El sistema de la participación política y la democracia directa, en nuestro país se ha desintegrado y ha cambió paulatinamente. De entrada, las bases de los partidos políticos han sido dejados a un lado y ya no cuentan con una participación decisiva dentro de la organización. Es decir, los partidos se convierten poco a poco en una oligarquía donde no quiere renunciar a sus privilegios. Los partidos políticos en Guatemala solo tienen un candidato a presidente, que es previamente establecido y a alcaldes y diputados que pagan una fortuna para participar en las elecciones por ese partido, nadie los postuló, y tampoco representan a la sociedad.

Simplemente ya no se tiene en cuenta a las bases, convirtiéndose así en el típico partido político de burocracia centralizada, jerarquizada, dirigida por un pequeño grupo de personas y financistas, que intenta sin embargo mantener la apariencia democrática. Además con electores cada vez menos cautivos, es necesario cambiar las formas de hacer política en el país. Se nos presentan hoy candidatos que no exteriorizan un plan de gobierno, pero sí su molestia por la situación del país, tratando así de acercase y convencer para que asistamos a votar.

En el actual entorno, los dirigentes de los partidos, han introducido propaganda cada vez más sofisticada para captar la atención de los electorados menos atentos e instruidos, desarrollando así en los últimos meses, en gran medida esta nueva orientación electoral, donde por medio de ilustraciones, como un bisturí o ratas, gusanos y hasta viajes por el interior del país; intentan demostrar que entienden la problemática del país, pero que simplemente no tienen una solución concreta. A estos candidatos incapaces los encontraremos en las papeletas, por el simple hecho que hay una falla en la estructura y en la forma de crear un partido, y la poca representación de las bases partidistas.

Al crearse una estructura estable dentro de los partidos; estos progresivamente se harán más eficientes y profesionales; y sus afiliados serán capaces de competir entre los demás postulantes a cargos de elección popular y ganar así su candidatura dentro del partido. En este momento importante en el que se encuentra el país, es trascendental unirnos y encontrar propuestas que mejoren nuestra situación. Yo apoyo la propuesta de reformar la ley electoral y de partidos políticos: la estructura de los partidos tiene que cambiar, descentralizarse y ser totalmente representativa. Hoy, los partidos políticos son el verdadero mal de este País.