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De todos los premios que Bob merece (y el único que no)

Redacción
18 de octubre, 2016

En un desesperado intento por quedar bien con los progres literarios y de contentar a todo aquel que les tachara de elitistas, quisieron ser “jóvenes”, que los millennials les pusieran un poquito de atención, pero confundieron su deseo populista de ser “los premios más aclamados” con su responsabilidad de ser meritorios de la fama que se les atribuye. Dylan es un maestro, nadie niega eso, desde Paul McCartney y los Rolling Stones lo estudiaron, el rock no volvió a ser el mismo desde que salieron sus primeros discos, sin embargo, ¿eso lo hace merecedor de un premio de literatura?

Me parece, sin embargo, que el pobre Bob no tiene la culpa de lo que le está pasando. De hecho él esté probablemente más sorprendido que cualquiera de nosotros, después del anuncio dio un concierto en Las Vegas y ni pío. Han pasado ya muchos días y nada. Mutis. La Academia Sueca asegura que no han tenido noticias de Bob, mientras tanto las redes se gozan en inventar excusas por las que podría no estar respondiendo al teléfono (“Quizás no responde porque es un número desconocido”, “Tal vez se cree que lo llaman de Tigo”, etc, etc).

Sea lo que sea, solamente demuestra la lenta decadencia en la que la Academia ha ido cayendo y que se manifestaba estruendosamente con la elección de los Nobeles de la Paz, decisiones políticas y sobre todo patéticas. Al escoger a un músico (sí, es verdad que sus canciones podrían analizarse como poesía, pero la intención cuenta y Dylan es netamente un músico, no intenta ser un escritor), la Academia está desaprovechando la oportunidad que tiene cada año para recordarle al mundo que la literatura, que leer y escribir, que la ficción y la narrativa y la poesía siguen siendo importantes y que son tareas humanas nobles y que merecen el reconocimiento internacional.

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Dylan merece muchos premios: todos los Grammys que tiene, estar en el Rock Hall of Fame, y todos los demás premios de música que le otorguen en el futuro. Sin embargo, este premio no lo merecía, lo merecía un escritor, alguien que intencionalmente (y bajo todas las presiones que sufren los hombres y mujeres de letras hoy en día) escribiera literatura. Este año, Bob se ha quedado con un premio que no quiere y la literatura se ha quedado sin premio.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

De todos los premios que Bob merece (y el único que no)

Redacción
18 de octubre, 2016

En un desesperado intento por quedar bien con los progres literarios y de contentar a todo aquel que les tachara de elitistas, quisieron ser “jóvenes”, que los millennials les pusieran un poquito de atención, pero confundieron su deseo populista de ser “los premios más aclamados” con su responsabilidad de ser meritorios de la fama que se les atribuye. Dylan es un maestro, nadie niega eso, desde Paul McCartney y los Rolling Stones lo estudiaron, el rock no volvió a ser el mismo desde que salieron sus primeros discos, sin embargo, ¿eso lo hace merecedor de un premio de literatura?

Me parece, sin embargo, que el pobre Bob no tiene la culpa de lo que le está pasando. De hecho él esté probablemente más sorprendido que cualquiera de nosotros, después del anuncio dio un concierto en Las Vegas y ni pío. Han pasado ya muchos días y nada. Mutis. La Academia Sueca asegura que no han tenido noticias de Bob, mientras tanto las redes se gozan en inventar excusas por las que podría no estar respondiendo al teléfono (“Quizás no responde porque es un número desconocido”, “Tal vez se cree que lo llaman de Tigo”, etc, etc).

Sea lo que sea, solamente demuestra la lenta decadencia en la que la Academia ha ido cayendo y que se manifestaba estruendosamente con la elección de los Nobeles de la Paz, decisiones políticas y sobre todo patéticas. Al escoger a un músico (sí, es verdad que sus canciones podrían analizarse como poesía, pero la intención cuenta y Dylan es netamente un músico, no intenta ser un escritor), la Academia está desaprovechando la oportunidad que tiene cada año para recordarle al mundo que la literatura, que leer y escribir, que la ficción y la narrativa y la poesía siguen siendo importantes y que son tareas humanas nobles y que merecen el reconocimiento internacional.

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Dylan merece muchos premios: todos los Grammys que tiene, estar en el Rock Hall of Fame, y todos los demás premios de música que le otorguen en el futuro. Sin embargo, este premio no lo merecía, lo merecía un escritor, alguien que intencionalmente (y bajo todas las presiones que sufren los hombres y mujeres de letras hoy en día) escribiera literatura. Este año, Bob se ha quedado con un premio que no quiere y la literatura se ha quedado sin premio.

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