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¿Qué es mejor? Ser pobre libre, o esclavo bien ciudado?

Nicholas Virzi
03 de agosto, 2015

Mi amigo el economista Samuel Pérez recientemente lanzó a Facebook una excelente pregunta que debería de suscitar una seria reflexión sobre las bondades respectivas de la libertad y la igualdad.

Básicamente, la pregunta fue ¿Quién es más pobre?: Un cubano promedio, que tiene sus necesidades cubiertas, pero sin libertad, o el guatemalteco promedio, que tiene libertad, sin sus necesidades básicas cubiertas?

¡¡Que pregunta!! La pregunta ha de ser considerada magnífica para quienes se consideran intelectuales honestos. Realmente, ha de trastornar a algunos. Reflexionemos. Sabemos las maravillas del régimen comunista cubano. Las sabemos porque nos las viven cantando los intelectuales progresistas que han tenido la dicha de visitar a Cuba, como el Don de la mafia siciliana en Nueva York, con todos los privilegios que dinero te puede comprar (pero que también tienen la buena fortuna de no vivir ahí).

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La igualdad se concibe como una situación donde todos tienen un mínimo de seguridad social, en salud, educación, vivienda.   Exceptuando a su clase política, que incluye a miembros del grupo de los hombres mas ricos de Latinoamérica, Fidel Castro, los cubanos viven en condiciones de menos desigualdad que Guatemala. Es cierto, los pobres de Cuba tienen todo lo que los pobres de Guatemala no tienen, salud, educación, vivienda, todo — menos libertad.[1]

Aun aceptando hipotéticamente todas las bondades de la seguridad social, para los liberales, Cuba es una prisión. Las bondades del comunismo cubano << techo, comida los tres tiempos al día, cuidado médico y educación y recreación estructurada, gratis >> también lo tienen los reos en las cárceles de Texas. En Cuba, no hay libertad, como bien admite Samuel. La libertad, para liberales como su servidor, es la condición sine qua non de la dignidad humana. No hace falta que lo diga, o no lo diga, un Papa, pero lo han dicho.

Liberales ven en Cuba un país donde se aplica todas las recetas de sueño de los estadistas — sin limites. No hay nada que no hace el Estado, por lo que no se necesita tampoco la religión. Vivienda, salud, educación, trabajo, todo te lo da el Estado. Para que pedir más? Para qué un Dios, si se tiene un Comandante eterno, a los que todos deben jurarle fidelidad hasta la muerte, e, incluso, mas allá (pero Venezuela es tema de otro artículo). Si Cuba no es el paraíso socialista perfecto, jamás lo sabría uno por los escritos de los intelectuales latinoamericanos.

A cambio en Guatemala, pobre Guatemala, el Estado no te da nada, y nadie mas tampoco te lo da. El pobre es pobre, un verdadero miserable, sin acceso a la educación, a la salud, a la vivienda segura. ¿Qué decisión habría que tomarse, si es tan fácil? Por supuesto, igualdad y seguridad sobre libertad!

Excepto que no es así . Podemos agrandar todas las presuntas bondades de Cuba y magnificar todos los presuntos males de Guatemala, y Guatemala todavía ganaría en el cálculo del ser humano pensante. Considero que la conclusión es robusta, en el sentido de resistir criticas, que son bienvenidas. Aclaro. Podemos hipotéticamente asumir que son verdad todas las maravillas del sistema comunista que nos cantan los intelectuales – turistas– , que se las pasan gozando como Donald Trump en la

tierra de los latinitos pobrecitos, donde todos están encantaditos de servirles como los reyes extranjeros visitantes del mundo del capitalismo que son.

A los turistas, hasta sus hermanas son capaces de entregarles los cubanos… por el precio correcto. El mercado humano cubano no ha de sorprender. Removidos de Dios, y la fuerza auto regulatoria de la sociedad civil, todo es mercado para los criados bajo el comunismo ateo. (Si miento, paren de leer). Esto, y muchos otros males, sufren los cubanos, cosas que nunca cuentan los intelectuales occidentales infatuados con el régimen cubano. Con sus mojitos y sus habanos, cenando en lugares de lujo (donde los cubanos no son admitidos), los intelectuales progresistas de Occidente justifican la revolución cubana sin nunca admitirse que disfrutan como puros capitalistas barones las inequidades de Cuba de hoy de peor forma de lo que hacían los turistas en el tiempo del dictador Batista. Auto reflexión e introspección es mucho pedir, aparentemente.

Pero, sigamos asumiendo que el sistema cubano es como dicen que es — seguro, sin libertad. Para efectos de argumento y debate, es razonable la premisa. Ahora, asumamos lo peor de Guatemala, donde el 54% vive en pobreza … pero unos cuantos con celular. Los pobres de Guatemala no tienen acceso a salud, educación, y los demás beneficios estatales que nos quieren convencer son la esencia de la dignidad humana. Pero tienen libertad.

Libertad para que? Libertad de que? Pueden salir del país, que muchos efectivamente hacen. Claro, esto no es precisamente la mejor referencia que se pudiera hacer de Guatemala (si no te gusta te puedes ir), pero es algo que Cuba (o ningún otro país comunista en la historia) no ofrece, porque si lo haría no habría una persona hábil para trabajar en todo el país! Por todos sus defectos, el Estado guatemalteco no prohíbe la locomoción afuera del país, mientras Cuba si, y es por algo. El Estado guatemalteco sabe que muchos se quieren ir, pero muchos mas se quieren quedar. En contraste, el régimen Cubano sabe que nadie quiere vivir en Cuba (Bueno, por lo menos no los cubanos). En los últimos juegos panamericanos, muchos atletas cubanos desertaron, los guatemaltecos regresaron.

Los guatemaltecos tienen derecho de manifestar políticamente. También pueden votar si quieren, o si no, no. ¿De que sirve el voto en un sistema corrupto como el guatemalteco? Por más corruptos que seamos, no somos la corrupción encarnada de Latinoamérica. Tenemos opciones en Guatemala, y se están ejerciendo, lo cual pone a temblar a la clase política en esta coyuntura. La corrupción encarnada se da en el régimen cubano, donde elecciones farsas y falsas han retornado a los mismos ganadores de apellido Castro por mas de 50 años. Y con sobrenombres de mi Comandante de mas! (Curioso que los progresistas que dicen rechazar los militares y la militar se cuadran con tan solo la mención de los “Comandantes” comunistas Castro y Chávez).

Por sus violaciones a la libertad, y con eso la dignidad humana, la existencia del régimen comunista cubano es una ofensa a la humanidad, y sobre todo a los cubanos.

La pregunta original plantea dos falsas premisas, (1) que se tiene que decidir entre libertad e igualdad, y que (2) los cubanos han decidido por la igualdad sobre la libertad. Ataquemos la segunda premisa falsa primero. Los cubanos nunca han tenido la libertad de elegir, pero podemos suponer que las autoridades comunistas saben porque ponen sus restricciones. Además, tenemos las evidencias de los cubanos que arriesgan sus vidas para llegar a la tierra de la desigualdad, de la que solo cosas malas han oído, Estados Unidos. En cuanto a la primera premisa falsa, basta decir que no se tiene que sacrificar la libertad para obtener servicios médicos, educación, y vivienda. Bastaría con tener un Estado republicano representativo, donde el pueblo puede hacer valer sus preferencias políticas. Que el Estado guatemalteco sigue siendo excluyente para muchas personas no es argumento para volverlo excluyente para todas personas. Estamos mejor apostando por mejorar el sistema imperfecto actual que cambiarlo por un régimen totalitario, imposible de cambiar.

[1] Pareciera que para los socialistas, la igualdad fuera todo. La libertad, de hecho, pareciera que no es un bien, sino un mal, que lleva a los individuos a equivocarse, pensando que pueden opinar diferente que las elites políticas que actúan en su nombre, por su bien. La libertad lleva a la desigualdad, ampliamente confundida con la pobreza.

¿Qué es mejor? Ser pobre libre, o esclavo bien ciudado?

Nicholas Virzi
03 de agosto, 2015

Mi amigo el economista Samuel Pérez recientemente lanzó a Facebook una excelente pregunta que debería de suscitar una seria reflexión sobre las bondades respectivas de la libertad y la igualdad.

Básicamente, la pregunta fue ¿Quién es más pobre?: Un cubano promedio, que tiene sus necesidades cubiertas, pero sin libertad, o el guatemalteco promedio, que tiene libertad, sin sus necesidades básicas cubiertas?

¡¡Que pregunta!! La pregunta ha de ser considerada magnífica para quienes se consideran intelectuales honestos. Realmente, ha de trastornar a algunos. Reflexionemos. Sabemos las maravillas del régimen comunista cubano. Las sabemos porque nos las viven cantando los intelectuales progresistas que han tenido la dicha de visitar a Cuba, como el Don de la mafia siciliana en Nueva York, con todos los privilegios que dinero te puede comprar (pero que también tienen la buena fortuna de no vivir ahí).

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La igualdad se concibe como una situación donde todos tienen un mínimo de seguridad social, en salud, educación, vivienda.   Exceptuando a su clase política, que incluye a miembros del grupo de los hombres mas ricos de Latinoamérica, Fidel Castro, los cubanos viven en condiciones de menos desigualdad que Guatemala. Es cierto, los pobres de Cuba tienen todo lo que los pobres de Guatemala no tienen, salud, educación, vivienda, todo — menos libertad.[1]

Aun aceptando hipotéticamente todas las bondades de la seguridad social, para los liberales, Cuba es una prisión. Las bondades del comunismo cubano << techo, comida los tres tiempos al día, cuidado médico y educación y recreación estructurada, gratis >> también lo tienen los reos en las cárceles de Texas. En Cuba, no hay libertad, como bien admite Samuel. La libertad, para liberales como su servidor, es la condición sine qua non de la dignidad humana. No hace falta que lo diga, o no lo diga, un Papa, pero lo han dicho.

Liberales ven en Cuba un país donde se aplica todas las recetas de sueño de los estadistas — sin limites. No hay nada que no hace el Estado, por lo que no se necesita tampoco la religión. Vivienda, salud, educación, trabajo, todo te lo da el Estado. Para que pedir más? Para qué un Dios, si se tiene un Comandante eterno, a los que todos deben jurarle fidelidad hasta la muerte, e, incluso, mas allá (pero Venezuela es tema de otro artículo). Si Cuba no es el paraíso socialista perfecto, jamás lo sabría uno por los escritos de los intelectuales latinoamericanos.

A cambio en Guatemala, pobre Guatemala, el Estado no te da nada, y nadie mas tampoco te lo da. El pobre es pobre, un verdadero miserable, sin acceso a la educación, a la salud, a la vivienda segura. ¿Qué decisión habría que tomarse, si es tan fácil? Por supuesto, igualdad y seguridad sobre libertad!

Excepto que no es así . Podemos agrandar todas las presuntas bondades de Cuba y magnificar todos los presuntos males de Guatemala, y Guatemala todavía ganaría en el cálculo del ser humano pensante. Considero que la conclusión es robusta, en el sentido de resistir criticas, que son bienvenidas. Aclaro. Podemos hipotéticamente asumir que son verdad todas las maravillas del sistema comunista que nos cantan los intelectuales – turistas– , que se las pasan gozando como Donald Trump en la

tierra de los latinitos pobrecitos, donde todos están encantaditos de servirles como los reyes extranjeros visitantes del mundo del capitalismo que son.

A los turistas, hasta sus hermanas son capaces de entregarles los cubanos… por el precio correcto. El mercado humano cubano no ha de sorprender. Removidos de Dios, y la fuerza auto regulatoria de la sociedad civil, todo es mercado para los criados bajo el comunismo ateo. (Si miento, paren de leer). Esto, y muchos otros males, sufren los cubanos, cosas que nunca cuentan los intelectuales occidentales infatuados con el régimen cubano. Con sus mojitos y sus habanos, cenando en lugares de lujo (donde los cubanos no son admitidos), los intelectuales progresistas de Occidente justifican la revolución cubana sin nunca admitirse que disfrutan como puros capitalistas barones las inequidades de Cuba de hoy de peor forma de lo que hacían los turistas en el tiempo del dictador Batista. Auto reflexión e introspección es mucho pedir, aparentemente.

Pero, sigamos asumiendo que el sistema cubano es como dicen que es — seguro, sin libertad. Para efectos de argumento y debate, es razonable la premisa. Ahora, asumamos lo peor de Guatemala, donde el 54% vive en pobreza … pero unos cuantos con celular. Los pobres de Guatemala no tienen acceso a salud, educación, y los demás beneficios estatales que nos quieren convencer son la esencia de la dignidad humana. Pero tienen libertad.

Libertad para que? Libertad de que? Pueden salir del país, que muchos efectivamente hacen. Claro, esto no es precisamente la mejor referencia que se pudiera hacer de Guatemala (si no te gusta te puedes ir), pero es algo que Cuba (o ningún otro país comunista en la historia) no ofrece, porque si lo haría no habría una persona hábil para trabajar en todo el país! Por todos sus defectos, el Estado guatemalteco no prohíbe la locomoción afuera del país, mientras Cuba si, y es por algo. El Estado guatemalteco sabe que muchos se quieren ir, pero muchos mas se quieren quedar. En contraste, el régimen Cubano sabe que nadie quiere vivir en Cuba (Bueno, por lo menos no los cubanos). En los últimos juegos panamericanos, muchos atletas cubanos desertaron, los guatemaltecos regresaron.

Los guatemaltecos tienen derecho de manifestar políticamente. También pueden votar si quieren, o si no, no. ¿De que sirve el voto en un sistema corrupto como el guatemalteco? Por más corruptos que seamos, no somos la corrupción encarnada de Latinoamérica. Tenemos opciones en Guatemala, y se están ejerciendo, lo cual pone a temblar a la clase política en esta coyuntura. La corrupción encarnada se da en el régimen cubano, donde elecciones farsas y falsas han retornado a los mismos ganadores de apellido Castro por mas de 50 años. Y con sobrenombres de mi Comandante de mas! (Curioso que los progresistas que dicen rechazar los militares y la militar se cuadran con tan solo la mención de los “Comandantes” comunistas Castro y Chávez).

Por sus violaciones a la libertad, y con eso la dignidad humana, la existencia del régimen comunista cubano es una ofensa a la humanidad, y sobre todo a los cubanos.

La pregunta original plantea dos falsas premisas, (1) que se tiene que decidir entre libertad e igualdad, y que (2) los cubanos han decidido por la igualdad sobre la libertad. Ataquemos la segunda premisa falsa primero. Los cubanos nunca han tenido la libertad de elegir, pero podemos suponer que las autoridades comunistas saben porque ponen sus restricciones. Además, tenemos las evidencias de los cubanos que arriesgan sus vidas para llegar a la tierra de la desigualdad, de la que solo cosas malas han oído, Estados Unidos. En cuanto a la primera premisa falsa, basta decir que no se tiene que sacrificar la libertad para obtener servicios médicos, educación, y vivienda. Bastaría con tener un Estado republicano representativo, donde el pueblo puede hacer valer sus preferencias políticas. Que el Estado guatemalteco sigue siendo excluyente para muchas personas no es argumento para volverlo excluyente para todas personas. Estamos mejor apostando por mejorar el sistema imperfecto actual que cambiarlo por un régimen totalitario, imposible de cambiar.

[1] Pareciera que para los socialistas, la igualdad fuera todo. La libertad, de hecho, pareciera que no es un bien, sino un mal, que lleva a los individuos a equivocarse, pensando que pueden opinar diferente que las elites políticas que actúan en su nombre, por su bien. La libertad lleva a la desigualdad, ampliamente confundida con la pobreza.