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El territorio de la Memoria

Redacción
16 de febrero, 2016

El 70% de la población de Guatemala es menor de 30 años. La edad media del país es de 18.14 años. Lo anterior significa que casi doce millones de guatemaltecos y guatemaltecas nacieron hacia la mitad de la década de los ochentas y no vivieron ni conocieron, en su mayoría, actos de violencia del enfrentamiento armado interno. De hecho, se dice que por aquella época la guerrilla ya había sido derrotada militarmente y el conflicto se habría prolongado “artificialmente”.

A casi veinte años de la suscripción del Acuerdo de Paz – ¿cuál?- Firme y Duradera entramos en una nueva etapa de polarización. El inicio de lo que se podría denominar como la “versión chapina de la justicia transicional” –apalancada con la presencia simbólica de la Embajada y los emisarios de otras capitales del mundo en las salas del Organismo Judicial- más que buscar Justicia y reparación a las víctimas, parece ser el principio de una nueva etapa del conflicto donde, otra vez, pobladores indígenas son puestos en “escena”, pero quienes mueven los hilos de diferentes casos contra ex militares, son personas mestizas/ladinas, junto a un “dream team” de asesores extranjeros ¿No me cree? Dese una vuelta por Nebaj o el Estor y verá la inquietante presencia de extranjeros conversando e indagando más sobre testimonios del conflicto… Aquello no estaría mal si el objetivo final fuese contribuir a la verdadera reconciliación entre hermanos en Guatemala, sin embargo, a juzgar por lo que hemos visto en los primeros días del 2,016, lo que podemos esperar es la apertura de viejas heridas.

No se trata de indicar si algunos ex militares son o no culpables. De ello ya se encargará la Justicia. Mi punto es poner en perspectiva la necesidad de cuestionarnos temas como: ¿A quién le interesa que se abran nuevos frentes de conflicto y choque ideológico en Guatemala? ¿Dónde están aquellas voces y liderazgos con un mensaje de verdadera reconciliación para alcanzar la Paz? ¿Tiene claro la Fiscal General que ir por un solo bando puede ser catalogado por la opinión pública como una “venganza política”? ¿Tiene el MP, dentro de los casos que sigue contra ex insurgentes, previsto llevar al banquillo de los acusados a altos dirigentes e integrantes de la “comandancia” de la ex guerrilla?

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Mientras nos mantienen divididos y “entretenidos” en nuestras diferencias, avanzan las agendas e intereses de actores poderosos en nuestro territorio ¿es esto tan difícil de observar por los liderazgos de las diferentes “élites” del país? Una justicia transicional integral en el país debería buscar la reconciliación y la Paz Firme y Duradera. Y una parte integral de esa Justicia debe ser tener una versión integral y equilibrada de la Memoria Histórica.

Casi doce millones de jóvenes en Guatemala saben poco de lo ocurrió durante el enfrentamiento armado interno. Y lo poco que saben lleva una carga ideológica en contra del Ejército de Guatemala. Aquí, hay que reconocer que los voceros y los “altavoces” de la ex insurgencia y sus amigos han sido más hábiles y eficaces en llevar un mensaje cargado de venganza política que poco ayuda a lograr la Verdadera Paz. Por ello se hace necesario que voces con un mensaje intermedio y de reconciliación puedan salir a la palestra pública y buscar la Unidad en Guatemala. Tampoco se puede “tapar el sol con un dedo” y negar las atrocidades que se cometieron en el pasado. Eso, también, sería un grave error. Hoy más que nunca, Guatemala necesita de un liderazgo dispuesto a superar el pasado y dar el paso al frente para lograr la Unidad y la Reconciliación.

El Territorio de la Memoria, que se le espera dejar a la niñez, adolescencia y juventud en Guatemala, debe ser ganado por aquellos voceros que lleven un mensaje de verdadera Paz y Unidad. Más división y polarización solo le hace daño a los más pobres y a los más excluidos y marginados.

@bequerchocooj

El territorio de la Memoria

Redacción
16 de febrero, 2016

El 70% de la población de Guatemala es menor de 30 años. La edad media del país es de 18.14 años. Lo anterior significa que casi doce millones de guatemaltecos y guatemaltecas nacieron hacia la mitad de la década de los ochentas y no vivieron ni conocieron, en su mayoría, actos de violencia del enfrentamiento armado interno. De hecho, se dice que por aquella época la guerrilla ya había sido derrotada militarmente y el conflicto se habría prolongado “artificialmente”.

A casi veinte años de la suscripción del Acuerdo de Paz – ¿cuál?- Firme y Duradera entramos en una nueva etapa de polarización. El inicio de lo que se podría denominar como la “versión chapina de la justicia transicional” –apalancada con la presencia simbólica de la Embajada y los emisarios de otras capitales del mundo en las salas del Organismo Judicial- más que buscar Justicia y reparación a las víctimas, parece ser el principio de una nueva etapa del conflicto donde, otra vez, pobladores indígenas son puestos en “escena”, pero quienes mueven los hilos de diferentes casos contra ex militares, son personas mestizas/ladinas, junto a un “dream team” de asesores extranjeros ¿No me cree? Dese una vuelta por Nebaj o el Estor y verá la inquietante presencia de extranjeros conversando e indagando más sobre testimonios del conflicto… Aquello no estaría mal si el objetivo final fuese contribuir a la verdadera reconciliación entre hermanos en Guatemala, sin embargo, a juzgar por lo que hemos visto en los primeros días del 2,016, lo que podemos esperar es la apertura de viejas heridas.

No se trata de indicar si algunos ex militares son o no culpables. De ello ya se encargará la Justicia. Mi punto es poner en perspectiva la necesidad de cuestionarnos temas como: ¿A quién le interesa que se abran nuevos frentes de conflicto y choque ideológico en Guatemala? ¿Dónde están aquellas voces y liderazgos con un mensaje de verdadera reconciliación para alcanzar la Paz? ¿Tiene claro la Fiscal General que ir por un solo bando puede ser catalogado por la opinión pública como una “venganza política”? ¿Tiene el MP, dentro de los casos que sigue contra ex insurgentes, previsto llevar al banquillo de los acusados a altos dirigentes e integrantes de la “comandancia” de la ex guerrilla?

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Mientras nos mantienen divididos y “entretenidos” en nuestras diferencias, avanzan las agendas e intereses de actores poderosos en nuestro territorio ¿es esto tan difícil de observar por los liderazgos de las diferentes “élites” del país? Una justicia transicional integral en el país debería buscar la reconciliación y la Paz Firme y Duradera. Y una parte integral de esa Justicia debe ser tener una versión integral y equilibrada de la Memoria Histórica.

Casi doce millones de jóvenes en Guatemala saben poco de lo ocurrió durante el enfrentamiento armado interno. Y lo poco que saben lleva una carga ideológica en contra del Ejército de Guatemala. Aquí, hay que reconocer que los voceros y los “altavoces” de la ex insurgencia y sus amigos han sido más hábiles y eficaces en llevar un mensaje cargado de venganza política que poco ayuda a lograr la Verdadera Paz. Por ello se hace necesario que voces con un mensaje intermedio y de reconciliación puedan salir a la palestra pública y buscar la Unidad en Guatemala. Tampoco se puede “tapar el sol con un dedo” y negar las atrocidades que se cometieron en el pasado. Eso, también, sería un grave error. Hoy más que nunca, Guatemala necesita de un liderazgo dispuesto a superar el pasado y dar el paso al frente para lograr la Unidad y la Reconciliación.

El Territorio de la Memoria, que se le espera dejar a la niñez, adolescencia y juventud en Guatemala, debe ser ganado por aquellos voceros que lleven un mensaje de verdadera Paz y Unidad. Más división y polarización solo le hace daño a los más pobres y a los más excluidos y marginados.

@bequerchocooj