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Censura y Sentido Común

Redacción
31 de enero, 2016

La censura tiene muchas formas. En esta semana vivimos cómo se anunció que la entidad Coperex canceló un evento que había sido anunciado ya: La Sensual Expo.
Lo que debía ocurrir en el Parque de la Industria se canceló y se tuvo que trasladar a otro lugar.
Eso permite hacer una pequeña reflexión respecto a los ámbitos público y privado.
Coperex es una entidad de derecho público con una junta directiva que tiene un representante del Ejecutivo como presidente. Otros miembros son designados por el sector privado organizado. Recibe fondos públicos y debe administrar un lugar abierto al público.
Un lugar privado tiene diferencias respecto a un lugar público. Un lugar privado puede escoger qué tipo de eventos y contenidos albergará. Un lugar que se rige por reglas de gobierno no puede tener las mismas condiciones. El dinero que recibe del Estado hace que esas condiciones cambien. Negarse a permitir el evento en sus instalaciones pudiera constituir hasta delito de discriminación. El estilo de vida de muchos estuvo cuestionado por la junta directiva y le niega acceso a quien, además del pago que hace por esas instalaciones en sus impuestos, iba a pagar el alquiler.
Según leí en algún medio digital, la excusa principal es que la conducta es inmoral… Eso es un juicio que una entidad de pública no puede hacer. Luego esgrimieron también que allí se llevan a cabo eventos de iglesias cristianas y la Sensual Expo podría perjudicar esas relaciones. Eso es otro argumento imposible para un ente de derecho público, salvo que sea una teocracia.
Los entes de derecho público se rigen por los principios de igualdad ante la ley, no discriminación -pues- libertad de asociación, libertad de culto, libertad de expresión y libertad de credo.
Veamos que acá Coperex violó todos esos principios.
Es un precedente muy peligroso pues permite que quien profese el mismo credo que quien gobierna o decida discrimine positivamente a favor de compañeros de fe y negativamente contra cualquier otro.
Una República no puede permitir que un credo sea superior, bajo ninguna perspectiva.

Censura y Sentido Común

Redacción
31 de enero, 2016

La censura tiene muchas formas. En esta semana vivimos cómo se anunció que la entidad Coperex canceló un evento que había sido anunciado ya: La Sensual Expo.
Lo que debía ocurrir en el Parque de la Industria se canceló y se tuvo que trasladar a otro lugar.
Eso permite hacer una pequeña reflexión respecto a los ámbitos público y privado.
Coperex es una entidad de derecho público con una junta directiva que tiene un representante del Ejecutivo como presidente. Otros miembros son designados por el sector privado organizado. Recibe fondos públicos y debe administrar un lugar abierto al público.
Un lugar privado tiene diferencias respecto a un lugar público. Un lugar privado puede escoger qué tipo de eventos y contenidos albergará. Un lugar que se rige por reglas de gobierno no puede tener las mismas condiciones. El dinero que recibe del Estado hace que esas condiciones cambien. Negarse a permitir el evento en sus instalaciones pudiera constituir hasta delito de discriminación. El estilo de vida de muchos estuvo cuestionado por la junta directiva y le niega acceso a quien, además del pago que hace por esas instalaciones en sus impuestos, iba a pagar el alquiler.
Según leí en algún medio digital, la excusa principal es que la conducta es inmoral… Eso es un juicio que una entidad de pública no puede hacer. Luego esgrimieron también que allí se llevan a cabo eventos de iglesias cristianas y la Sensual Expo podría perjudicar esas relaciones. Eso es otro argumento imposible para un ente de derecho público, salvo que sea una teocracia.
Los entes de derecho público se rigen por los principios de igualdad ante la ley, no discriminación -pues- libertad de asociación, libertad de culto, libertad de expresión y libertad de credo.
Veamos que acá Coperex violó todos esos principios.
Es un precedente muy peligroso pues permite que quien profese el mismo credo que quien gobierna o decida discrimine positivamente a favor de compañeros de fe y negativamente contra cualquier otro.
Una República no puede permitir que un credo sea superior, bajo ninguna perspectiva.