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¡Qué injusta la restricción!

Adriana Lopez
29 de octubre, 2016

Imagínese despertar un día con la noticia de que su horario de trabajo será reducido y por consiguiente, su salario también. Alguien decidió que usted ya no puede utilizar ciertas horas del día para trabajar por una culpa que claramente no es suya.

Me imagino que así de sintieron los pertenecientes a la Gremial de Pilotos de Transporte Pesado cuando les dieron la noticia de que sus horas de circulación serían acortadas. Y yo, personalmente, no apoyo las medidas que el alcalde tomó para “mejorar” el tránsito. Me parece bastante injusto de su parte limitar el acceso de los trailers aún más.

Yo apoyo que se abstengan de circular en las horas pico, porque en realidad si se alivia mucho la carga de tránsito cuando no están, pero el nuevo cambio de horario le tira bastante a la injusticia.

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Comencemos por mencionar que a la mayoría de los que conducen un auto en nuestro país les hace falta cultura vial, un buen porcentaje de las colas que se hacen es por la gracia de algún imprudente que describí ya en otra columna. Luego admitamos que las arterias principales (mejor dicho, todas las calles) de nuestra ciudad están hechas un desastre. Están en mal estado, desgastadas, adaptadas de mala manera, sin señalización o invadidas. Y entendamos que es responsabilidad de nuestros gobernantes mantenerlas en estado óptimo.

Y por último, aunque no nos guste aceptarlo, como ciudadanos estamos acostumbrados a un estilo de vida egoísta que provoca que de una casa en donde viven cuatro personas, salgan cuatro carros a pesar de que algunos vayan a los mismos lugares en el transcurso del día.
Lo que quiero quiero decir es que los pilotos del transporte pesado no tienen la culpa de que tantos carros circulen por la ciudad y menos culpa tienen por no tener una vía alterna adecuada a las necesidades del transporte que utilizan.

La ciudad de Guatemala se convierte cada vez más en una metrópolis. Y como ciudadanos de ella deberíamos de comprender que el desarrollo económico y el crecimiento de un lugar determinado, sucede a costa de situaciones como las que vivimos diariamente y cuyo claro ejemplo es el tránsito.

Justo como lo han hecho muchas otras ciudades grandes en sus respectivos países, la nuestra necesita que se invierta en una infraestructura vial alterna a las arterias principales para que entonces el transporte pesado pueda circular sin restricciones y aprovechemos que nuestra economía está activa. Sino, seguiremos hundiéndonos entre nosotros.

Aprendamos a demandar a las autoridades que se hagan trabajos que de verdad tengan resultado a largo plazo y que ya dejen de presentarnos soluciones que afectan a determinados grupos y son muy superficiales.

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

¡Qué injusta la restricción!

Adriana Lopez
29 de octubre, 2016

Imagínese despertar un día con la noticia de que su horario de trabajo será reducido y por consiguiente, su salario también. Alguien decidió que usted ya no puede utilizar ciertas horas del día para trabajar por una culpa que claramente no es suya.

Me imagino que así de sintieron los pertenecientes a la Gremial de Pilotos de Transporte Pesado cuando les dieron la noticia de que sus horas de circulación serían acortadas. Y yo, personalmente, no apoyo las medidas que el alcalde tomó para “mejorar” el tránsito. Me parece bastante injusto de su parte limitar el acceso de los trailers aún más.

Yo apoyo que se abstengan de circular en las horas pico, porque en realidad si se alivia mucho la carga de tránsito cuando no están, pero el nuevo cambio de horario le tira bastante a la injusticia.

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Comencemos por mencionar que a la mayoría de los que conducen un auto en nuestro país les hace falta cultura vial, un buen porcentaje de las colas que se hacen es por la gracia de algún imprudente que describí ya en otra columna. Luego admitamos que las arterias principales (mejor dicho, todas las calles) de nuestra ciudad están hechas un desastre. Están en mal estado, desgastadas, adaptadas de mala manera, sin señalización o invadidas. Y entendamos que es responsabilidad de nuestros gobernantes mantenerlas en estado óptimo.

Y por último, aunque no nos guste aceptarlo, como ciudadanos estamos acostumbrados a un estilo de vida egoísta que provoca que de una casa en donde viven cuatro personas, salgan cuatro carros a pesar de que algunos vayan a los mismos lugares en el transcurso del día.
Lo que quiero quiero decir es que los pilotos del transporte pesado no tienen la culpa de que tantos carros circulen por la ciudad y menos culpa tienen por no tener una vía alterna adecuada a las necesidades del transporte que utilizan.

La ciudad de Guatemala se convierte cada vez más en una metrópolis. Y como ciudadanos de ella deberíamos de comprender que el desarrollo económico y el crecimiento de un lugar determinado, sucede a costa de situaciones como las que vivimos diariamente y cuyo claro ejemplo es el tránsito.

Justo como lo han hecho muchas otras ciudades grandes en sus respectivos países, la nuestra necesita que se invierta en una infraestructura vial alterna a las arterias principales para que entonces el transporte pesado pueda circular sin restricciones y aprovechemos que nuestra economía está activa. Sino, seguiremos hundiéndonos entre nosotros.

Aprendamos a demandar a las autoridades que se hagan trabajos que de verdad tengan resultado a largo plazo y que ya dejen de presentarnos soluciones que afectan a determinados grupos y son muy superficiales.

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