos, en algunos casos son personas que usan pedazos de tela en la cabeza para cubrirse, y saben que no se les puede identificar, sus actos se vuelven anónimos. Y en todos los casos, el bautizo es en grupo, las personas hacen cosas que nunca harían si estuvieran solos. Existen actos dentro de estos bautizos que atentan contra la dignidad e integridad de las personas, y para ello no existe justificación alguna.
Participar en un bautizo no se trata de tener valor o no, considero que no hay mayor acto de valentía hoy día en la USAC que graduarse pese a todos los obstáculos, dificultades y responsabilidades que surgen en el camino. Para miles de personas, la USAC ha sido y sigue siendo el único medio para superarse y salir adelante en nuestro país.
El bautizo debe fomentar la identidad con la universidad, la cohesión entre estudiantes, pero hay quienes creen que les da licencia para realizar actos que denigren a otras personas. El bautizo es para disfrutarlo y recordarlo con aprecio, no para ser víctimas de este. Y aunque muchos estudiantes participen en los bautizos con buenas intenciones, siempre habrá unos cuantos que busquen arruinar el buen momento. La enorme mayoría de sancarlistas condenamos todo acto que atente contra la dignidad e integridad de quienes participen en éste y en cualquier otro evento.
Cuando hablo con amigos de países donde no hay universidades públicas, y tienen que endeudarse por años para cubrir sus estudios, cuando recuerdo todo lo que he aprendido en las aulas de la Universidad, y cuando recuerdo a los amigos que conocí en la U y los buenos tiempos que pasamos, creo que no hay palabras para expresar lo agradecido y orgullo que estoy de ser sancarlista.
Un saludo a mi alma máter, la Universidad de San Carlos de Guatemala, grande entre las Universidades de Mundo.
*Sandoval, Julieta. “Muchos entran; pocos salen”. Revista D, Semanario de Prensa Libre. No. 225. Guatemala, 26 de Octubre de 2008. Fecha de Consulta: 13/02/2015. Disponible en: http://servicios.prensalibre.com/pl/domingo/archivo/revistad/2008/octubre/26/educacion.shtml
Por Edson Ademar, Sancarlista
Cuando entramos a la USAC, una de las primeras actividades de las que escuchamos son los bautizos. Pero, ¿qué tan necesaria es esta “bienvenida” a la comunidad sancarlista? Siendo que el promedio de tiempo para graduarse de una licenciatura es de 14 años*, los nuevos universitarios tendrán suficiente tiempo para sentirse bienvenidos a la Universidad.
Si un bautizo en el mejor de los casos trata de empaparse con sustancias líquidas varias, esperen a que sea época de lluvia y tengan que cubrirse con un cuaderno o el bolsón, o que aunque ya haya dejado de llover, un carro los pase empapando hasta el cuello con algo más que agua.
Si parte del bautizo es estar de pie en fila bajo el sol por mucho tiempo, ya verán las filas que hay que hacer para algunos trámites, empezando por el de primer ingreso y terminando con el de matrícula consolidada.
Si los ponen a correr, yo he corrido más para terminar y entregar tareas cuya hora para recibir ya pasó, o para buscar a catedráticos que ya se fueron de la clase sin recibir las tareas.
Si quieren saber lo que es estar amontonados con tanta gente, traten de subirse a un bus 204 a las 7 de la mañana, a las 5 de la tarde o a las 8 de la noche, durante un mínimo de 5 años seguidos. Si buscan un trato duro, esperen a que publiquen los resultados de sus exámenes parciales.
El problema es que quienes controlan los bautizos, en algunos casos son personas que usan pedazos de tela en la cabeza para cubrirse, y saben que no se les puede identificar, sus actos se vuelven anónimos. Y en todos los casos, el bautizo es en grupo, las personas hacen cosas que nunca harían si estuvieran solos. Existen actos dentro de estos bautizos que atentan contra la dignidad e integridad de las personas, y para ello no existe justificación alguna.
Participar en un bautizo no se trata de tener valor o no, considero que no hay mayor acto de valentía hoy día en la USAC que graduarse pese a todos los obstáculos, dificultades y responsabilidades que surgen en el camino. Para miles de personas, la USAC ha sido y sigue siendo el único medio para superarse y salir adelante en nuestro país.
El bautizo debe fomentar la identidad con la universidad, la cohesión entre estudiantes, pero hay quienes creen que les da licencia para realizar actos que denigren a otras personas. El bautizo es para disfrutarlo y recordarlo con aprecio, no para ser víctimas de este. Y aunque muchos estudiantes participen en los bautizos con buenas intenciones, siempre habrá unos cuantos que busquen arruinar el buen momento. La enorme mayoría de sancarlistas condenamos todo acto que atente contra la dignidad e integridad de quienes participen en éste y en cualquier otro evento.
Cuando hablo con amigos de países donde no hay universidades públicas, y tienen que endeudarse por años para cubrir sus estudios, cuando recuerdo todo lo que he aprendido en las aulas de la Universidad, y cuando recuerdo a los amigos que conocí en la U y los buenos tiempos que pasamos, creo que no hay palabras para expresar lo agradecido y orgullo que estoy de ser sancarlista.
Un saludo a mi alma máter, la Universidad de San Carlos de Guatemala, grande entre las Universidades de Mundo.
*Sandoval, Julieta. “Muchos entran; pocos salen”. Revista D, Semanario de Prensa Libre. No. 225. Guatemala, 26 de Octubre de 2008. Fecha de Consulta: 13/02/2015. Disponible en: http://servicios.prensalibre.com/pl/domingo/archivo/revistad/2008/octubre/26/educacion.shtml