Maestros, en sus manos tienen una gran responsabilidad. Son más de 4 millones de estudiantes los que dependen de ustedes. La docencia es la tarea más transformativa de la sociedad porque de ella depende el futuro del mundo entero. Actualmente nuestra región enfrenta grandes retos socioeconómicos, uno de los más grandes es el desarrollo de capital humano. Es importante que comprendamos que un buen capital humano es el principal ingrediente para una alta productividad y rápida innovación. La única herramienta capaz de desarrollar tal capital humano, es la educación.
Tener en sus manos una responsabilidad de esta magnitud, hace de la docencia una de las profesiones más respetadas del mundo. En países como Finlandia ser maestro es de los honores más grandes que hay. Solo 1 de cada 10 aplicantes logran ser aceptados para formar parte de los programas de preparación de maestros del gobierno, después de dos rondas de selección. En Guatemala, no tengo la menor duda que muchos de nuestros niños y jóvenes cuentan con maestros comprometidos con la profesión. Ejemplo de ello son los “Maestros 100 puntos” que año con año son reconocidos por su creatividad y empeño al aplicar nuevos métodos de enseñanza que hacen efectivo el aprendizaje en su salón de clases.
A pesar de sus esfuerzos en el aula, debemos de reconocer que nuestro sistema educativo está en crisis, no solo en Guatemala sino en toda la región Latinoamericana. La crisis se deriva de múltiples fuentes, pero ciertamente una de las razones más importantes son las limitadas herramientas de profesionalización y actualización continua a las que ustedes como maestros tienen a su disposición. A ello le sumamos los enormes retos que afrontan en forma cotidiana tales como la optimización del tiempo, el uso innovador de recursos (muchas veces limitados) y mantener el interés y atención de los alumnos.
Maestros, hoy los guatemaltecos los necesitamos más que nunca, y no solo en las aulas de clase. Es gracias a su compromiso con la niñez y la juventud que llevaremos a nuestro país hacia un nuevo rumbo. Pero únicamente con su apoyo podremos lograr que dicho rumbo sea el de una Guatemala mejor educada y, por consiguiente, más próspera. En diferentes partes del mundo han sido implementadas reformas en políticas públicas para alcanzar una fuerza educativa de alta calidad. Estas experiencias podrían guiarnos a implementar este tipo de cambios transformativos. No obstante, el mayor obstáculo para la implementación de estos cambios es de índole político. No podemos ignorar que los gremios magisteriales en Latinoamérica son muy activos políticamente. Los cambios son difíciles. Sin embargo, las reformas exitosas han resultado en la dignificación de la labor docente. Como tal, es importante que aceptemos los cambios y los hagamos nuestros.
El regalo más grande que le podemos dejar a nuestra niñez es la educación y ese regalo será en gran parte gracias a su desempeño como docentes. Quiero celebrar la determinación y entrega que muchos de ustedes le han empeñado a su profesión. Pero también quiero animar a aquellos maestros que aún no dimensionan la importante labor que desempeñan a que se atrevan a pensar más allá de sus límites y que se aventuren en este camino de la docencia. Necesitamos cambiar el rumbo de Guatemala y si queremos mejores condiciones para todos, debemos unirnos como guatemaltecos – maestros, sociedad civil, ciudadanos y gobernantes- hacia el mejoramiento de nuestro sistema educativo. En este día, recordemos la labor tan determinante que desempeñan y celebrémosla juntos.
#NoAlRetrocesoEducativo
@salva_paiz
www.salvadorpaiz.com
Maestros, en sus manos tienen una gran responsabilidad. Son más de 4 millones de estudiantes los que dependen de ustedes. La docencia es la tarea más transformativa de la sociedad porque de ella depende el futuro del mundo entero. Actualmente nuestra región enfrenta grandes retos socioeconómicos, uno de los más grandes es el desarrollo de capital humano. Es importante que comprendamos que un buen capital humano es el principal ingrediente para una alta productividad y rápida innovación. La única herramienta capaz de desarrollar tal capital humano, es la educación.
Tener en sus manos una responsabilidad de esta magnitud, hace de la docencia una de las profesiones más respetadas del mundo. En países como Finlandia ser maestro es de los honores más grandes que hay. Solo 1 de cada 10 aplicantes logran ser aceptados para formar parte de los programas de preparación de maestros del gobierno, después de dos rondas de selección. En Guatemala, no tengo la menor duda que muchos de nuestros niños y jóvenes cuentan con maestros comprometidos con la profesión. Ejemplo de ello son los “Maestros 100 puntos” que año con año son reconocidos por su creatividad y empeño al aplicar nuevos métodos de enseñanza que hacen efectivo el aprendizaje en su salón de clases.
A pesar de sus esfuerzos en el aula, debemos de reconocer que nuestro sistema educativo está en crisis, no solo en Guatemala sino en toda la región Latinoamericana. La crisis se deriva de múltiples fuentes, pero ciertamente una de las razones más importantes son las limitadas herramientas de profesionalización y actualización continua a las que ustedes como maestros tienen a su disposición. A ello le sumamos los enormes retos que afrontan en forma cotidiana tales como la optimización del tiempo, el uso innovador de recursos (muchas veces limitados) y mantener el interés y atención de los alumnos.
Maestros, hoy los guatemaltecos los necesitamos más que nunca, y no solo en las aulas de clase. Es gracias a su compromiso con la niñez y la juventud que llevaremos a nuestro país hacia un nuevo rumbo. Pero únicamente con su apoyo podremos lograr que dicho rumbo sea el de una Guatemala mejor educada y, por consiguiente, más próspera. En diferentes partes del mundo han sido implementadas reformas en políticas públicas para alcanzar una fuerza educativa de alta calidad. Estas experiencias podrían guiarnos a implementar este tipo de cambios transformativos. No obstante, el mayor obstáculo para la implementación de estos cambios es de índole político. No podemos ignorar que los gremios magisteriales en Latinoamérica son muy activos políticamente. Los cambios son difíciles. Sin embargo, las reformas exitosas han resultado en la dignificación de la labor docente. Como tal, es importante que aceptemos los cambios y los hagamos nuestros.
El regalo más grande que le podemos dejar a nuestra niñez es la educación y ese regalo será en gran parte gracias a su desempeño como docentes. Quiero celebrar la determinación y entrega que muchos de ustedes le han empeñado a su profesión. Pero también quiero animar a aquellos maestros que aún no dimensionan la importante labor que desempeñan a que se atrevan a pensar más allá de sus límites y que se aventuren en este camino de la docencia. Necesitamos cambiar el rumbo de Guatemala y si queremos mejores condiciones para todos, debemos unirnos como guatemaltecos – maestros, sociedad civil, ciudadanos y gobernantes- hacia el mejoramiento de nuestro sistema educativo. En este día, recordemos la labor tan determinante que desempeñan y celebrémosla juntos.
#NoAlRetrocesoEducativo
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