Esta es la noticia que ha conmovido a todos los usuarios de las redes sociales. Dos hermanos, Carlos y Mario Cumez, nacidos en Quiché, viven en un pequeño apartamento en la Terminal y todos los días, después de estudiar en la Universidad Panamericana la Licenciatura en Enfermería y Gestiones Médicas, se dedican a lustrar zapatos en la zona 14 para poder pagar sus estudios.
Guatemaltecos como ellos (que trabajan y estudian a la vez) hay muchos y, lastimosamente, escuchar de jóvenes que trabajan para costear sus estudios por la deficiencia de becas y la mediocre educación pública ya no es novedad.
Por eso lo que despertó mi curiosidad por la noticia fue el hecho de que estos hermanos fueron “expuestos” por una madre y su hija que pasaron por un lustrado de botas. Ollet Santisteban es el nombre de quien se tomó el tiempo de platicar con estas personas, escucharlos y publicar su historia en Facebook para hacer algo al respecto. Gracias a ella y a la reacción de apoyo en redes, la Universidad Panamericana le otorgará becas a estos dos hermanos para que puedan continuar con sus estudios y, quizás, trabajar menos o utilizar esos ingresos para mejorar su calidad de vida.
Lo dije en otra columna y lo repito: todo trabajo es digno. Ahora me gustaría agregar que toda persona tiene una historia que contar y otra que escuchar. Simples actos humanos cambian vidas enteras. Una conversación durante un lustrado de botas generó dos becas universitarias. ¡Ahora imagine todas las oportunidades que perdemos de ayudar a otros solo por ir tan rápido por la vida! Creo que vale la pena detenerse, conversar y pensar más en los demás. Ir más allá del lustrado, como las mujeres de esta historia.
Usted y yo somos historiadores por naturaleza y de seguro tenemos una buena historia que contar. La pregunta es, ¿por qué no contarla?
Esta es la noticia que ha conmovido a todos los usuarios de las redes sociales. Dos hermanos, Carlos y Mario Cumez, nacidos en Quiché, viven en un pequeño apartamento en la Terminal y todos los días, después de estudiar en la Universidad Panamericana la Licenciatura en Enfermería y Gestiones Médicas, se dedican a lustrar zapatos en la zona 14 para poder pagar sus estudios.
Guatemaltecos como ellos (que trabajan y estudian a la vez) hay muchos y, lastimosamente, escuchar de jóvenes que trabajan para costear sus estudios por la deficiencia de becas y la mediocre educación pública ya no es novedad.
Por eso lo que despertó mi curiosidad por la noticia fue el hecho de que estos hermanos fueron “expuestos” por una madre y su hija que pasaron por un lustrado de botas. Ollet Santisteban es el nombre de quien se tomó el tiempo de platicar con estas personas, escucharlos y publicar su historia en Facebook para hacer algo al respecto. Gracias a ella y a la reacción de apoyo en redes, la Universidad Panamericana le otorgará becas a estos dos hermanos para que puedan continuar con sus estudios y, quizás, trabajar menos o utilizar esos ingresos para mejorar su calidad de vida.
Lo dije en otra columna y lo repito: todo trabajo es digno. Ahora me gustaría agregar que toda persona tiene una historia que contar y otra que escuchar. Simples actos humanos cambian vidas enteras. Una conversación durante un lustrado de botas generó dos becas universitarias. ¡Ahora imagine todas las oportunidades que perdemos de ayudar a otros solo por ir tan rápido por la vida! Creo que vale la pena detenerse, conversar y pensar más en los demás. Ir más allá del lustrado, como las mujeres de esta historia.
Usted y yo somos historiadores por naturaleza y de seguro tenemos una buena historia que contar. La pregunta es, ¿por qué no contarla?