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¿Se podrá cumplir la promesa de empleo?

Redacción
11 de febrero, 2016

En los primeros días luego de haber asumido el cargo, el Presidente Jimmy Morales le comentó a su Ministra de Trabajo que en su plan de gobierno estaba la promesa de generar 300,000 empleos formales durante el 2016. Una meta no solo ambiciosa, sino que además técnicamente inviable dadas las condiciones en la que nos encontramos, en que pareciera que las iniciativas para fomentar la economía y promover el empleo, no encuentran las condiciones favorables para ser aprobadas. Si a esto le sumamos que el Presidente derogó de un plumazo el acuerdo gubernativo que daba vida a la oportunidad de llevar empleo formal a la provincia, a través de salarios mínimos diferenciados, la situación se le complica bastante para si quiera mantener el ritmo de empleos inerciales que genera el país.

Veamos a fondo, ¿qué alternativas le quedan al nuevo gobierno para cumplir su promesa?. Los números nos dicen que en los últimos cuatro años se logró duplicar el número de puestos de trabajo formal que se generan en la economía, pasando de poco más de 30 mil empleos que se generaban en 2011 a un promedio de 61,289 empleos al año entre 2012 y 2015 (245,155 empleos formales en los cuatro años).

Con un salario mínimo tan alto y restrictivo como el que tiene Guatemala (más que el doble de países con mayor productividad como México), en donde el municipio con la menor productividad como lo es San Gaspar Ixil en Huehuetenango, tiene un ingreso promedio casi tres veces por debajo del salario mínimo nacional, no existe ningún incentivo para un empresario de ir a generar nuevos empleos formales en ese municipio. Un ejemplo de una de las razones para que un inversionista no piense en invertir en la provincia, a menos que sea para empresas intensivas en capital debido a los recursos naturales.

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A nivel internacional en los Estados Unidos, el diario The Wall Street Journal reportó la semana pasada que debido a los altos niveles al que ha llegado el salario mínimo, estarían cerrando 152 tiendas de Walmart, afectando a 10,000 personas que se quedarán sin empleo. Esto demuestra lo dañino que puede ser seguir aumentando el salario mínimo, sin pensar en la productividad del país.

Lo único que queda entonces en Guatemala, para multiplicar casi por cinco la tasa de empleos formales y tratar de cumplir la meta propuesta por el gobierno, es aprobar iniciativas de ley que fomenten mayor cantidad de puestos de trabajo en sectores intensivos en mano de obra. Una primera iniciativa es la Ley Emergente para la conservación del Empleo, pero aun así nos quedaremos cortos, si no se reactivan las demás leyes en el ámbito económico. @jczapata_s

¿Se podrá cumplir la promesa de empleo?

Redacción
11 de febrero, 2016

En los primeros días luego de haber asumido el cargo, el Presidente Jimmy Morales le comentó a su Ministra de Trabajo que en su plan de gobierno estaba la promesa de generar 300,000 empleos formales durante el 2016. Una meta no solo ambiciosa, sino que además técnicamente inviable dadas las condiciones en la que nos encontramos, en que pareciera que las iniciativas para fomentar la economía y promover el empleo, no encuentran las condiciones favorables para ser aprobadas. Si a esto le sumamos que el Presidente derogó de un plumazo el acuerdo gubernativo que daba vida a la oportunidad de llevar empleo formal a la provincia, a través de salarios mínimos diferenciados, la situación se le complica bastante para si quiera mantener el ritmo de empleos inerciales que genera el país.

Veamos a fondo, ¿qué alternativas le quedan al nuevo gobierno para cumplir su promesa?. Los números nos dicen que en los últimos cuatro años se logró duplicar el número de puestos de trabajo formal que se generan en la economía, pasando de poco más de 30 mil empleos que se generaban en 2011 a un promedio de 61,289 empleos al año entre 2012 y 2015 (245,155 empleos formales en los cuatro años).

Con un salario mínimo tan alto y restrictivo como el que tiene Guatemala (más que el doble de países con mayor productividad como México), en donde el municipio con la menor productividad como lo es San Gaspar Ixil en Huehuetenango, tiene un ingreso promedio casi tres veces por debajo del salario mínimo nacional, no existe ningún incentivo para un empresario de ir a generar nuevos empleos formales en ese municipio. Un ejemplo de una de las razones para que un inversionista no piense en invertir en la provincia, a menos que sea para empresas intensivas en capital debido a los recursos naturales.

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A nivel internacional en los Estados Unidos, el diario The Wall Street Journal reportó la semana pasada que debido a los altos niveles al que ha llegado el salario mínimo, estarían cerrando 152 tiendas de Walmart, afectando a 10,000 personas que se quedarán sin empleo. Esto demuestra lo dañino que puede ser seguir aumentando el salario mínimo, sin pensar en la productividad del país.

Lo único que queda entonces en Guatemala, para multiplicar casi por cinco la tasa de empleos formales y tratar de cumplir la meta propuesta por el gobierno, es aprobar iniciativas de ley que fomenten mayor cantidad de puestos de trabajo en sectores intensivos en mano de obra. Una primera iniciativa es la Ley Emergente para la conservación del Empleo, pero aun así nos quedaremos cortos, si no se reactivan las demás leyes en el ámbito económico. @jczapata_s