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Entre deudas y retos

Betty Marroquin
28 de septiembre, 2015

Siempre hemos querido que gane la elección Presidencial un candidato que llegue al poder sin “ataduras exóticas”, es decir, sin compromisos de campaña. Que el Presidente electo no tenga una deuda obscena con quien sabe quién, ni llaveritos de ese estilo, le permite trabajar con libertad y sobre todo con equidad y firmeza. Pues señores, finalmente tenemos un candidato que tiene esa difícil y muy significativa cualidad: Jimmy Morales.

El fenómeno político que constituye el paso de Jimmy Morales al primer lugar para la segunda vuelta, demuestra que no se necesita invertir millones, endeudarse obscenamente, recibir fondos de dudosa procedencia o adquirir compromisos con quién sabe que apoyos, para llegar a la segunda vuelta. Jimmy Morales gastó aproximadamente Q5 (si, cinco Quetzales) por voto, que no es nada, comparado con lo gastado por la UNE (poco más de Q26 por voto, aproximadamente) y por Líder (más de Q60 por voto, aproximadamente). Ahora que está en la lucha por ganar la presidencia en la segunda vuelta, ha decidido continuar con una campaña austera y evitar gastos excesivos de publicidad. Excluirá excesivos anuncios televisivos, continuará usando las redes sociales, y tratará de llevar por ende una campaña conservadora digna de un país con profundos retos económicos como es el caso de Guatemala.

En cuanto a las alianzas, ha declarado que no buscará ninguna con partidos, únicamente con personas y sectores. Creo que en parte la corrupción se ha derivado, además de una evidente ambición desmedida, de la necesidad que tienen los electos de pagar las deudas adquiridas durante la campaña. Deudas que en muchos casos son contraídas inclusive, con las peores y más cuestionables de las fuentes, como descrito en el informe de la CICIG.

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Jimmy Morales ha declarado que no buscará alianzas con ningún partido político, pero está dispuesto a buscar apoyos en instituciones y con individuos. Esto me lleva al otro punto medular de su candidatura: su falta de experiencia en cargos públicos. Tengo la impresión que es un individuo inteligente, que sabe que una golondrina no gobierna sola, y por ende, se rodeará de profesionales idóneos. Considero interesante e inclusive positivo que se rodee de profesionales de sectores intelectuales, académicos y del sector privado, y sobre todo, gente innovadora. ¡Queremos sangre nueva!

Para todas las áreas existen en Guatemala profesionales con experiencia y calificación académica listos para servir a su país. Gente que no necesita llegar a un cargo para llenar sus bolsillos, que ven a Guatemala con amor y sobre todo, personas éticas con visión largoplacista. Espero que Jimmy Morales escuche consejo, y saque sus conclusiones luego de evaluar bien sus variables y sus opciones para formar un gabinete a la altura de los retos que enfrentará el futuro gobierno.

El reto para el futuro gobierno será enorme. Corrupción rampante, pocos recursos, instituciones caóticas, desorden generalizado, crisis hospitalaria, crisis educacional, crimen organizado y maras, etc. Pero a la vez, tenemos un país con una economía relativamente sana, un país productivo, con enormes recursos naturales, capital humano y sobre todo, una ciudadanía despierta que quiere salir a flote y navegar en mejores aguas. Si ponemos todo lo positivo en la balanza, trabajando juntos, podemos sacar a Guatemala adelante y derrotar el flagelo de la corrupción. Espero nuestro futuro líder entre con una mente positiva, tenga mucho valor y coraje para proceder como se debe. Y que el futuro Congreso colabore con el Ejecutivo, teniendo muy presente que si se dedican a entorpecer, al dilentatismo habitual, a la mediocridad, y a robar, el pueblo les caerá encima sin piedad alguna. ¡Viva Guatemala, y que Dios nos ilumine a la hora de elegir!

Entre deudas y retos

Betty Marroquin
28 de septiembre, 2015

Siempre hemos querido que gane la elección Presidencial un candidato que llegue al poder sin “ataduras exóticas”, es decir, sin compromisos de campaña. Que el Presidente electo no tenga una deuda obscena con quien sabe quién, ni llaveritos de ese estilo, le permite trabajar con libertad y sobre todo con equidad y firmeza. Pues señores, finalmente tenemos un candidato que tiene esa difícil y muy significativa cualidad: Jimmy Morales.

El fenómeno político que constituye el paso de Jimmy Morales al primer lugar para la segunda vuelta, demuestra que no se necesita invertir millones, endeudarse obscenamente, recibir fondos de dudosa procedencia o adquirir compromisos con quién sabe que apoyos, para llegar a la segunda vuelta. Jimmy Morales gastó aproximadamente Q5 (si, cinco Quetzales) por voto, que no es nada, comparado con lo gastado por la UNE (poco más de Q26 por voto, aproximadamente) y por Líder (más de Q60 por voto, aproximadamente). Ahora que está en la lucha por ganar la presidencia en la segunda vuelta, ha decidido continuar con una campaña austera y evitar gastos excesivos de publicidad. Excluirá excesivos anuncios televisivos, continuará usando las redes sociales, y tratará de llevar por ende una campaña conservadora digna de un país con profundos retos económicos como es el caso de Guatemala.

En cuanto a las alianzas, ha declarado que no buscará ninguna con partidos, únicamente con personas y sectores. Creo que en parte la corrupción se ha derivado, además de una evidente ambición desmedida, de la necesidad que tienen los electos de pagar las deudas adquiridas durante la campaña. Deudas que en muchos casos son contraídas inclusive, con las peores y más cuestionables de las fuentes, como descrito en el informe de la CICIG.

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Jimmy Morales ha declarado que no buscará alianzas con ningún partido político, pero está dispuesto a buscar apoyos en instituciones y con individuos. Esto me lleva al otro punto medular de su candidatura: su falta de experiencia en cargos públicos. Tengo la impresión que es un individuo inteligente, que sabe que una golondrina no gobierna sola, y por ende, se rodeará de profesionales idóneos. Considero interesante e inclusive positivo que se rodee de profesionales de sectores intelectuales, académicos y del sector privado, y sobre todo, gente innovadora. ¡Queremos sangre nueva!

Para todas las áreas existen en Guatemala profesionales con experiencia y calificación académica listos para servir a su país. Gente que no necesita llegar a un cargo para llenar sus bolsillos, que ven a Guatemala con amor y sobre todo, personas éticas con visión largoplacista. Espero que Jimmy Morales escuche consejo, y saque sus conclusiones luego de evaluar bien sus variables y sus opciones para formar un gabinete a la altura de los retos que enfrentará el futuro gobierno.

El reto para el futuro gobierno será enorme. Corrupción rampante, pocos recursos, instituciones caóticas, desorden generalizado, crisis hospitalaria, crisis educacional, crimen organizado y maras, etc. Pero a la vez, tenemos un país con una economía relativamente sana, un país productivo, con enormes recursos naturales, capital humano y sobre todo, una ciudadanía despierta que quiere salir a flote y navegar en mejores aguas. Si ponemos todo lo positivo en la balanza, trabajando juntos, podemos sacar a Guatemala adelante y derrotar el flagelo de la corrupción. Espero nuestro futuro líder entre con una mente positiva, tenga mucho valor y coraje para proceder como se debe. Y que el futuro Congreso colabore con el Ejecutivo, teniendo muy presente que si se dedican a entorpecer, al dilentatismo habitual, a la mediocridad, y a robar, el pueblo les caerá encima sin piedad alguna. ¡Viva Guatemala, y que Dios nos ilumine a la hora de elegir!