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¡Bienvenido a su casa, Alfonso Portillo!

Redacción
27 de febrero, 2015

Guatemala está patas arriba, esta es la escuela del mundo al revés y no por las razones que Eduardo Galeano explica. Regresó Alfonso Portillo, lo recibimos a lo grande, como estrella de cine, y los medios, ¡nuestros paladines de la democracia!, le regalan una tribuna para que se luzca, para que derroche esa hinchada personalidad que tanto le ha ayudado en su vida.

En vez de acorralarlo con preguntas sobre su legado tan nefasto, en vez de cuestionarlo inflexiblemente sobre cualquier deseo que pueda tener de regresar a la política nacional, como haría cualquier periodista de un país civilizado, los nuestros le dieron cobertura en vivo y micrófono por casi una hora para que nos educara: recomendó reformar la constitución y revisar la Ley de Minería, dijo que la CICIG no sirve para nada pero que ha tenido aciertos y enfatizó la importancia de unirse para combatir la corrupción.

Pero toda esta feria tiene una ironía que no se molesta en pasar oculta: si un día hacemos una buena reforma constitucional, será para blindar al sistema político contra gente como Portillo; pero aquí está él, diciéndonos cómo hacer de Guatemala un país de ciudadanos virtuosos y la prensa ayudándole con las relaciones públicas.

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¿Y quién es Alfonso Portillo? Un hombre que en su juventud trabajó con el Ejército Guerrillero de los Pobres (para todos los que creen que Ríos Montt es un derechista recalcitrante, que les quede claro que esta gente no cree en nada. Ríos Montt aplastó a la guerrilla en los 80 y luego dejó entrar en las filas de su partido a un hombre que tuvo nexos con la guerrilla). Portillo es un ex presidente que mató a dos hombre en México, crimen que pavoneó con mucho orgullo cuando era candidato presidencial. Portillo fue un político que robó groseramente de las arcas del Estado y sin escuela alguna, sin valerse de métodos sofisticados para ocultar el rastro; fue un político que golpeó –y muy duro– la poca institucionalidad que el país tenía. Portillo es un ex presidente convicto, que cumplió prisión en EE.UU. por lavado de dinero y que ahora está de regreso en su patria querida que tanto lo extrañaba.

Guatemala, el país del mundo al revés, le abre los brazos una vez más a su hijo rebelde. ¡Bienvenido a su casa, Alfonso Portillo!

¡Bienvenido a su casa, Alfonso Portillo!

Redacción
27 de febrero, 2015

Guatemala está patas arriba, esta es la escuela del mundo al revés y no por las razones que Eduardo Galeano explica. Regresó Alfonso Portillo, lo recibimos a lo grande, como estrella de cine, y los medios, ¡nuestros paladines de la democracia!, le regalan una tribuna para que se luzca, para que derroche esa hinchada personalidad que tanto le ha ayudado en su vida.

En vez de acorralarlo con preguntas sobre su legado tan nefasto, en vez de cuestionarlo inflexiblemente sobre cualquier deseo que pueda tener de regresar a la política nacional, como haría cualquier periodista de un país civilizado, los nuestros le dieron cobertura en vivo y micrófono por casi una hora para que nos educara: recomendó reformar la constitución y revisar la Ley de Minería, dijo que la CICIG no sirve para nada pero que ha tenido aciertos y enfatizó la importancia de unirse para combatir la corrupción.

Pero toda esta feria tiene una ironía que no se molesta en pasar oculta: si un día hacemos una buena reforma constitucional, será para blindar al sistema político contra gente como Portillo; pero aquí está él, diciéndonos cómo hacer de Guatemala un país de ciudadanos virtuosos y la prensa ayudándole con las relaciones públicas.

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¿Y quién es Alfonso Portillo? Un hombre que en su juventud trabajó con el Ejército Guerrillero de los Pobres (para todos los que creen que Ríos Montt es un derechista recalcitrante, que les quede claro que esta gente no cree en nada. Ríos Montt aplastó a la guerrilla en los 80 y luego dejó entrar en las filas de su partido a un hombre que tuvo nexos con la guerrilla). Portillo es un ex presidente que mató a dos hombre en México, crimen que pavoneó con mucho orgullo cuando era candidato presidencial. Portillo fue un político que robó groseramente de las arcas del Estado y sin escuela alguna, sin valerse de métodos sofisticados para ocultar el rastro; fue un político que golpeó –y muy duro– la poca institucionalidad que el país tenía. Portillo es un ex presidente convicto, que cumplió prisión en EE.UU. por lavado de dinero y que ahora está de regreso en su patria querida que tanto lo extrañaba.

Guatemala, el país del mundo al revés, le abre los brazos una vez más a su hijo rebelde. ¡Bienvenido a su casa, Alfonso Portillo!