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¿Estado Unidos creó el Estado Islámico? parte II

Nicholas Virzi
06 de enero, 2016

Donde falla el argumento pacifista que culpa al derrocamiento de la dictadura de Hussein por el surgimiento del Estado Islámico es en la falta de consideración de variables intermedias. “Hussein se botó, el Estado Islámico surgió” es un análisis demasiado simplista. Hubo una variable intermedia de gran importancia entre el derrocamiento de Hussein y el surgimiento del Estado Islámico. Esto fue el retraimiento prematuro de EE.UU. en el periodo post-dictadura. Las consecuencias de un retiro prematuro las explicó anticipadamente el [ex] Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en un discurso de 2007:

[Un retiro en Iraq] implicaría entregar el futuro de Iraq a Al Qaeda. Implicaría arriesgar homicidios masivos en una escala horrífica. Implicaría que permitiríamos que los terroristas establecerían un refugio seguro para reponer el que perdieron en Afganistán.”

El mundo liberal moderno, próspero, moderno, civilizado, cosmopolita, comerciante, etc. que hoy se conoce surgió coincidentemente con la aparecimiento de una Super Potencia hegemónica mundial de corte liberal en su sistema político-económico. El mundo liberal moderno no hubiese existido sin las intervenciones bélicas de Estados Unidos en contra el Nazismo, el Fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, y el Comunismo Soviético durante la Guerra Fría, esfuerzo estatal monumental y estupendo de una potencia liberal que duro décadas. La ocupación militar de los países vencidos, Alemania y Japón, principalmente, todavía continúan hasta la fecha. En esos casos, no solo se botaron a los regímenes fascistas estatistas, se mantuvo presencia militar de las fuerzas liberales por décadas para impedir el surgimiento de nuevas fuerzas bélicas. En el caso de Irak, la causa próxima del surgimiento del Estado Islámico por ese territorio no fue el derrocamiento del dictador Saddam Hussein, sino el retraimiento prematuro de las fuerzas de ocupación que establecían el orden.

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La implicación política y económica es obvia. Vencer al movimiento islámico, que es otra versión del totalitarismo, requiere no solo una inversión fuerte e intensa en el corto plazo, sino una paciencia extraordinaria en el largo plazo. Cabe mencionar que estas son precisamente las debilidades de los regímenes liberales, que, en ausencia de liderazgo extraordinario, suelen tener enfoques populares cortoplacistas, sin consideración del largo plazo. Requiere de una visión de largo plazo que, a su vez, depende de una convicción en un conjunto de valores liberales, y que estos son superiores a los pilares normativos de otras civilizaciones, y dignos de ser defendidos y regados por la tierra. Una vez no se tiene esta convicción moral, el espacio mundial del liberalismo empieza su encogimiento.

Es sumamente costoso vencer al totalitarismo, pero el cálculo costo-beneficio sale a favor, sin lugar a dudas, como lo comprueban los hallazgos de la escuela de la Paz Liberal en ciencias políticas. Los hecho históricos demuestran que regímenes liberales no pelean entre si. Esto permite que florezca el comercio, que a su vez crea la confianza para proceder con otros cambios mas profundos que conllevan cada vez mas a mayor integración política y económica, fortaleciendo la paz en el camino. Estamos hablando de los tipos de cambios que veíamos en la Unión Europea hasta que fue invadida por refugiados huyendo de sus correligionarios, dentro de los cuales se infiltran terroristas que pretenden usar las bondades de la sociedad abierta y liberal en su contra.

¿Estado Unidos creó el Estado Islámico? parte II

Nicholas Virzi
06 de enero, 2016

Donde falla el argumento pacifista que culpa al derrocamiento de la dictadura de Hussein por el surgimiento del Estado Islámico es en la falta de consideración de variables intermedias. “Hussein se botó, el Estado Islámico surgió” es un análisis demasiado simplista. Hubo una variable intermedia de gran importancia entre el derrocamiento de Hussein y el surgimiento del Estado Islámico. Esto fue el retraimiento prematuro de EE.UU. en el periodo post-dictadura. Las consecuencias de un retiro prematuro las explicó anticipadamente el [ex] Presidente de Estados Unidos, George W. Bush, en un discurso de 2007:

[Un retiro en Iraq] implicaría entregar el futuro de Iraq a Al Qaeda. Implicaría arriesgar homicidios masivos en una escala horrífica. Implicaría que permitiríamos que los terroristas establecerían un refugio seguro para reponer el que perdieron en Afganistán.”

El mundo liberal moderno, próspero, moderno, civilizado, cosmopolita, comerciante, etc. que hoy se conoce surgió coincidentemente con la aparecimiento de una Super Potencia hegemónica mundial de corte liberal en su sistema político-económico. El mundo liberal moderno no hubiese existido sin las intervenciones bélicas de Estados Unidos en contra el Nazismo, el Fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, y el Comunismo Soviético durante la Guerra Fría, esfuerzo estatal monumental y estupendo de una potencia liberal que duro décadas. La ocupación militar de los países vencidos, Alemania y Japón, principalmente, todavía continúan hasta la fecha. En esos casos, no solo se botaron a los regímenes fascistas estatistas, se mantuvo presencia militar de las fuerzas liberales por décadas para impedir el surgimiento de nuevas fuerzas bélicas. En el caso de Irak, la causa próxima del surgimiento del Estado Islámico por ese territorio no fue el derrocamiento del dictador Saddam Hussein, sino el retraimiento prematuro de las fuerzas de ocupación que establecían el orden.

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La implicación política y económica es obvia. Vencer al movimiento islámico, que es otra versión del totalitarismo, requiere no solo una inversión fuerte e intensa en el corto plazo, sino una paciencia extraordinaria en el largo plazo. Cabe mencionar que estas son precisamente las debilidades de los regímenes liberales, que, en ausencia de liderazgo extraordinario, suelen tener enfoques populares cortoplacistas, sin consideración del largo plazo. Requiere de una visión de largo plazo que, a su vez, depende de una convicción en un conjunto de valores liberales, y que estos son superiores a los pilares normativos de otras civilizaciones, y dignos de ser defendidos y regados por la tierra. Una vez no se tiene esta convicción moral, el espacio mundial del liberalismo empieza su encogimiento.

Es sumamente costoso vencer al totalitarismo, pero el cálculo costo-beneficio sale a favor, sin lugar a dudas, como lo comprueban los hallazgos de la escuela de la Paz Liberal en ciencias políticas. Los hecho históricos demuestran que regímenes liberales no pelean entre si. Esto permite que florezca el comercio, que a su vez crea la confianza para proceder con otros cambios mas profundos que conllevan cada vez mas a mayor integración política y económica, fortaleciendo la paz en el camino. Estamos hablando de los tipos de cambios que veíamos en la Unión Europea hasta que fue invadida por refugiados huyendo de sus correligionarios, dentro de los cuales se infiltran terroristas que pretenden usar las bondades de la sociedad abierta y liberal en su contra.