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Objetivismo: Conceptos inválidos

Redacción
04 de marzo, 2015

La definición es contextual, es una condensación de conocimiento, conocimiento de las unidades de un concepto y de su lugar en la estructura cognitiva de uno. Y el conocimiento no es una suma congelada, sino que crece con el desarrollo del individuo. Por tanto, para que las definiciones funcionen como condensadores óptimos de conocimiento, deben expandirse para estar al día con el contexto en expansión del conocimiento. Se establece en un contexto dado de conocimiento, y se debe juzgar por referencia al contexto del conocimiento en que se usa. Un conocimiento más amplio o más profundo de las unidades requiere un cambio correspondiente en la definición del concepto.
Si uno sigue las reglas de la definición, uno habrá formado un concepto válido. Los que uno forma, o son conceptos correctos o no lo son, es decir, una conceptualización dada o es pro-cognición o anti-cognición. Al respecto Rand nos dice:
“Hay tal cosa como conceptos inválidos, es decir, palabras que representan intentos de integrar errores, contradicciones o proposiciones falsas, tales como los conceptos que se originan en el misticismo –o palabras sin definición específica, sin referentes, que pueden significar cualquier cosa a cualquiera. Un concepto inválido invalida toda proposición o proceso de pensamiento en el que se usa como afirmación cognitiva.”
Los dos errores que producen conceptos inválidos son: 1) hacer un concepto para unidades que no existen, o 2) hacer un concepto que usa un estándar inválido, dando por resultado una mala clasificación de unidades.
1. CONCEPTOS SIN UNIDADES
Conceptos sin unidades son aquellos que tratan de referirse a lo contradictorio o lo arbitrario. La comprobación de la validez de un concepto consiste en verificar si se puede reducir a la realidad perceptible. Si un concepto no se puede reducir a una base perceptual, éste es un error, una distorsión, una fantasía.

2. CONCEPTOS QUE CLASIFICAN MAL LAS UNIDADES
Conceptos en esta categoría tratan con fenómenos que si existen, pero los organizan mal, clasificándolos de una manera que es confusa, engañosa, es decir, anti-cognitiva. Para validar un concepto, uno debe preguntar:

¿Qué hechos de la realidad establecen la necesidad de tal concepto?
Rand enfatiza que los conceptos no deben multiplicarse más allá de lo necesario, ni hay que integrarlos despreciando la necesidad. Este postulado se conoce como la “Navaja de Rand.” La necesidad a la que se refiere, consiste en la complejidad descriptiva de un grupo dado de existentes, la frecuencia de su uso y los requerimientos de la cognición del estudio ulterior, que son las razones principales para la formación de nuevos conceptos. De estas razones, los requerimientos de la cognición son los más importantes.
Rand describe los tipos de conceptos cuya formación es necesaria según los anteriores criterios así:
“Existe en la periferia del vocabulario conceptual del hombre, una gran cantidad de latitud; en la periferia del vocabulario conceptual del hombre, un área ancha donde la elección es opcional, pero en lo que atañe a ciertas categorías fundamentales de existentes la formación de conceptos es forzosa. Esto incluye categorías tales como: a) los concretos percibidos con los cuales los hombres tratan a diario, representados por el primer nivel de abstracciones; b) los nuevos descubrimientos de las ciencias; c) los nuevos objetos producidos por el hombre que difieren en sus características esenciales de objetos previamente conocidos (por ejemplo “la televisión”); d) las relaciones humanas complejas que involucran combinaciones de comportamientos físicos y psicológicos (por ejemplo: “matrimonio”, “ley”, “justicia”).”
Como los conceptos se automatizan, el automatizar conceptos innecesarios intensifica el caos cognitivo y su poder destructivo. El concepto sustituye con una palabra el enorme agregado de percepciones de entidades que subsume. Para realizar esta función de reducción de unidades, la palabra tiene que ser automatizada en la conciencia humana, de manera que la enorme suma de sus referentes debe estar inmediatamente a disposición de la mente consciente cuando use ese concepto, sin que requiera una visualización perceptual o un resumen mental, de la misma manera en que el concepto “100” no requiere que se visualicen cien rayas cada vez que se lo usa.
Los conceptos que violan la Navaja de Rand, son o “división falsa” o “integración falsa”. Una división falsa es una subdivisión basada en diferencias no esenciales. Se enfocan en diferencias superficiales, cognitivamente insignificantes, a expensas de similitudes fundamentales. Por ejemplo, el concepto “rubaz” que significa: “rubias bellas con ojos azules, 1.67 de altura y 24 años de edad”, es una clasificación que no ofrece ninguna ganancia cognitiva.
Por otro lado, una “integración falsa”, es una ampliación basada en similitudes no esenciales. Se enfocan en similitudes superficiales, cognitivamente insignificantes, a expensas de diferencias fundamentales. Por ejemplo, la definición de “libertad” de Bertand Russell, como: “la ausencia de obstáculos para la realización de los deseos de uno”, en lugar de “la condición del humano de vivir y actuar sin estar a merced de las decisiones arbitrarias de otras personas, al estar protegido por leyes dentro de una sociedad contractual o constitucional”. La integración falsa de Russel da lugar a pensamientos erróneos como suponer que un hombre no es libre entonces, si la falta de voluntad de una mujer de salir con él constituye un obstáculo para satisfacer sus deseos; o no es libre porque tiene que trabajar, porque su deseo es poder vivir sin trabajar.
Todo concepto que se usa en una proposición debe ser válido, pues un concepto inválido convierte en defectuosa a cualquier proposición o juicio que lo usa.

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1. Rand, Ayn. Introducción a la Epistemología Objetivista, pg. 48

Objetivismo: Conceptos inválidos

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04 de marzo, 2015

La definición es contextual, es una condensación de conocimiento, conocimiento de las unidades de un concepto y de su lugar en la estructura cognitiva de uno. Y el conocimiento no es una suma congelada, sino que crece con el desarrollo del individuo. Por tanto, para que las definiciones funcionen como condensadores óptimos de conocimiento, deben expandirse para estar al día con el contexto en expansión del conocimiento. Se establece en un contexto dado de conocimiento, y se debe juzgar por referencia al contexto del conocimiento en que se usa. Un conocimiento más amplio o más profundo de las unidades requiere un cambio correspondiente en la definición del concepto.
Si uno sigue las reglas de la definición, uno habrá formado un concepto válido. Los que uno forma, o son conceptos correctos o no lo son, es decir, una conceptualización dada o es pro-cognición o anti-cognición. Al respecto Rand nos dice:
“Hay tal cosa como conceptos inválidos, es decir, palabras que representan intentos de integrar errores, contradicciones o proposiciones falsas, tales como los conceptos que se originan en el misticismo –o palabras sin definición específica, sin referentes, que pueden significar cualquier cosa a cualquiera. Un concepto inválido invalida toda proposición o proceso de pensamiento en el que se usa como afirmación cognitiva.”
Los dos errores que producen conceptos inválidos son: 1) hacer un concepto para unidades que no existen, o 2) hacer un concepto que usa un estándar inválido, dando por resultado una mala clasificación de unidades.
1. CONCEPTOS SIN UNIDADES
Conceptos sin unidades son aquellos que tratan de referirse a lo contradictorio o lo arbitrario. La comprobación de la validez de un concepto consiste en verificar si se puede reducir a la realidad perceptible. Si un concepto no se puede reducir a una base perceptual, éste es un error, una distorsión, una fantasía.

2. CONCEPTOS QUE CLASIFICAN MAL LAS UNIDADES
Conceptos en esta categoría tratan con fenómenos que si existen, pero los organizan mal, clasificándolos de una manera que es confusa, engañosa, es decir, anti-cognitiva. Para validar un concepto, uno debe preguntar:

¿Qué hechos de la realidad establecen la necesidad de tal concepto?
Rand enfatiza que los conceptos no deben multiplicarse más allá de lo necesario, ni hay que integrarlos despreciando la necesidad. Este postulado se conoce como la “Navaja de Rand.” La necesidad a la que se refiere, consiste en la complejidad descriptiva de un grupo dado de existentes, la frecuencia de su uso y los requerimientos de la cognición del estudio ulterior, que son las razones principales para la formación de nuevos conceptos. De estas razones, los requerimientos de la cognición son los más importantes.
Rand describe los tipos de conceptos cuya formación es necesaria según los anteriores criterios así:
“Existe en la periferia del vocabulario conceptual del hombre, una gran cantidad de latitud; en la periferia del vocabulario conceptual del hombre, un área ancha donde la elección es opcional, pero en lo que atañe a ciertas categorías fundamentales de existentes la formación de conceptos es forzosa. Esto incluye categorías tales como: a) los concretos percibidos con los cuales los hombres tratan a diario, representados por el primer nivel de abstracciones; b) los nuevos descubrimientos de las ciencias; c) los nuevos objetos producidos por el hombre que difieren en sus características esenciales de objetos previamente conocidos (por ejemplo “la televisión”); d) las relaciones humanas complejas que involucran combinaciones de comportamientos físicos y psicológicos (por ejemplo: “matrimonio”, “ley”, “justicia”).”
Como los conceptos se automatizan, el automatizar conceptos innecesarios intensifica el caos cognitivo y su poder destructivo. El concepto sustituye con una palabra el enorme agregado de percepciones de entidades que subsume. Para realizar esta función de reducción de unidades, la palabra tiene que ser automatizada en la conciencia humana, de manera que la enorme suma de sus referentes debe estar inmediatamente a disposición de la mente consciente cuando use ese concepto, sin que requiera una visualización perceptual o un resumen mental, de la misma manera en que el concepto “100” no requiere que se visualicen cien rayas cada vez que se lo usa.
Los conceptos que violan la Navaja de Rand, son o “división falsa” o “integración falsa”. Una división falsa es una subdivisión basada en diferencias no esenciales. Se enfocan en diferencias superficiales, cognitivamente insignificantes, a expensas de similitudes fundamentales. Por ejemplo, el concepto “rubaz” que significa: “rubias bellas con ojos azules, 1.67 de altura y 24 años de edad”, es una clasificación que no ofrece ninguna ganancia cognitiva.
Por otro lado, una “integración falsa”, es una ampliación basada en similitudes no esenciales. Se enfocan en similitudes superficiales, cognitivamente insignificantes, a expensas de diferencias fundamentales. Por ejemplo, la definición de “libertad” de Bertand Russell, como: “la ausencia de obstáculos para la realización de los deseos de uno”, en lugar de “la condición del humano de vivir y actuar sin estar a merced de las decisiones arbitrarias de otras personas, al estar protegido por leyes dentro de una sociedad contractual o constitucional”. La integración falsa de Russel da lugar a pensamientos erróneos como suponer que un hombre no es libre entonces, si la falta de voluntad de una mujer de salir con él constituye un obstáculo para satisfacer sus deseos; o no es libre porque tiene que trabajar, porque su deseo es poder vivir sin trabajar.
Todo concepto que se usa en una proposición debe ser válido, pues un concepto inválido convierte en defectuosa a cualquier proposición o juicio que lo usa.

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1. Rand, Ayn. Introducción a la Epistemología Objetivista, pg. 48