¿Qué nos falta para que el crecimiento económico sea de dos dígitos y podamos ver una rápida reducción de la pobreza? ¿Qué es lo que aún no hemos conseguido establecer para que entre un flujo masivo de inversiones que provoquen una explosión de creación de riqueza y oportunidades para todos? ¿Es un tema de economía? ¿De derecho?
Pues bien, este tema lo he platicado con muchas personas y la conclusión final es que el problema de Guatemala es de Derecho más que de economía. No quiere decir que no se deban mejorar algunos aspectos económicos logrando más apertura y menos regulaciones pero al hablar de esto caemos en el campo del Derecho. Pero no es sólo cuestión de desregular sino de crear un verdadero Estado de Derecho. Y lo pongo con mayúsculas por su gran importancia.
A ver. Aunque se está avanzando un poco aún estamos muy lejos de tener un verdadero Estado de Derecho. Un Estado de Derecho se caracteriza porque todos los habitantes estemos sometidos igualmente ante la ley, o sea que nadie sea superior a ella y que nadie escape a la misma. Si cometemos un error debemos ser responsables por el mismo. Si cometemos un acto criminal debemos ser juzgados y aceptar las consecuencias de haber violado la ley sin importar si somos empresarios, trabajadores, sindicalistas, funcionarios del gobierno, congresistas o el mismo Presidente de la República.
En vista que es función del Estado velar por los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad, para lo cual se le atribuye el poder de administrar la justicia y las fuerzas de seguridad, entonces cualquier deficiencia en esta función nos aleja del tan necesario Estado de Derecho. Vemos esta deficiencia en la cantidad de crímenes que quedan impunes por falta de justicia. También lo vemos cuando hay gente inocente en prisión esperando un juicio que Dios sabe cuándo llegará.
Existe una carencia de Estado de Derecho cuando los criminales no son atrapados o bien se escapan de las prisiones que se suponen son de máxima seguridad. El tortuguismo en los tribunales, la falta de certeza de que sean debida y prontamente juzgados los acusados, las falta de seguridad en el derecho de propiedad son ejemplos claros de que aún no gozamos de un Estado de Derecho.
La falta de justicia ha ocasionado que algunos habitantes del país la tomen en sus propias manos con consecuencias de nuevas injusticias tal como ha ocurrido en el pasado con los linchamientos de delincuentes en el que en alguna ocasión el pueblo se equivocó y linchó a más de algún inocente.
El Estado de Derecho es lo primero que hay que resolver. Lo demás vendrá como consecuencia del mismo. En un país donde sí existe un Estado de Derecho ya no hay privilegios de poder o económicos para ningún grupo en particular y la certeza de que serán castigados quienes no quieran cooperar respetando la vida, la libertad y la propiedad permite que la personas en lo individual generen riqueza y oportunidades para todos a un ritmo muy superior al de los países que no lo tienen.
Preocupa que en el país se quiera tener diferentes sistemas de justicia dependiendo si la persona es indígena o no. Esto va contra todo principio de igualdad ante la ley que un verdadero Estado de Derecho significa. Genera arbitrariedad y desconfianza. Es la destrucción del Estado de Derecho que con tanto esfuerzo y con demasiada lentitud se ha ido construyendo en este país. Espero que no retrocedamos y destruyamos lo que ya se ha conseguido hasta ahora. Sigamos construyendo un futuro mejor, sigamos fortaleciendo nuestro incipiente Estado de Derecho.
República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo
¿Qué nos falta para que el crecimiento económico sea de dos dígitos y podamos ver una rápida reducción de la pobreza? ¿Qué es lo que aún no hemos conseguido establecer para que entre un flujo masivo de inversiones que provoquen una explosión de creación de riqueza y oportunidades para todos? ¿Es un tema de economía? ¿De derecho?
Pues bien, este tema lo he platicado con muchas personas y la conclusión final es que el problema de Guatemala es de Derecho más que de economía. No quiere decir que no se deban mejorar algunos aspectos económicos logrando más apertura y menos regulaciones pero al hablar de esto caemos en el campo del Derecho. Pero no es sólo cuestión de desregular sino de crear un verdadero Estado de Derecho. Y lo pongo con mayúsculas por su gran importancia.
A ver. Aunque se está avanzando un poco aún estamos muy lejos de tener un verdadero Estado de Derecho. Un Estado de Derecho se caracteriza porque todos los habitantes estemos sometidos igualmente ante la ley, o sea que nadie sea superior a ella y que nadie escape a la misma. Si cometemos un error debemos ser responsables por el mismo. Si cometemos un acto criminal debemos ser juzgados y aceptar las consecuencias de haber violado la ley sin importar si somos empresarios, trabajadores, sindicalistas, funcionarios del gobierno, congresistas o el mismo Presidente de la República.
En vista que es función del Estado velar por los derechos a la vida, a la libertad y a la propiedad, para lo cual se le atribuye el poder de administrar la justicia y las fuerzas de seguridad, entonces cualquier deficiencia en esta función nos aleja del tan necesario Estado de Derecho. Vemos esta deficiencia en la cantidad de crímenes que quedan impunes por falta de justicia. También lo vemos cuando hay gente inocente en prisión esperando un juicio que Dios sabe cuándo llegará.
Existe una carencia de Estado de Derecho cuando los criminales no son atrapados o bien se escapan de las prisiones que se suponen son de máxima seguridad. El tortuguismo en los tribunales, la falta de certeza de que sean debida y prontamente juzgados los acusados, las falta de seguridad en el derecho de propiedad son ejemplos claros de que aún no gozamos de un Estado de Derecho.
La falta de justicia ha ocasionado que algunos habitantes del país la tomen en sus propias manos con consecuencias de nuevas injusticias tal como ha ocurrido en el pasado con los linchamientos de delincuentes en el que en alguna ocasión el pueblo se equivocó y linchó a más de algún inocente.
El Estado de Derecho es lo primero que hay que resolver. Lo demás vendrá como consecuencia del mismo. En un país donde sí existe un Estado de Derecho ya no hay privilegios de poder o económicos para ningún grupo en particular y la certeza de que serán castigados quienes no quieran cooperar respetando la vida, la libertad y la propiedad permite que la personas en lo individual generen riqueza y oportunidades para todos a un ritmo muy superior al de los países que no lo tienen.
Preocupa que en el país se quiera tener diferentes sistemas de justicia dependiendo si la persona es indígena o no. Esto va contra todo principio de igualdad ante la ley que un verdadero Estado de Derecho significa. Genera arbitrariedad y desconfianza. Es la destrucción del Estado de Derecho que con tanto esfuerzo y con demasiada lentitud se ha ido construyendo en este país. Espero que no retrocedamos y destruyamos lo que ya se ha conseguido hasta ahora. Sigamos construyendo un futuro mejor, sigamos fortaleciendo nuestro incipiente Estado de Derecho.
República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo