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Terrorismo, ¿en beneficio de las comunidades?

Redacción
09 de febrero, 2015

En uno de los lugares más bellos del mundo, compartiendo fama con una de las siete maravillas de la naturaleza, en Foz de Iguazú en Brasil, se encuentra la hidroeléctrica de Itaipú catalogada como una de siete maravillas del mundo moderno que provee además, más del 17% de la energía que consume Brasil y cerca del 80% del consumo del Paraguay.

“Itaipú” significa la piedra que canta en guaraní, y en el documental que muestran a los visitantes en un auditorio moderno con butacas, pantalla y sonido de la mejor tecnología, promocionan a la hidroeléctrica de Itaipú como la piedra que canta para dos naciones. Y es que además de ser un centro de producción de energía renovable, es también un centro turístico y una de las mayores atracciones del lugar visitado por millones de personas. Además han desarrollado un proyecto de innovación y tecnología impresionante que sirve de impulso y de norte principalmente a la apuesta competitiva de la región basado en investigación científica y desarrollo en alianza con la academia y las empresas comerciales.

Es apasionante ver que en este lugar no solo se produce agua y energía, ni se limita a turismo o gestión ambiental o responsabilidad social empresarial. Se produce empleo e ingresos para miles de personas (durante su construcción se usaron más de 40 mil trabajadores) pero principalmente se produce una transformación de la matriz cerebral impulsando el conocimiento y las ganas de más, pero de esto escribiré en otro momento.

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Hace apenas unos días, en la Finca Argentina en San Marcos en donde se construye la hidroeléctrica Hidrosalá un grupo de terroristas -no hay otra palabra, pues los hechos cometidos son actos terroristas- que conforman un supuesto movimiento de oposición a la hidroeléctrica entraron por la fuerza violando propiedad privada, quemando maquinaria, siembras de café y hule; robando armas de fuego, y ¿tomando un puente bayley?. Además quemaron y destruyeron casas, secuestraron y amenazaron la vida de trabajadores y comunitarios. Y como si fuera poco, un diputado de URNG al mismo estilo que los grupos guerrilleros sale a defender y justificar argumentando que se trata de un movimiento de auditoría social para beneficio de los ciudadanos.

Con la misma violencia han actuado estos movimientos en Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz, y San Juan Sacatepéquez. No conozco los planes de desarrollo de Hidrosalá, pero no debemos tolerar que ningún otro proyecto, inversionista, comunitario, o trabajador sigan siendo víctimas de estos actos terroristas. Pregunto al Diputado Mejía: ¿a qué beneficios para los ciudadanos se refiere él al hablar de auditoría social? ¿en dónde están las propuestas de inversión y proyectos de desarrollo para las comunidades rurales del país que llevan su firma? ¿a qué grupos les beneficia que no llegue la energía? ¿quién sale ganando si no llegan cientos ni miles de turistas por esas carreteras? ¿A quién le conviene la ausencia del Estado en lugares como San Marcos?.

Esta oposición terrorista y sistemática sólo se explica en el beneficio que para grupos criminales pueda representar seguir manteniendo comunidades enteras aisladas, sin presencia del Estado, en donde pensar puedan llegar miles de turistas o cientos de estudiantes a hacer investigación no sea más que soñar.

Si el diputado de verdad quiere trabajar en beneficio de las comunidades, debería de entender que cada vez que esos terroristas atentan contra estas empresas, ponen en riesgo y destruyen servicios vitales para los guatemaltecos acabando con la posibilidad de desarrollo de futuras generaciones.

El beneficio de las comunidades y la prosperidad, no se logra con terrorismo, se logra con desarrollo e inversión de largo plazo.

Terrorismo, ¿en beneficio de las comunidades?

Redacción
09 de febrero, 2015

En uno de los lugares más bellos del mundo, compartiendo fama con una de las siete maravillas de la naturaleza, en Foz de Iguazú en Brasil, se encuentra la hidroeléctrica de Itaipú catalogada como una de siete maravillas del mundo moderno que provee además, más del 17% de la energía que consume Brasil y cerca del 80% del consumo del Paraguay.

“Itaipú” significa la piedra que canta en guaraní, y en el documental que muestran a los visitantes en un auditorio moderno con butacas, pantalla y sonido de la mejor tecnología, promocionan a la hidroeléctrica de Itaipú como la piedra que canta para dos naciones. Y es que además de ser un centro de producción de energía renovable, es también un centro turístico y una de las mayores atracciones del lugar visitado por millones de personas. Además han desarrollado un proyecto de innovación y tecnología impresionante que sirve de impulso y de norte principalmente a la apuesta competitiva de la región basado en investigación científica y desarrollo en alianza con la academia y las empresas comerciales.

Es apasionante ver que en este lugar no solo se produce agua y energía, ni se limita a turismo o gestión ambiental o responsabilidad social empresarial. Se produce empleo e ingresos para miles de personas (durante su construcción se usaron más de 40 mil trabajadores) pero principalmente se produce una transformación de la matriz cerebral impulsando el conocimiento y las ganas de más, pero de esto escribiré en otro momento.

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Hace apenas unos días, en la Finca Argentina en San Marcos en donde se construye la hidroeléctrica Hidrosalá un grupo de terroristas -no hay otra palabra, pues los hechos cometidos son actos terroristas- que conforman un supuesto movimiento de oposición a la hidroeléctrica entraron por la fuerza violando propiedad privada, quemando maquinaria, siembras de café y hule; robando armas de fuego, y ¿tomando un puente bayley?. Además quemaron y destruyeron casas, secuestraron y amenazaron la vida de trabajadores y comunitarios. Y como si fuera poco, un diputado de URNG al mismo estilo que los grupos guerrilleros sale a defender y justificar argumentando que se trata de un movimiento de auditoría social para beneficio de los ciudadanos.

Con la misma violencia han actuado estos movimientos en Huehuetenango, Quiché, Alta Verapaz, y San Juan Sacatepéquez. No conozco los planes de desarrollo de Hidrosalá, pero no debemos tolerar que ningún otro proyecto, inversionista, comunitario, o trabajador sigan siendo víctimas de estos actos terroristas. Pregunto al Diputado Mejía: ¿a qué beneficios para los ciudadanos se refiere él al hablar de auditoría social? ¿en dónde están las propuestas de inversión y proyectos de desarrollo para las comunidades rurales del país que llevan su firma? ¿a qué grupos les beneficia que no llegue la energía? ¿quién sale ganando si no llegan cientos ni miles de turistas por esas carreteras? ¿A quién le conviene la ausencia del Estado en lugares como San Marcos?.

Esta oposición terrorista y sistemática sólo se explica en el beneficio que para grupos criminales pueda representar seguir manteniendo comunidades enteras aisladas, sin presencia del Estado, en donde pensar puedan llegar miles de turistas o cientos de estudiantes a hacer investigación no sea más que soñar.

Si el diputado de verdad quiere trabajar en beneficio de las comunidades, debería de entender que cada vez que esos terroristas atentan contra estas empresas, ponen en riesgo y destruyen servicios vitales para los guatemaltecos acabando con la posibilidad de desarrollo de futuras generaciones.

El beneficio de las comunidades y la prosperidad, no se logra con terrorismo, se logra con desarrollo e inversión de largo plazo.