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Francisco y los Pueblos Indígenas

Redacción
08 de febrero, 2016

Las visitas del Papa Francisco al “Continente de la Esperanza”, realizadas en 2,015, llevaban consigo un gran mensaje simbólico. Visitó Paraguay, un país donde el 90% de su población es católica y arribó a Ecuador y Bolivia, donde el 79 y 77% de su población, también, se declara católica, respectivamente, según datos de un informe del Pew Research Center titulado “Religión en América Latina”. Los tres países citados tienen en común el hecho de tener altas tasas de pobreza y marginación y, los dos últimos, son territorios con mayoría de población indígena.

Pero el Papa latinoamericano volverá a dar, nuevamente, varios mensajes simbólicos al visitar, del 12 al 17 de febrero próximos, el segundo país de la región con mayoría de población católica: México –allá el 81% de sus habitantes son católicos-. Conversando con el Arzobispo de Centroamérica de la Santa Iglesia Católica Apostólica Siro Ordoxa de Antioquía, Mor Eduardo Aguirre, él reflexionaba en el sentido de que los lugares que visitará Su Santidad en el hermano país del Norte, llevan un mensaje de esperanza hacia los que tradicionalmente han sido excluidos y marginados. Mor Aguirre indicaba que “la visita a Ciudad Juárez tiene que ver con la población migrante; Ecatepec es una zona donde vive gran cantidad de gente en marginación y tiene que ver con la exclusión suburbana; la visita a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, va con un mensaje contra la discriminación y marginación étnica; por otro lado, la parada del Papa Francisco en Morelia tendría que ver con el hecho de que fue ese el lugar en el que trabajó Vasco Vásquez de Quiroga, considerado el Fray Bartolomé de las Casas de México” por su labor de evangelización de las poblaciones indígenas de aquél lugar.

Como bien lo demuestra la Historia –con mayúscula- la Iglesia católica ha tenido una relación “tirante” con los pueblos indígenas en el pasado. Por ello, no es casual el pedido de perdón del Papa Francisco a los pueblos indígenas, realizado el año pasado en Bolivia, por los crímenes cometidos durante la mal llamada “conquista de América”.   

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La aproximación de Francisco con los pueblos indígenas y los excluidos será el punto central de la agenda de Su Santidad el próximo 15 de febrero cuando arribe a territorio “zapatista” en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. En la Diócesis de aquel lugar un 75% de la población es indígena. Cabe recordar que Chiapas es el Estado más pobre de México. Es interesante que en un reciente comunicado de prensa de la Conferencia del Episcopado Mexicano se resalte el hecho de que, desde el año 1,992, aquel país se reconoció como “una Nación pluricultural y, en el año de 2001, la Reforma Constitucional avanzó en la aceptación de derechos de los pueblos indígenas… Este avance en el reconocimiento de su dignidad y de sus derechos es apreciado por la Iglesia, aunque falta mucho por una cordial aceptación de sus derechos a su propia organización política, al dominio sobre sus territorios, a ser tomados en cuenta en aquello que afecta a su vida y a su cultura. Esperamos que el encuentro del Santo Padre con ellos [los pueblos indígenas] en San Cristóbal de Las Casas anime a todo el pueblo mexicano a darles el lugar que les corresponde en la sociedad y en la misma Iglesia…”

Si bien la Constitución mexicana reconoce el carácter pluricultural de aquella Nación, en Guatemala la ceguera y el radicalismo ideológico sigue negando y oponiéndose al reconocimiento de nuestra Nación como multiétnica, pluricultural y multilingüe en la Constitución Política de la República, tal como se estableció en el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. Las famosas reformas constitucionales que tienen que ver con los derechos colectivos de los pueblos indígenas siguen durmiendo el sueño de los justos… y ahí seguirán en tanto no exista una verdadera fuerza política que tome el liderazgo y poder político para impulsar cambio profundos. Si las élites de poder y sus agentes que les representan en los diferentes Órganos del Estado, se han negado a reconocer siquiera la diversidad étnica de la Nación, en algo que es tan evidente como que el agua es clara y diáfana ¿Se imagina usted lo difícil que puede ser esperar que las élites de poder de este país, de verdad, hagan algo por eliminar la pobreza y miseria en que viven millones de hermanos indígenas en Guatemala?

Conversando con varios liderazgos indígenas, poco visibles en lo mediático, pero presentes en lo territorial y con base en diversas áreas del país, parece haber una claridad en el sentido de que nada va cambiar si los pueblos indígenas no construyen un movimiento político alternativo, de Nación incluyente y de reconciliación, con liderazgos ladinos y mestizos que entienden de la realidad en que viven las poblaciones indígenas. Demostrado está, al menos hasta ahora, que las élites que han detentado el poder están poco dispuestas a ceder parte del “territorio y poder político”. No se puede resolver la denominada “conflictividad” sin ceder un poco. Tampoco es posible resolverla con “radicalismos” mezquinos.

Quizá, solo quizás, las palabras que pronuncie en Misa Su Santidad en Chiapas, la próxima semana, y a la que también acudirán representantes de los pueblos Mam, K’iche’, Q’anjob’al y Q’eqchi’ de Guatemala, ayuden a poner en perspectiva la necesidad de resolver el racismo y la discriminación a que han estado sometidos los pueblos indígenas. Asimismo, quizá, solo quizá, se despierte el ánimo y el liderazgo transformacional de algunas “élites” chapinas para lograr echar a andar procesos de cambio y reforma profunda para construir esa Guatemala grande que celebra la diversidad étnica y cultural.

En la misa del próximo 15 de febrero del Papa Francisco, en Chiapas, se utilizarán objetos litúrgicos con simbología indígena y las lecturas serán en los idiomas indígenas ch’ol, tsotsil y tzeltal y se incluirán cantos en el idioma mixe, tsotsil y tzeltal. Además, San Cristóbal de las Casas, es el lugar en el que el Obispo Samuel Ruiz García dejó una vida entera dedicada a la Iglesia y a la defensa de las comunidades indígenas de ese territorio, alguien considerado como “rebelde y casi un hereje por su defensa de la opción por los pobres”.

En mi opinión, es claro que los lugares que visitará el Papa Francisco en México, son un mensaje de que no está apoyando el tradicionalismo mexicano, sino que busca un discurso alternativo. Incluso, podría darse el hecho de que los Obispos mexicanos no estén tan abiertos a este nuevo “estilo” papal y que el Santo Padre, en sus declaraciones, les jale, incluso, las orejas. Como nota aparte, es muy simbólico el hecho de que el Papa se vaya a reunir en la Cuba de los Castro, con el Patriarca Kiril, de la Iglesia Ortodoxa Rusa, alguien a quien se le puede dar el mote de “putiniano” por la relación simbiótica que mantiene con Vladimir Putin…

@bequerchocooj

Francisco y los Pueblos Indígenas

Redacción
08 de febrero, 2016

Las visitas del Papa Francisco al “Continente de la Esperanza”, realizadas en 2,015, llevaban consigo un gran mensaje simbólico. Visitó Paraguay, un país donde el 90% de su población es católica y arribó a Ecuador y Bolivia, donde el 79 y 77% de su población, también, se declara católica, respectivamente, según datos de un informe del Pew Research Center titulado “Religión en América Latina”. Los tres países citados tienen en común el hecho de tener altas tasas de pobreza y marginación y, los dos últimos, son territorios con mayoría de población indígena.

Pero el Papa latinoamericano volverá a dar, nuevamente, varios mensajes simbólicos al visitar, del 12 al 17 de febrero próximos, el segundo país de la región con mayoría de población católica: México –allá el 81% de sus habitantes son católicos-. Conversando con el Arzobispo de Centroamérica de la Santa Iglesia Católica Apostólica Siro Ordoxa de Antioquía, Mor Eduardo Aguirre, él reflexionaba en el sentido de que los lugares que visitará Su Santidad en el hermano país del Norte, llevan un mensaje de esperanza hacia los que tradicionalmente han sido excluidos y marginados. Mor Aguirre indicaba que “la visita a Ciudad Juárez tiene que ver con la población migrante; Ecatepec es una zona donde vive gran cantidad de gente en marginación y tiene que ver con la exclusión suburbana; la visita a San Cristóbal de las Casas, Chiapas, va con un mensaje contra la discriminación y marginación étnica; por otro lado, la parada del Papa Francisco en Morelia tendría que ver con el hecho de que fue ese el lugar en el que trabajó Vasco Vásquez de Quiroga, considerado el Fray Bartolomé de las Casas de México” por su labor de evangelización de las poblaciones indígenas de aquél lugar.

Como bien lo demuestra la Historia –con mayúscula- la Iglesia católica ha tenido una relación “tirante” con los pueblos indígenas en el pasado. Por ello, no es casual el pedido de perdón del Papa Francisco a los pueblos indígenas, realizado el año pasado en Bolivia, por los crímenes cometidos durante la mal llamada “conquista de América”.   

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La aproximación de Francisco con los pueblos indígenas y los excluidos será el punto central de la agenda de Su Santidad el próximo 15 de febrero cuando arribe a territorio “zapatista” en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. En la Diócesis de aquel lugar un 75% de la población es indígena. Cabe recordar que Chiapas es el Estado más pobre de México. Es interesante que en un reciente comunicado de prensa de la Conferencia del Episcopado Mexicano se resalte el hecho de que, desde el año 1,992, aquel país se reconoció como “una Nación pluricultural y, en el año de 2001, la Reforma Constitucional avanzó en la aceptación de derechos de los pueblos indígenas… Este avance en el reconocimiento de su dignidad y de sus derechos es apreciado por la Iglesia, aunque falta mucho por una cordial aceptación de sus derechos a su propia organización política, al dominio sobre sus territorios, a ser tomados en cuenta en aquello que afecta a su vida y a su cultura. Esperamos que el encuentro del Santo Padre con ellos [los pueblos indígenas] en San Cristóbal de Las Casas anime a todo el pueblo mexicano a darles el lugar que les corresponde en la sociedad y en la misma Iglesia…”

Si bien la Constitución mexicana reconoce el carácter pluricultural de aquella Nación, en Guatemala la ceguera y el radicalismo ideológico sigue negando y oponiéndose al reconocimiento de nuestra Nación como multiétnica, pluricultural y multilingüe en la Constitución Política de la República, tal como se estableció en el Acuerdo sobre Identidad y Derechos de los Pueblos Indígenas. Las famosas reformas constitucionales que tienen que ver con los derechos colectivos de los pueblos indígenas siguen durmiendo el sueño de los justos… y ahí seguirán en tanto no exista una verdadera fuerza política que tome el liderazgo y poder político para impulsar cambio profundos. Si las élites de poder y sus agentes que les representan en los diferentes Órganos del Estado, se han negado a reconocer siquiera la diversidad étnica de la Nación, en algo que es tan evidente como que el agua es clara y diáfana ¿Se imagina usted lo difícil que puede ser esperar que las élites de poder de este país, de verdad, hagan algo por eliminar la pobreza y miseria en que viven millones de hermanos indígenas en Guatemala?

Conversando con varios liderazgos indígenas, poco visibles en lo mediático, pero presentes en lo territorial y con base en diversas áreas del país, parece haber una claridad en el sentido de que nada va cambiar si los pueblos indígenas no construyen un movimiento político alternativo, de Nación incluyente y de reconciliación, con liderazgos ladinos y mestizos que entienden de la realidad en que viven las poblaciones indígenas. Demostrado está, al menos hasta ahora, que las élites que han detentado el poder están poco dispuestas a ceder parte del “territorio y poder político”. No se puede resolver la denominada “conflictividad” sin ceder un poco. Tampoco es posible resolverla con “radicalismos” mezquinos.

Quizá, solo quizás, las palabras que pronuncie en Misa Su Santidad en Chiapas, la próxima semana, y a la que también acudirán representantes de los pueblos Mam, K’iche’, Q’anjob’al y Q’eqchi’ de Guatemala, ayuden a poner en perspectiva la necesidad de resolver el racismo y la discriminación a que han estado sometidos los pueblos indígenas. Asimismo, quizá, solo quizá, se despierte el ánimo y el liderazgo transformacional de algunas “élites” chapinas para lograr echar a andar procesos de cambio y reforma profunda para construir esa Guatemala grande que celebra la diversidad étnica y cultural.

En la misa del próximo 15 de febrero del Papa Francisco, en Chiapas, se utilizarán objetos litúrgicos con simbología indígena y las lecturas serán en los idiomas indígenas ch’ol, tsotsil y tzeltal y se incluirán cantos en el idioma mixe, tsotsil y tzeltal. Además, San Cristóbal de las Casas, es el lugar en el que el Obispo Samuel Ruiz García dejó una vida entera dedicada a la Iglesia y a la defensa de las comunidades indígenas de ese territorio, alguien considerado como “rebelde y casi un hereje por su defensa de la opción por los pobres”.

En mi opinión, es claro que los lugares que visitará el Papa Francisco en México, son un mensaje de que no está apoyando el tradicionalismo mexicano, sino que busca un discurso alternativo. Incluso, podría darse el hecho de que los Obispos mexicanos no estén tan abiertos a este nuevo “estilo” papal y que el Santo Padre, en sus declaraciones, les jale, incluso, las orejas. Como nota aparte, es muy simbólico el hecho de que el Papa se vaya a reunir en la Cuba de los Castro, con el Patriarca Kiril, de la Iglesia Ortodoxa Rusa, alguien a quien se le puede dar el mote de “putiniano” por la relación simbiótica que mantiene con Vladimir Putin…

@bequerchocooj