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La transparencia para evitar corrupción

Redacción
13 de febrero, 2016
En el mundo actual, en la situación post caso la Línea y demás andadas descubiertas del anterior gobierno, hay una necesidad enorme por garantizar a los ciudadanos la correcta utilización de los recursos públicos.
Si bien tenemos una ley de acceso a la información, no existe una plataforma única que permita unir los sistemas de información existentes, así como tampoco existe una verdadera política de transparencia de toda la gestión pública.
Una verdadera transparencia en la gestión debe incluir procedimientos internos, acceso al seguimiento de los expedientes, acceso a los memos y documentos internos, acceso a todas las deliberaciones y decisiones que se toman en la administración pública. Los ciudadanos deberían tener posibilidad de asistir a las juntas directivas, a los plenos de las cortes, a las reuniones de consejos y gabinete. La excepción debe ser el secretismo. Así pienso que la secretividad está reservada a:
  1. Persecución penal. Cuando la investigación no puede ser pública porque pondría en peligro las continuidad y aprehensión de los posibles criminales;
  2. Cuando hay temas que tocan con la integridad y reputación de una persona. Por ejemplo, cuando debe decidirse la separación de alguien en un puesto público por acoso sexual y denunciarlo a quien corresponda. La identidad de la víctima debe permanecer secreta.
  3. La identidad y residencia de los funcionarios cuando los salarios son públicos. Esto es un área gris, pues la razón es su seguridad ya que hay zonas de riesgo en las que conocer la residencia de alguien lo haría víctima de criminalidad. Sin ese elemento, también debe ser público.
En este momento hay muchas áreas osuras. Y dados los eventos del viernes en SAT es de mencionar que SAT ha clasificado como confidenciales sus manuales de auditoría, sus planes de fiscalización, sus criterios internos para determinar si un caso es penal o únicamente administrativo y en los casos de gestiones de devolución, los plazos que llevará en cada expediente y el orden de conocimiento.
Todas estas áreas deben ser públicas para evitar las gestiones ilegales, los sobornos y componendas.
La transparencia es un arma contra la corrupción.

La transparencia para evitar corrupción

Redacción
13 de febrero, 2016
En el mundo actual, en la situación post caso la Línea y demás andadas descubiertas del anterior gobierno, hay una necesidad enorme por garantizar a los ciudadanos la correcta utilización de los recursos públicos.
Si bien tenemos una ley de acceso a la información, no existe una plataforma única que permita unir los sistemas de información existentes, así como tampoco existe una verdadera política de transparencia de toda la gestión pública.
Una verdadera transparencia en la gestión debe incluir procedimientos internos, acceso al seguimiento de los expedientes, acceso a los memos y documentos internos, acceso a todas las deliberaciones y decisiones que se toman en la administración pública. Los ciudadanos deberían tener posibilidad de asistir a las juntas directivas, a los plenos de las cortes, a las reuniones de consejos y gabinete. La excepción debe ser el secretismo. Así pienso que la secretividad está reservada a:
  1. Persecución penal. Cuando la investigación no puede ser pública porque pondría en peligro las continuidad y aprehensión de los posibles criminales;
  2. Cuando hay temas que tocan con la integridad y reputación de una persona. Por ejemplo, cuando debe decidirse la separación de alguien en un puesto público por acoso sexual y denunciarlo a quien corresponda. La identidad de la víctima debe permanecer secreta.
  3. La identidad y residencia de los funcionarios cuando los salarios son públicos. Esto es un área gris, pues la razón es su seguridad ya que hay zonas de riesgo en las que conocer la residencia de alguien lo haría víctima de criminalidad. Sin ese elemento, también debe ser público.
En este momento hay muchas áreas osuras. Y dados los eventos del viernes en SAT es de mencionar que SAT ha clasificado como confidenciales sus manuales de auditoría, sus planes de fiscalización, sus criterios internos para determinar si un caso es penal o únicamente administrativo y en los casos de gestiones de devolución, los plazos que llevará en cada expediente y el orden de conocimiento.
Todas estas áreas deben ser públicas para evitar las gestiones ilegales, los sobornos y componendas.
La transparencia es un arma contra la corrupción.