Es relativamente común pensar que los costos determinan los precios de consumo, sin embargo el objetivo de este comentario es convencer al lector que en realidad los precios finales de consumo son los que determinan los costos de producción.  Decir que los costos determinan los precios de consumo se puede refutar con el hecho que existen gran cantidad de productos y empresas que no logran sobrevivir en el mercado porque sus costos son más altos a los precios de venta, o viendo como solo existe un precio internacional para insumos, por ejemplo, petróleo, y existen distintos métodos de extracción con distinta estructura de costos.  Al hablar de costos me refiero a los factores necesarios para llevar un producto al mercado, por ejemplo materias primas, mano de obra, maquinaria, transporte, administración operativa, etc.  Y el primer punto que quisiera hacer, y que su comprensión es fundamental para el presente argumento, es que estos ‘costos’ también son precios.

Cuando el encargado de compras de una empresa llama a sus proveedores para cotizar el costo de alguna materia prima, lo que está haciendo es, en efecto, negociando el precio de dichas materias primas y sus contra-partes en las empresas que están vendiendo el producto probablemente esta en el departamento de ventas.  En la operación normal de una empresa se observa que los encargados de desarrollar una estrategia de precios deben considerar cual es el costo unitario de producción de un producto.  Ya que no es lógico vender sostenidamente un artículo por debajo de su costo unitario de producción.  Por ende, en sus cálculos el empresario estima a cuanto puede vender un artículo y cuanto le cuesta producirlo, si el precio esperado es mayor que el costo esperado, existe una oportunidad de ganancia.  Al identificar una oportunidad de ganancia las empresas estarán dispuestas a comprar más insumos para producir los productos finales y esa dinámica, el incremento o disminución en la demanda en el mercado de, por ejemplo, materias primas, será el factor fundamental en la determinación de los precios de las materias primas.

Si existen más empresas dispuestas a pagar más por un insumo, el precio de dicho insumo subirá, y si existen menos empresas su precio bajará.  Vemos que la causa fundamental de cambios en la demanda de los factores productivos es la expectativa de producir algo y luego venderlo a un precio esperado, los empresarios estarán dispuestos a pagar más por los materiales de producción solo si creen que los consumidores estarán dispuestos a pagar más por el producto final.  Y así como existen empresarios para productos finales, también existen empresarios en el sector de factores productivos, cuyo producto final es el insumo para otra empresa (‘productos intermedios’).  Ellos también ajustarán su producción en función a sus expectativas del precio final de lo que ellos producen, lo cual dependerá, como vimos anteriormente, en las preferencias de los consumidores finales y su disposición a pagar más o menos por el producto de consumo, son ellos (los consumidores) el inicio de la cadena de precios, no el final.  Sin embargo, las acciones de las empresas en toda la cadena de producción también serán relevantes, especialmente en su afán por incrementar la productividad, ya sea con tecnología o con nuevos procesos de producción, dichas acciones tienden a bajar el precio de los productos intermedios, ya que van encaminados a incrementar la cantidad del producto en cuestión.  Un ejemplo reciente de este fenómeno es la baja en el precio del petróleo.

El entendimiento de los procesos económicos, y en especial el proceso de la formación de precios, es fundamental para nuestra civilización, ya que no hay nada más poderoso en el mundo que las ideas.  Las ideas son el punto de partida para toda acción humana, son las ideas las que mueven a los líderes y capturan la imaginación de la mayoría.  Los argumentos presentados en el presente comentario son por necesidad un resumen, el que tenga más interés en el tema puede buscar más información sobre la ‘teoría de la imputación’, desarrollada inicialmente por Carl Menger.  Esta teoría está en oposición directa a la teoría de valor de Adam Smith y David Ricardo, la cual fue una pieza fundamental en la teoría de la explotación de Karl Marx.  En la ingeniería o aviación una teoría errónea puede causar el fracaso de un proyecto, en economía o política, una teoría errónea puede causar la desintegración de nuestra civilización, como sucedió con el socialismo en la Unión Soviética y con el nazismo en Alemania.