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Polifonía de falsas verdades

Redacción
13 de octubre, 2016

El PNUD lanzó su investigación sobre el Índice de Desarrollo Humano. Es un libro de casi 400 páginas. Asumimos que los datos son correctos. Lo que sí está muy lejos de ser cierto, es todo lo que dicen respecto a la protesta social. El capítulo 6, titulado “La polifonía de la protesta social”, hace un análisis de esta actividad, a la que ellos llaman protesta, según su muy parcializado punto de vista. Veamos…

En la página 154 dice “En 1997, la protesta social se concentraba en el Departamento de Guatemala….Este tránsito hacia los departamentos puede deberse no sólo a un mayor registro o cobertura por parte de los medios, sino también a una mayor posibilidad, tras el fin del conflicto armado interno, de manifestar descontento o la inconformidad en el ámbito local”.

Primero, el conflicto no ha terminado. Ya no armado con “armas” sino con mucho dinero. Segundo, lo que buscan es mediatizar sus demandas, inconformidades, todo. La cobertura mediática les garantiza más recursos. Recordemos: el nombre de juego es dinero. No es desarrollo, progreso, bienestar “para los pueblos”. Es dinero, en efectivo, en tierras, en robo de energía para venderla, para viajes al extranjero, etc. Tercero, los que sí trabajamos también estamos descontentos e inconformes, pero no bloqueamos carreteras, causamos muertes, generamos conflicto, para manifestarlo. Del grupo de trabajadores, formales e informales, son muy, muy pocos los que tienen “acceso” a las “autoridades” para manifestar sus deseos.

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En la misma página dice “mercantilización de la naturaleza…aumento de la explotación agrícola intensiva en capital…mercantilización de las expresiones culturales…privatización de bienes públicos…en contra de la voluntad popular…acumulación por desposesión…modelo agroexportador del Estado…que amenaza directamente los modelos de vida de las comunidades ha detonado el descontento”.

Tal parece que extraer recursos naturales de la tierra, para exportarlos, generar empleo e ingresos al país vía inversión e impuestos. Además, desarrollo comunitario, energía eléctrica, acceso, agua potable, educación y salud, todo proveído por las empresas, es “mercantilizar” la naturaleza. Los propios indígenas “mercantilizan” sus expresiones culturales, vía la venta de las maravillas de artesanías que hacen, comida, textiles, de todo. ¿Por qué consideran malo o dañino mercantilizar? Hablan de acumulación por desposesión. ¿Acaso los propietarios de las tierras se las han robado a los indígenas? Si se refieren a las tierras ancestrales, bueno, pues que se quejen con los conquistadores españoles. Si se refieren a otra cosa, que demuestren, con pruebas fehacientes, quiénes, dónde, cuándo, cómo, los sacaron de “sus” tierras.

En la página 156 dice que las “Jornadas de 2015”, refiriéndose a las 22 semanas donde muchos fuimos al Parque Central a manifestarnos en contra de la corrupción, del gobierno del PP, fueron “ejemplaridad de pacifismo”. Es totalmente cierto. Pero agrega que “existe una trayectoria de marchas, protestas y movilizaciones pacíficas…en donde los actores principales son comunitarios indígenas y campesinos, que han convocado a miles de personas de forma pacífica, pero que no son reconocidas como expresiones de civismo y ciudadanía”.

Ajá… Ahora resulta que, como son indígenas y campesinos, se nos acusa a los demás de discriminarlos. Las protestas, marchas, bloqueos, no tienen nada de pacífico, pues han causado muertos en diversas ocasiones. No pueden ser consideradas manifestaciones de civismo porque, primero, son personas acarreadas a cambio de unos quetzales, alimentación y transporte. Segundo, las pérdidas económicas que hay son extremas. Y no son para los grandes empresarios, pues éstos tienen los recursos para mover sus productos por otras vías, o anticiparse a los bloqueos. Son grandes pérdidas para los pequeños empresarios, agricultores, vendedores ruteros, que no pueden trabajar ese día, que pierden sus cultivos porque se pudren, que no pudieron concretar una venta. Se estima que son más de Q2 millones diarios, que pueden ser más, dependiendo de la ubicación y prolongación de los bloqueos.

Sigamos…ufff… En la página 159 dice “apropiación de tierras comunitarias, o la dudosa compra de tierras a campesinos”. Me parece una gran irresponsabilidad del PNUD decir esto. Es fácil acusar sin pruebas. Si las tienen, pues que vayan al MP a presentarlas y poner las denuncias respectivas..

Más adelante, en ese mismo párrafo, dice …“muchas veces la no participación de la institucionalidad estatal en la elaboración y aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental,,,”. Nada más lejano de la verdad. Es el MARN quien tiene a su cargo la aprobación de los EIA. Sólo pueden ser hechos por empresas aprobadas por ese Ministerio. ¿Dónde está ausente la institucionalidad?

Página 158: “…la constatación de los constantes agravios sufridos por numerosas comunidades en el país y los efectos en su vida y dignidad.” ¿Y los secuestros a trabajadores de las empresas y amenazas contra su vida, quema de maquinaria, asesinatos (caso Pajoques), irrupción de la energía eléctrica porque cortan el cable de transmisión, etc.? ¿No son esos agravios? Tal parece que no; solo si son en contra de las personas. Bueno, ¿y cuáles agravios? Se ha sometido, asesinado, violentado, a alguno? ¿Tienen pruebas, fehacientes y documentadas? ¡Pues vayan al MP! Muy por el contrario, los comunitarios tienen empleo, buenos salarios, educación gratuita, agua potable, salud gratuita, energía eléctrica, etc.

En la página 163 dice “…despliegue represivo del Estado frente a las expresiones de contienda política”. Nada más falso que esto. Lo acabamos de ver en Villa Nueva, donde la comunidad se opuso a la construcción de una cárcel, y las autoridades disolvieron la manifestación hasta con gases lacrimógenos, presencia de antimotines, etc. ¿Cuándo han usado estas técnicas para disolver las marchas, bloqueos y protestas de los campesinos e indígenas? Nunca. Ahora mismo están bloqueando el ingreso al Congreso, apostados allí por tres días. Los de “la resistencia a la Puya” llevan todo el año de estar frente al MEM. ¿Alguien los ha quitado?

Esto es solo el capítulo 6 del documento “Más allá del conflicto, luchas por el bienestar”. Es importante ver, con los ojos bien abiertos, que mucho del subdesarrollo está ocasionado por la constante conflictividad que hay en el país. Solo en energía eléctrica, cuando los vividores de la conflictividad se oponen a la instalación de torres de transmisión, están condenando al subdesarrollo a todo el resto de la población que recibiría este beneficio.

La ausencia del Estado, en sus diferentes manifestaciones (seguridad, justicia, salud, educación, infraestructura vial, agua potable, etc.), es la verdadera causa de la conflictividad. Los vividores de la conflictividad se aprovechan de esto, para su propio beneficio.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

Polifonía de falsas verdades

Redacción
13 de octubre, 2016

El PNUD lanzó su investigación sobre el Índice de Desarrollo Humano. Es un libro de casi 400 páginas. Asumimos que los datos son correctos. Lo que sí está muy lejos de ser cierto, es todo lo que dicen respecto a la protesta social. El capítulo 6, titulado “La polifonía de la protesta social”, hace un análisis de esta actividad, a la que ellos llaman protesta, según su muy parcializado punto de vista. Veamos…

En la página 154 dice “En 1997, la protesta social se concentraba en el Departamento de Guatemala….Este tránsito hacia los departamentos puede deberse no sólo a un mayor registro o cobertura por parte de los medios, sino también a una mayor posibilidad, tras el fin del conflicto armado interno, de manifestar descontento o la inconformidad en el ámbito local”.

Primero, el conflicto no ha terminado. Ya no armado con “armas” sino con mucho dinero. Segundo, lo que buscan es mediatizar sus demandas, inconformidades, todo. La cobertura mediática les garantiza más recursos. Recordemos: el nombre de juego es dinero. No es desarrollo, progreso, bienestar “para los pueblos”. Es dinero, en efectivo, en tierras, en robo de energía para venderla, para viajes al extranjero, etc. Tercero, los que sí trabajamos también estamos descontentos e inconformes, pero no bloqueamos carreteras, causamos muertes, generamos conflicto, para manifestarlo. Del grupo de trabajadores, formales e informales, son muy, muy pocos los que tienen “acceso” a las “autoridades” para manifestar sus deseos.

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En la misma página dice “mercantilización de la naturaleza…aumento de la explotación agrícola intensiva en capital…mercantilización de las expresiones culturales…privatización de bienes públicos…en contra de la voluntad popular…acumulación por desposesión…modelo agroexportador del Estado…que amenaza directamente los modelos de vida de las comunidades ha detonado el descontento”.

Tal parece que extraer recursos naturales de la tierra, para exportarlos, generar empleo e ingresos al país vía inversión e impuestos. Además, desarrollo comunitario, energía eléctrica, acceso, agua potable, educación y salud, todo proveído por las empresas, es “mercantilizar” la naturaleza. Los propios indígenas “mercantilizan” sus expresiones culturales, vía la venta de las maravillas de artesanías que hacen, comida, textiles, de todo. ¿Por qué consideran malo o dañino mercantilizar? Hablan de acumulación por desposesión. ¿Acaso los propietarios de las tierras se las han robado a los indígenas? Si se refieren a las tierras ancestrales, bueno, pues que se quejen con los conquistadores españoles. Si se refieren a otra cosa, que demuestren, con pruebas fehacientes, quiénes, dónde, cuándo, cómo, los sacaron de “sus” tierras.

En la página 156 dice que las “Jornadas de 2015”, refiriéndose a las 22 semanas donde muchos fuimos al Parque Central a manifestarnos en contra de la corrupción, del gobierno del PP, fueron “ejemplaridad de pacifismo”. Es totalmente cierto. Pero agrega que “existe una trayectoria de marchas, protestas y movilizaciones pacíficas…en donde los actores principales son comunitarios indígenas y campesinos, que han convocado a miles de personas de forma pacífica, pero que no son reconocidas como expresiones de civismo y ciudadanía”.

Ajá… Ahora resulta que, como son indígenas y campesinos, se nos acusa a los demás de discriminarlos. Las protestas, marchas, bloqueos, no tienen nada de pacífico, pues han causado muertos en diversas ocasiones. No pueden ser consideradas manifestaciones de civismo porque, primero, son personas acarreadas a cambio de unos quetzales, alimentación y transporte. Segundo, las pérdidas económicas que hay son extremas. Y no son para los grandes empresarios, pues éstos tienen los recursos para mover sus productos por otras vías, o anticiparse a los bloqueos. Son grandes pérdidas para los pequeños empresarios, agricultores, vendedores ruteros, que no pueden trabajar ese día, que pierden sus cultivos porque se pudren, que no pudieron concretar una venta. Se estima que son más de Q2 millones diarios, que pueden ser más, dependiendo de la ubicación y prolongación de los bloqueos.

Sigamos…ufff… En la página 159 dice “apropiación de tierras comunitarias, o la dudosa compra de tierras a campesinos”. Me parece una gran irresponsabilidad del PNUD decir esto. Es fácil acusar sin pruebas. Si las tienen, pues que vayan al MP a presentarlas y poner las denuncias respectivas..

Más adelante, en ese mismo párrafo, dice …“muchas veces la no participación de la institucionalidad estatal en la elaboración y aprobación de los Estudios de Impacto Ambiental,,,”. Nada más lejano de la verdad. Es el MARN quien tiene a su cargo la aprobación de los EIA. Sólo pueden ser hechos por empresas aprobadas por ese Ministerio. ¿Dónde está ausente la institucionalidad?

Página 158: “…la constatación de los constantes agravios sufridos por numerosas comunidades en el país y los efectos en su vida y dignidad.” ¿Y los secuestros a trabajadores de las empresas y amenazas contra su vida, quema de maquinaria, asesinatos (caso Pajoques), irrupción de la energía eléctrica porque cortan el cable de transmisión, etc.? ¿No son esos agravios? Tal parece que no; solo si son en contra de las personas. Bueno, ¿y cuáles agravios? Se ha sometido, asesinado, violentado, a alguno? ¿Tienen pruebas, fehacientes y documentadas? ¡Pues vayan al MP! Muy por el contrario, los comunitarios tienen empleo, buenos salarios, educación gratuita, agua potable, salud gratuita, energía eléctrica, etc.

En la página 163 dice “…despliegue represivo del Estado frente a las expresiones de contienda política”. Nada más falso que esto. Lo acabamos de ver en Villa Nueva, donde la comunidad se opuso a la construcción de una cárcel, y las autoridades disolvieron la manifestación hasta con gases lacrimógenos, presencia de antimotines, etc. ¿Cuándo han usado estas técnicas para disolver las marchas, bloqueos y protestas de los campesinos e indígenas? Nunca. Ahora mismo están bloqueando el ingreso al Congreso, apostados allí por tres días. Los de “la resistencia a la Puya” llevan todo el año de estar frente al MEM. ¿Alguien los ha quitado?

Esto es solo el capítulo 6 del documento “Más allá del conflicto, luchas por el bienestar”. Es importante ver, con los ojos bien abiertos, que mucho del subdesarrollo está ocasionado por la constante conflictividad que hay en el país. Solo en energía eléctrica, cuando los vividores de la conflictividad se oponen a la instalación de torres de transmisión, están condenando al subdesarrollo a todo el resto de la población que recibiría este beneficio.

La ausencia del Estado, en sus diferentes manifestaciones (seguridad, justicia, salud, educación, infraestructura vial, agua potable, etc.), es la verdadera causa de la conflictividad. Los vividores de la conflictividad se aprovechan de esto, para su propio beneficio.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo