PISA , “ Programme for International Student Assessment” se aplica mundialmente a los alumnos de quince años que están por elegir su futuro, sea en la educación media superior, la educación técnica vocacional o para el ingreso al mundo laboral. La prueba se aplica cada tres años, y de esa manera sistemática provee un seguimiento medible del estado del sistema educativo de los países participantes, pues no mide rendimiento individual, ni de un alumno en específico ni de un establecimiento educativo; sus resultados demuestran el estado de las políticas nacionales y su éxito o fracaso.
Se elije una muestra de estudiantes de cada país; se busca conocer las competencias en tres áreas: competencia lectora, competencia en matemática y competencia científica, reconociendo y valorando el nivel de esas competencias. Aunado a la prueba diagnóstica de habilidades, adicionalmente se completa un cuestionario que contempla el entorno del alumno, su cultura, los recursos humanos disponibles, a qué sector pertenece la institución educativa, la población estudiantil en el aula, en resumen, todos los factores que puedan tener un impacto en la adquisición y desarrollo de las competencias.
La evaluación enfatiza el dominio de los procesos, la comprensión de los conceptos y la habilidad de actuar en varias situaciones. Pretende medir cómo la persona aplica sus habilidades en situaciones prácticas, siendo estas ejemplos de la vida diaria, un perfil de capacidades.
Se cita puntualmente del documento OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) institución que aplica la prueba a los países miembros : “ Las competencias….las habilidades, la pericia y las aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas, para manejar información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en la vida adulta y que requerirán de tales habilidades.”
Guatemala ha iniciado la ruta de participación en esta prueba internacional. Marzo 27 del 2015 fue la fecha de lanzamiento nacional de la participación en PISA para el Desarrollo, después de haber firmado el acuerdo de participación en octubre del 2014. Esta iniciativa tiene como meta hacer los instrumentos lo más pertinente posible al entorno del país en que se va aplicar, siempre guardando la misión y visión de la prueba, la identificación de las capacidades, habilidades y aptitudes de los alumnos, las cuales proveen una radiografía de sistema educativo en general.
La información oficial de OCDE describe que el fin de PISA se concibe como “un recurso para ofrecer abundante y detallada información que permita a los países miembros adoptar las decisiones y políticas publicas necesaria para mejorar los niveles educativos.” Con ese afán, explicaron este 27 de marzo Pablo Zoido y Michael Ward, representantes de OCDE, se busca la inclusión de los indicadores nacionales de política educativa, y otros que son de suma importancia, si no medibles, pero si referentes para el éxito en el sistema educativo, como los niveles de pobreza, el vinculo de la dirección de la escuela con la o el director, el actitud de los actores de la gestión, las interrelaciones familiares, la autonomía y la descentralización.
La muestra elegida para optar a la prueba deben obedecer a la estructura educativa del país. En Guatemala, por ejemplo, el alto porcentaje de centros educativos privados que atienden la población de básicos y diversificada participará en la misma proporción como las poblaciones escolares.
PISA sufre comentarios negativos; no todos los educadores están de acuerdo con la medición que ofrece. Richard Gerver, experto y profesor en educación, comentó en Bilbao en marzo del 2015, por la preocupación de que los gobernantes se “obsesionen” con los resultados y son de alta competitividad entre los países, no el espíritu de autoanálisis.
De igual manera, un grupo de 83 educadores enviaron el 6 de mayo 2014 al Dr. Andreas Schliecher, director de PISA, una carta comunicando su preocupación colectiva por el impacto de la prueba por inducir a una cultura de cumplimiento a estándares, y como resultado se pueda volver tedioso el aprendizaje. http://www.theguardian.com/education/2014/may/06/oecd-pisa-tests-damaging-education-academics
La iniciativa del Ministerio de Educación de asegurar un proceso de continua mejora en la calidad del aprendizaje, la cual se pretende medir en las competencias de los alumnos elegidos al azar en la participación PISA, es de felicitar. Los resultados serán significativos.
PISA , “ Programme for International Student Assessment” se aplica mundialmente a los alumnos de quince años que están por elegir su futuro, sea en la educación media superior, la educación técnica vocacional o para el ingreso al mundo laboral. La prueba se aplica cada tres años, y de esa manera sistemática provee un seguimiento medible del estado del sistema educativo de los países participantes, pues no mide rendimiento individual, ni de un alumno en específico ni de un establecimiento educativo; sus resultados demuestran el estado de las políticas nacionales y su éxito o fracaso.
Se elije una muestra de estudiantes de cada país; se busca conocer las competencias en tres áreas: competencia lectora, competencia en matemática y competencia científica, reconociendo y valorando el nivel de esas competencias. Aunado a la prueba diagnóstica de habilidades, adicionalmente se completa un cuestionario que contempla el entorno del alumno, su cultura, los recursos humanos disponibles, a qué sector pertenece la institución educativa, la población estudiantil en el aula, en resumen, todos los factores que puedan tener un impacto en la adquisición y desarrollo de las competencias.
La evaluación enfatiza el dominio de los procesos, la comprensión de los conceptos y la habilidad de actuar en varias situaciones. Pretende medir cómo la persona aplica sus habilidades en situaciones prácticas, siendo estas ejemplos de la vida diaria, un perfil de capacidades.
Se cita puntualmente del documento OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos) institución que aplica la prueba a los países miembros : “ Las competencias….las habilidades, la pericia y las aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas, para manejar información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en la vida adulta y que requerirán de tales habilidades.”
Guatemala ha iniciado la ruta de participación en esta prueba internacional. Marzo 27 del 2015 fue la fecha de lanzamiento nacional de la participación en PISA para el Desarrollo, después de haber firmado el acuerdo de participación en octubre del 2014. Esta iniciativa tiene como meta hacer los instrumentos lo más pertinente posible al entorno del país en que se va aplicar, siempre guardando la misión y visión de la prueba, la identificación de las capacidades, habilidades y aptitudes de los alumnos, las cuales proveen una radiografía de sistema educativo en general.
La información oficial de OCDE describe que el fin de PISA se concibe como “un recurso para ofrecer abundante y detallada información que permita a los países miembros adoptar las decisiones y políticas publicas necesaria para mejorar los niveles educativos.” Con ese afán, explicaron este 27 de marzo Pablo Zoido y Michael Ward, representantes de OCDE, se busca la inclusión de los indicadores nacionales de política educativa, y otros que son de suma importancia, si no medibles, pero si referentes para el éxito en el sistema educativo, como los niveles de pobreza, el vinculo de la dirección de la escuela con la o el director, el actitud de los actores de la gestión, las interrelaciones familiares, la autonomía y la descentralización.
La muestra elegida para optar a la prueba deben obedecer a la estructura educativa del país. En Guatemala, por ejemplo, el alto porcentaje de centros educativos privados que atienden la población de básicos y diversificada participará en la misma proporción como las poblaciones escolares.
PISA sufre comentarios negativos; no todos los educadores están de acuerdo con la medición que ofrece. Richard Gerver, experto y profesor en educación, comentó en Bilbao en marzo del 2015, por la preocupación de que los gobernantes se “obsesionen” con los resultados y son de alta competitividad entre los países, no el espíritu de autoanálisis.
De igual manera, un grupo de 83 educadores enviaron el 6 de mayo 2014 al Dr. Andreas Schliecher, director de PISA, una carta comunicando su preocupación colectiva por el impacto de la prueba por inducir a una cultura de cumplimiento a estándares, y como resultado se pueda volver tedioso el aprendizaje. http://www.theguardian.com/education/2014/may/06/oecd-pisa-tests-damaging-education-academics
La iniciativa del Ministerio de Educación de asegurar un proceso de continua mejora en la calidad del aprendizaje, la cual se pretende medir en las competencias de los alumnos elegidos al azar en la participación PISA, es de felicitar. Los resultados serán significativos.