El Ordoliberalismo de la Escuela de Friburgo es reconocida como la inspiración de la Economía Social de Mercado de Ludwig Erhard, Ministro de Economía en Alemania durante la ocupación militar Estadunidense, comprometido liberal miembro de la Sociedad Mont Pelerin, y doctor honoris causa de la Universidad Francisco Marroquín.
El Ordoliberalismo subraya que un Estado debe ser fuerte (no necesariamente grande) para lograr crear el ambiente legal mas propicio para una economía de libre mercado. Sobre todo, el Estado debe ser autónomo de los grupos de presión que intentan capturarlo para obtener privilegios políticos, económicos y legales. El Estado fuerte y autónomo para lograr su legitimidad debería de asegurar que el clima legal es propicio para que la economía de mercado funcione de acorde a su máximo potencial teórico. Para que esto suceda, debe haber una sana competencia en los mercados, que se deben asemejar mas a modelos competitivos que oligopólicos. Si el Estado no actúa para impedir la concentración de poder económico, la sociedad no obtendrá ni los beneficios que solo la economía de libre mercado ofrece, ni los beneficios que solo regímenes políticos liberales ofrecen. Los Ordoliberales fueron pioneros en prever las implicaciones políticas de la concentración de poder económico.
Los Ordoliberales se adelantaron a dos escuelas de pensamiento que cuentan entre sus autores a varios premios Nobel. En la escuela de Opción Pública (Public Choice) se cuentan a los Nobel como James Buchanan, George Stigler, Gary Becker, Vernon Smith, Elinor Ostrom. En la escuela conocida como la Nueva Economía Institucional (NEI) se tiene a Douglass North como premio Nobel en economía. Varios otros premios Nobel han incursionado en la NEI, como Ronald Coase, Elinor Ostrom y Oliver Williamson.
La escuela de Opción Pública aplica a los problemas de la ciencia política las herramientas de análisis microeconómico, basadas en la premisa del agente racional que persigue sus propios intereses, y nada más. Su enfoque esta en los intereses privados de los agentes públicos, lo que puede generar consecuencias negativas no intencionadas cuando se elaboran y aplican políticas públicas. Los intereses privados de los agentes públicos y la posibilidad de captura regulatoria por parte de los agentes privados son temas de interés en la escuela de Opción Pública, temas que los Ordoliberales señalaron mucho antes. Ergo, la preocupación Ordoliberal por un régimen de autentica competencia.
Asimismo, el Ordoliberalismo apuesta por reglas por encima de la discreción. Intervenciones son malas, particularmente intervenciones especificas diseñadas para lograr ciertos resultados concretos. Por esto, la receta Ordoliberal rechaza el dirigismo sobre los procesos económicos, prefiriendo formar un orden económico de aplicación general. Apostando axiológicamente por un orden económico liberal como protector de la libertad política, el Ordoliberalismo en se opone francamente al Nazismo y el Socialismo. Oponiéndose a la discreción gubernamental, se opone al Keynesianismo. No obstante, el Ordoliberalismo apuesta por resolver los temas de justicia y seguridad social, considerándolos los temas mas importantes de la modernidad. Lejos de rechazar el tema de justicia social, el Ordoliberalismo lo abraza enfáticamente, no dejando que enemigos de la libertad política y económica se apropien del tema.
En la NEI, según North, las instituciones constituyen las reglas del juego. Comprendiendo tanto las reglas legales formales como las normas sociales informales que gobiernan y contextualizan la conducta de los individuos, las instituciones estructuran las interacciones sociales y marcan el dominio de lo posible. Las instituciones perduran en el tiempo, aunque sean económicamente ineficientes. En una realidad de múltiples equilibrios, una sociedad se puede quedar en situaciones bastante sub optimas, aunque todos los principales saben que existen resultados mejores. Las instituciones, en pocas palabras, constituyen, restricciones, y toman forma como las constituciones, las leyes, los derechos de propiedad, las normas sociales, las costumbres, todo lo que tiende a contribuir al orden, la seguridad, y la estabilidad dentro de una sociedad, sobre todo una sociedad con una economía de mercado.
El orden y la estabilidad que enfatiza la NEI fueron temas centrales del Ordoliberalismo desde la década de 1930 en la Escuela de Friburgo. La preocupación por el norte axiológico de las instituciones y la calidad institucional la marcaron los Ordoliberales décadas antes de que la escuela de la Nueva Economía Institucional fuese globalmente reconocida por esta preocupación intelectual. Asimismo, la preocupación Ordoliberal por la autonomía del Estado liberal frente a grupos de presión empresarial adelantaron los escritos ahora famosos de la escuela de Opción Pública.
El hecho que una escuela de pensamiento liberal relativamente poco conocida se adelantase a los principales temas de escuelas de pensamiento posteriormente reconocidas con el premio Nobel hace del Ordoliberalismo una escuela pionera, y merecedora de una revisión seria por los economistas de hoy. En un contexto intelectual donde el Estado siempre se pone en contraposición al liberalismo, los escritos Ordoliberales que pretenden marcar como el Estado se puede poner al servicio de la libertad merece mayor escrutinio.
El Ordoliberalismo de la Escuela de Friburgo es reconocida como la inspiración de la Economía Social de Mercado de Ludwig Erhard, Ministro de Economía en Alemania durante la ocupación militar Estadunidense, comprometido liberal miembro de la Sociedad Mont Pelerin, y doctor honoris causa de la Universidad Francisco Marroquín.
El Ordoliberalismo subraya que un Estado debe ser fuerte (no necesariamente grande) para lograr crear el ambiente legal mas propicio para una economía de libre mercado. Sobre todo, el Estado debe ser autónomo de los grupos de presión que intentan capturarlo para obtener privilegios políticos, económicos y legales. El Estado fuerte y autónomo para lograr su legitimidad debería de asegurar que el clima legal es propicio para que la economía de mercado funcione de acorde a su máximo potencial teórico. Para que esto suceda, debe haber una sana competencia en los mercados, que se deben asemejar mas a modelos competitivos que oligopólicos. Si el Estado no actúa para impedir la concentración de poder económico, la sociedad no obtendrá ni los beneficios que solo la economía de libre mercado ofrece, ni los beneficios que solo regímenes políticos liberales ofrecen. Los Ordoliberales fueron pioneros en prever las implicaciones políticas de la concentración de poder económico.
Los Ordoliberales se adelantaron a dos escuelas de pensamiento que cuentan entre sus autores a varios premios Nobel. En la escuela de Opción Pública (Public Choice) se cuentan a los Nobel como James Buchanan, George Stigler, Gary Becker, Vernon Smith, Elinor Ostrom. En la escuela conocida como la Nueva Economía Institucional (NEI) se tiene a Douglass North como premio Nobel en economía. Varios otros premios Nobel han incursionado en la NEI, como Ronald Coase, Elinor Ostrom y Oliver Williamson.
La escuela de Opción Pública aplica a los problemas de la ciencia política las herramientas de análisis microeconómico, basadas en la premisa del agente racional que persigue sus propios intereses, y nada más. Su enfoque esta en los intereses privados de los agentes públicos, lo que puede generar consecuencias negativas no intencionadas cuando se elaboran y aplican políticas públicas. Los intereses privados de los agentes públicos y la posibilidad de captura regulatoria por parte de los agentes privados son temas de interés en la escuela de Opción Pública, temas que los Ordoliberales señalaron mucho antes. Ergo, la preocupación Ordoliberal por un régimen de autentica competencia.
Asimismo, el Ordoliberalismo apuesta por reglas por encima de la discreción. Intervenciones son malas, particularmente intervenciones especificas diseñadas para lograr ciertos resultados concretos. Por esto, la receta Ordoliberal rechaza el dirigismo sobre los procesos económicos, prefiriendo formar un orden económico de aplicación general. Apostando axiológicamente por un orden económico liberal como protector de la libertad política, el Ordoliberalismo en se opone francamente al Nazismo y el Socialismo. Oponiéndose a la discreción gubernamental, se opone al Keynesianismo. No obstante, el Ordoliberalismo apuesta por resolver los temas de justicia y seguridad social, considerándolos los temas mas importantes de la modernidad. Lejos de rechazar el tema de justicia social, el Ordoliberalismo lo abraza enfáticamente, no dejando que enemigos de la libertad política y económica se apropien del tema.
En la NEI, según North, las instituciones constituyen las reglas del juego. Comprendiendo tanto las reglas legales formales como las normas sociales informales que gobiernan y contextualizan la conducta de los individuos, las instituciones estructuran las interacciones sociales y marcan el dominio de lo posible. Las instituciones perduran en el tiempo, aunque sean económicamente ineficientes. En una realidad de múltiples equilibrios, una sociedad se puede quedar en situaciones bastante sub optimas, aunque todos los principales saben que existen resultados mejores. Las instituciones, en pocas palabras, constituyen, restricciones, y toman forma como las constituciones, las leyes, los derechos de propiedad, las normas sociales, las costumbres, todo lo que tiende a contribuir al orden, la seguridad, y la estabilidad dentro de una sociedad, sobre todo una sociedad con una economía de mercado.
El orden y la estabilidad que enfatiza la NEI fueron temas centrales del Ordoliberalismo desde la década de 1930 en la Escuela de Friburgo. La preocupación por el norte axiológico de las instituciones y la calidad institucional la marcaron los Ordoliberales décadas antes de que la escuela de la Nueva Economía Institucional fuese globalmente reconocida por esta preocupación intelectual. Asimismo, la preocupación Ordoliberal por la autonomía del Estado liberal frente a grupos de presión empresarial adelantaron los escritos ahora famosos de la escuela de Opción Pública.
El hecho que una escuela de pensamiento liberal relativamente poco conocida se adelantase a los principales temas de escuelas de pensamiento posteriormente reconocidas con el premio Nobel hace del Ordoliberalismo una escuela pionera, y merecedora de una revisión seria por los economistas de hoy. En un contexto intelectual donde el Estado siempre se pone en contraposición al liberalismo, los escritos Ordoliberales que pretenden marcar como el Estado se puede poner al servicio de la libertad merece mayor escrutinio.