En el 2011, voces de la sociedad civil estimaron que en las elecciones de ese año, se gastó unos 5 dólares por habitante en concepto de publicidad. Dicho esto y al ritmo que vamos, las del 2015, se convertirían en las elecciones con el mayor gasto en campañas políticas y las más caras en la historia del país. Esto contrasta, y dice mucho del presente y futuro de un país como el nuestro, si tenemos en cuenta las estimaciones del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, ICEFI, que señalan que, para el presente año, la inversión pública en niñez y adolescencia en Guatemala será de apenas Q. 6.48 diarios, por cada niñ@ y adolescente. Este último dato debería de generarnos enojo y ser más acuciosos en saber cómo y en qué invierten los diferentes gobiernos y fiscalizar más aquellos pagos por favores en la campaña.
En este contexto, es oportuno preguntarse ¿De dónde salen las cuantiosas sumas millonarias para financiar un “vehículo” electoral? Responder a esta pregunta, con certeza, es difícil en un escenario donde la “cultura de la opacidad” reina y campea. Es verdad, algunos dirán que sale de nuestros impuestos con los cuales se pagan, por ejemplo, facturas de pauta “oficial” para impulsar al “ungido” del gobierno de turno… Pero eso es sólo una parte de la madeja. Hay que preguntarse, también: ¿Qué hay del financiamiento oscuro que proviene, por ejemplo, del narcotráfico u otros grupos criminales? Quizá, en breve, haya algunas pistas y la táctica no sería otra que poner en práctica aquello de “Follow the Money”.
Y es que por estos días se comenta y espera, en varios círculos, en torno al informe de CICIG sobre financiamiento ilícito a partidos políticos, con la “esperanza” que en él se muestre, con “pelos y señales”, información valiosa sobre el impacto de dicho financiamiento en la política nacional. Mucho se especula sobre el alcance que tendría el contenido de dicho informe, en un momento en el cual también se discute sobre la ampliación del mandato de dicha Comisión -no entro, por ahora, en el debate de si debe irse o quedarse la CICIG, ya está aquí… que haga algo con los cuantiosos recursos que tiene asignados-.
Hay otros factores que hacen aún más interesante el informe de CICIG, porque se daría en un momento donde también hay “ansia” de saber en torno a ¿qué han dicho o dirán los extraditados a EEUU señalados del delito de tráfico de drogas y lavado de dinero? Asimismo, están en el aire preguntas como: ¿Quién ha llenado los “vacios” dejados por los otrora “intocables”? ¿Cuáles son los escenarios que CICIG vislumbra sobre el fenómeno del narcotráfico en Guatemala, al tenor de lo que se ha registrado en la “guerra contra el narco” en el vecino país del norte, justo arribita del Usumacinta y su impacto en la política nacional?
Dicen que el que tiene poder controla, al menos, factores como: Territorio, población y recursos. Y tal parece que el narcotráfico en Guatemala controla… y mucho. Según, declaraciones del que fuera el primer Comisionado de CICIG, en 2009, éste le habría dicho al embajador de un poderoso país del norte que el narcotráfico controlaba, ya en dicho año, alrededor del 60% del territorio nacional.
Aún cuando el informe de CICIG sobre financiamiento ilícito a partidos políticos no tiene fecha específica, hay muchas voces que ya le están diciendo a esa comisión que el mismo sea “para abril o para mayo”, justo antes de la Convocatoria Oficial a Elecciones por parte del TSE. Así, habría tiempo de “vetar” potenciales agentes de las mafias en la política nacional.
El gran Roberto Saviano, decía en su obra Cero Cero Cero: “mira la coca y veras el polvo… mira a través de la cocaína y veras el mundo”. Lo anterior, en referencia al inmenso poder del narcotráfico y su capacidad para erosionar los Estados, especialmente áreas estratégicas… Y es que no hay que perder de vista que en las estructuras estatales busca “infiltrar y/o controlar” aquellas “áreas sensibles” de la institucionalidad pública (servicios de inteligencia, fuerzas de seguridad pública, contratos de obra pública, entre otros)… pero para ello tendrían que contar con la connivencia de funcionarios públicos. Y esa connivencia se la ganaría aportando dinero contante y sonante.
Veremos pues, que tan “impactante” es el tan esperado informe de CICIG y a quiénes tocará… y qué acciones desatará en el marco de la campaña electoral…
En el 2011, voces de la sociedad civil estimaron que en las elecciones de ese año, se gastó unos 5 dólares por habitante en concepto de publicidad. Dicho esto y al ritmo que vamos, las del 2015, se convertirían en las elecciones con el mayor gasto en campañas políticas y las más caras en la historia del país. Esto contrasta, y dice mucho del presente y futuro de un país como el nuestro, si tenemos en cuenta las estimaciones del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales, ICEFI, que señalan que, para el presente año, la inversión pública en niñez y adolescencia en Guatemala será de apenas Q. 6.48 diarios, por cada niñ@ y adolescente. Este último dato debería de generarnos enojo y ser más acuciosos en saber cómo y en qué invierten los diferentes gobiernos y fiscalizar más aquellos pagos por favores en la campaña.
En este contexto, es oportuno preguntarse ¿De dónde salen las cuantiosas sumas millonarias para financiar un “vehículo” electoral? Responder a esta pregunta, con certeza, es difícil en un escenario donde la “cultura de la opacidad” reina y campea. Es verdad, algunos dirán que sale de nuestros impuestos con los cuales se pagan, por ejemplo, facturas de pauta “oficial” para impulsar al “ungido” del gobierno de turno… Pero eso es sólo una parte de la madeja. Hay que preguntarse, también: ¿Qué hay del financiamiento oscuro que proviene, por ejemplo, del narcotráfico u otros grupos criminales? Quizá, en breve, haya algunas pistas y la táctica no sería otra que poner en práctica aquello de “Follow the Money”.
Y es que por estos días se comenta y espera, en varios círculos, en torno al informe de CICIG sobre financiamiento ilícito a partidos políticos, con la “esperanza” que en él se muestre, con “pelos y señales”, información valiosa sobre el impacto de dicho financiamiento en la política nacional. Mucho se especula sobre el alcance que tendría el contenido de dicho informe, en un momento en el cual también se discute sobre la ampliación del mandato de dicha Comisión -no entro, por ahora, en el debate de si debe irse o quedarse la CICIG, ya está aquí… que haga algo con los cuantiosos recursos que tiene asignados-.
Hay otros factores que hacen aún más interesante el informe de CICIG, porque se daría en un momento donde también hay “ansia” de saber en torno a ¿qué han dicho o dirán los extraditados a EEUU señalados del delito de tráfico de drogas y lavado de dinero? Asimismo, están en el aire preguntas como: ¿Quién ha llenado los “vacios” dejados por los otrora “intocables”? ¿Cuáles son los escenarios que CICIG vislumbra sobre el fenómeno del narcotráfico en Guatemala, al tenor de lo que se ha registrado en la “guerra contra el narco” en el vecino país del norte, justo arribita del Usumacinta y su impacto en la política nacional?
Dicen que el que tiene poder controla, al menos, factores como: Territorio, población y recursos. Y tal parece que el narcotráfico en Guatemala controla… y mucho. Según, declaraciones del que fuera el primer Comisionado de CICIG, en 2009, éste le habría dicho al embajador de un poderoso país del norte que el narcotráfico controlaba, ya en dicho año, alrededor del 60% del territorio nacional.
Aún cuando el informe de CICIG sobre financiamiento ilícito a partidos políticos no tiene fecha específica, hay muchas voces que ya le están diciendo a esa comisión que el mismo sea “para abril o para mayo”, justo antes de la Convocatoria Oficial a Elecciones por parte del TSE. Así, habría tiempo de “vetar” potenciales agentes de las mafias en la política nacional.
El gran Roberto Saviano, decía en su obra Cero Cero Cero: “mira la coca y veras el polvo… mira a través de la cocaína y veras el mundo”. Lo anterior, en referencia al inmenso poder del narcotráfico y su capacidad para erosionar los Estados, especialmente áreas estratégicas… Y es que no hay que perder de vista que en las estructuras estatales busca “infiltrar y/o controlar” aquellas “áreas sensibles” de la institucionalidad pública (servicios de inteligencia, fuerzas de seguridad pública, contratos de obra pública, entre otros)… pero para ello tendrían que contar con la connivencia de funcionarios públicos. Y esa connivencia se la ganaría aportando dinero contante y sonante.
Veremos pues, que tan “impactante” es el tan esperado informe de CICIG y a quiénes tocará… y qué acciones desatará en el marco de la campaña electoral…