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El Alfaque nos hace tomar malas decisiones.

Redacción
11 de marzo, 2015

Cuanto estas nadando en las playas guatemaltecas, puedes ser sorprendido por un alfaque, que son corrientes de dentro del mar que te llevan mar a dentro.  Claro que el mar sigue con sus olas normales, lo que dificulta salir del mar.  Cuanto más tiempo llevas en el alfaque, y más olas te golpean, muchos son victimas de la desesperación, y el cansancio.  Si no conoces del “mar” tu decisión obvia será la más equivocada.  Lo obvio es nadar hacia la playa, y la ruta más corta para llegar es nadar recto.  Grave error, no puedes contra las corrientes y contra las olas.  Lo que debes hacer es tratar de salir nadando en diagonal, o nadar hacia la reventazón, así evitas las olas y puedes esperar a ser rescatado.

Es muy fácil explicar como salir de un alfaque cuando estamos en nuestra oficina muy lejos de la playa.  Pero al estar dentro, las decisiones no son las correctas por las presiones y el agua que seguro estas tragando.

Muchos tomamos malas decisiones en los momentos de crisis, pues no logramos ver el camino, y nos dejamos llevar por lo que parece ser la salida mas fácil u obvia. Empeorando el problema.

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Guatemala lleva tiempo dentro de en un alfaque, y muchos ya estamos desesperados con tanta violencia, corrupción, falta de certeza jurídica, robos, y sobre todo con tanta ineficiencia del sector público en todos sus sectores.    Hay mucho que decir sobre cada uno de estos errores, y por supuesto hay soluciones que plantear a los mismos. Pero el tema que esta en la palestra, sobre todo después de la visita del vicepresidente de Estados Unidos, es si sigue o no la CICIG.

Este invento de la cooperación internacional, asumamos con buenas intenciones, llego a Guatemala, en medio de un alfaque, y muchos lo vieron como la salvación o una posible ruta para enderezar el rumbo.  Pasaron varios años y los resultados positivos, resultaron ser falsos positivos.  Resulto ser que se equivocaron, que metieron presos a inocentes, que abusaron de la figura del colaborador eficaz, que se convirtieron en una estructura paralela a los órganos de Guatemala, opinando sobre las elecciones del Congreso de la República, opinando sobre los jueces, pero nunca aportando las pruebas contundentes que permitieran desarticular las tan oídas y afamadas estructuras paralelas.  Es más, ellos se convirtieron en una nueva estructura paralela de poder.  No podemos negar que llegaron algunos resultados, se da luces en algunos casos, más no se resuelve de fondo ninguno.

Pero de nuevo estamos en el alfaque, la situación política, jurídica y económica de Guatemala esta más deteriorada que cuando entro la CICIG, seguimos con el agua al cuello y no vemos con claridad la solución, y ante la desesperación, vemos en los escasos aciertos de la CICIG el camino a seguir.  Estamos magnificando estos aciertos y ocultando o minimizando los grandes errores y fracasos.

Se debe enfrentar el hecho que la justicia y la política en Guatemala es problema que necesita de transformarse desde sus bases.   Pero no podemos dejar de lado que contar apoyo de profesionales de otros países puede ser de gran ayuda.  Al igual que nuestra sistema necesita de cambios, la CICIG necesita cambios para que sus resultados sean positivos, pero sobre todo medibles.  Los actuales resultados nos encaminan a pedirle que se retire de Guatemala, y si se queda debe definir claramente que temas va investigar.   Las estructuras clandestinas o paralelas son conceptos muy difusos, se debe re definir en su mandato que va investigar, y limitarlo a esos temas.  Por ejemplo, financiamiento de partidos políticos o dinero del narcotráfico en las municipalidades.

Pero más que la continuidad de esta iniciativa, es deber inmediato analizar como mejoramos nuestro sistema de justicia, y no olvidarnos que somos quienes vivimos en Guatemala los que soportaremos lo bueno y malo nuestras acciones.

Pongamos nuestros ojos en los jueces, invitemos a los medios a que le den cobertura a las sentencias de los jueces, dediquemos tiempo hoy a pensar en la reforma al sector justicia.  Veamos en estas elecciones la oportunidad de enderezar el rumbo.  No nos dejemos morir con la frase “alguien más lo hará”.

El Alfaque nos hace tomar malas decisiones.

Redacción
11 de marzo, 2015

Cuanto estas nadando en las playas guatemaltecas, puedes ser sorprendido por un alfaque, que son corrientes de dentro del mar que te llevan mar a dentro.  Claro que el mar sigue con sus olas normales, lo que dificulta salir del mar.  Cuanto más tiempo llevas en el alfaque, y más olas te golpean, muchos son victimas de la desesperación, y el cansancio.  Si no conoces del “mar” tu decisión obvia será la más equivocada.  Lo obvio es nadar hacia la playa, y la ruta más corta para llegar es nadar recto.  Grave error, no puedes contra las corrientes y contra las olas.  Lo que debes hacer es tratar de salir nadando en diagonal, o nadar hacia la reventazón, así evitas las olas y puedes esperar a ser rescatado.

Es muy fácil explicar como salir de un alfaque cuando estamos en nuestra oficina muy lejos de la playa.  Pero al estar dentro, las decisiones no son las correctas por las presiones y el agua que seguro estas tragando.

Muchos tomamos malas decisiones en los momentos de crisis, pues no logramos ver el camino, y nos dejamos llevar por lo que parece ser la salida mas fácil u obvia. Empeorando el problema.

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Guatemala lleva tiempo dentro de en un alfaque, y muchos ya estamos desesperados con tanta violencia, corrupción, falta de certeza jurídica, robos, y sobre todo con tanta ineficiencia del sector público en todos sus sectores.    Hay mucho que decir sobre cada uno de estos errores, y por supuesto hay soluciones que plantear a los mismos. Pero el tema que esta en la palestra, sobre todo después de la visita del vicepresidente de Estados Unidos, es si sigue o no la CICIG.

Este invento de la cooperación internacional, asumamos con buenas intenciones, llego a Guatemala, en medio de un alfaque, y muchos lo vieron como la salvación o una posible ruta para enderezar el rumbo.  Pasaron varios años y los resultados positivos, resultaron ser falsos positivos.  Resulto ser que se equivocaron, que metieron presos a inocentes, que abusaron de la figura del colaborador eficaz, que se convirtieron en una estructura paralela a los órganos de Guatemala, opinando sobre las elecciones del Congreso de la República, opinando sobre los jueces, pero nunca aportando las pruebas contundentes que permitieran desarticular las tan oídas y afamadas estructuras paralelas.  Es más, ellos se convirtieron en una nueva estructura paralela de poder.  No podemos negar que llegaron algunos resultados, se da luces en algunos casos, más no se resuelve de fondo ninguno.

Pero de nuevo estamos en el alfaque, la situación política, jurídica y económica de Guatemala esta más deteriorada que cuando entro la CICIG, seguimos con el agua al cuello y no vemos con claridad la solución, y ante la desesperación, vemos en los escasos aciertos de la CICIG el camino a seguir.  Estamos magnificando estos aciertos y ocultando o minimizando los grandes errores y fracasos.

Se debe enfrentar el hecho que la justicia y la política en Guatemala es problema que necesita de transformarse desde sus bases.   Pero no podemos dejar de lado que contar apoyo de profesionales de otros países puede ser de gran ayuda.  Al igual que nuestra sistema necesita de cambios, la CICIG necesita cambios para que sus resultados sean positivos, pero sobre todo medibles.  Los actuales resultados nos encaminan a pedirle que se retire de Guatemala, y si se queda debe definir claramente que temas va investigar.   Las estructuras clandestinas o paralelas son conceptos muy difusos, se debe re definir en su mandato que va investigar, y limitarlo a esos temas.  Por ejemplo, financiamiento de partidos políticos o dinero del narcotráfico en las municipalidades.

Pero más que la continuidad de esta iniciativa, es deber inmediato analizar como mejoramos nuestro sistema de justicia, y no olvidarnos que somos quienes vivimos en Guatemala los que soportaremos lo bueno y malo nuestras acciones.

Pongamos nuestros ojos en los jueces, invitemos a los medios a que le den cobertura a las sentencias de los jueces, dediquemos tiempo hoy a pensar en la reforma al sector justicia.  Veamos en estas elecciones la oportunidad de enderezar el rumbo.  No nos dejemos morir con la frase “alguien más lo hará”.