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Giancarlo Ibárgüen: In memoriam

Redacción
09 de marzo, 2016

El día miércoles comencé el día con la triste noticia del fallecimiento de Giancarlo Ibárgüen. Giancarlo fue rector de mi alma mater, la Universidad Francisco Marroquín, director del Centro de Estudios Económico Sociales, Secretario de la Mont Pelerin Society, miembro del Consejo de Liberty Fund, por solo mencionar algunos de los múltiples e importantes cargos que ostentó en vida.
Quienes tuvimos la gran suerte de conocerle admirábamos su avidez por la lectura y su estupenda formación. Era fascinante escucharle hablar de economía, de historia y hasta de neurociencia con una sapiencia y erudición envidiables. Pero hablar con él de cualquiera de estos temas era a la vez una lección de humildad. Siempre te invitaba a profundizar en la lectura e intercambiaba ideas contigo convencido de que podía aprender algo de ti.
Era un gran liberal de quien aprendí mucho. Pero no era un liberal únicamente por suscribir las ideas de esta corriente de pensamiento. Él vivía una vida consistente con las ideas en las que creía y eso era fuente de inspiración para quienes trabajamos con él.
Jamás recuerdo alguna conversación en la que intentara imponer su visión o su forma de pensar. Si estaba en desacuerdo contigo, te sonreía, te daba su punto de vista y te daba como recomendación alguna referencia bibliográfica y te invitaba cortésmente a explorarla. Fue así como nos enseñó muchas cosas a mí y a muchos jóvenes que le conocimos. Para mí de esta forma demostró la ética y la ruta que debemos seguir para avanzar en las ideas de la libertad.
Es difícil encontrar personas que sean ejemplo para los demás por su inteligencia y por su calidad humana. Sin duda Giancarlo es una de esas personas que no conoces muy a menudo. Giancarlo fue, además de un gran ser humano, un caballero del liberalismo. Quienes nos quedamos acá tenemos un gran ejemplo de inspiración. Su legado trascenderá y jamás se irá de nuestros corazones. Descansa en paz.

Giancarlo Ibárgüen: In memoriam

Redacción
09 de marzo, 2016

El día miércoles comencé el día con la triste noticia del fallecimiento de Giancarlo Ibárgüen. Giancarlo fue rector de mi alma mater, la Universidad Francisco Marroquín, director del Centro de Estudios Económico Sociales, Secretario de la Mont Pelerin Society, miembro del Consejo de Liberty Fund, por solo mencionar algunos de los múltiples e importantes cargos que ostentó en vida.
Quienes tuvimos la gran suerte de conocerle admirábamos su avidez por la lectura y su estupenda formación. Era fascinante escucharle hablar de economía, de historia y hasta de neurociencia con una sapiencia y erudición envidiables. Pero hablar con él de cualquiera de estos temas era a la vez una lección de humildad. Siempre te invitaba a profundizar en la lectura e intercambiaba ideas contigo convencido de que podía aprender algo de ti.
Era un gran liberal de quien aprendí mucho. Pero no era un liberal únicamente por suscribir las ideas de esta corriente de pensamiento. Él vivía una vida consistente con las ideas en las que creía y eso era fuente de inspiración para quienes trabajamos con él.
Jamás recuerdo alguna conversación en la que intentara imponer su visión o su forma de pensar. Si estaba en desacuerdo contigo, te sonreía, te daba su punto de vista y te daba como recomendación alguna referencia bibliográfica y te invitaba cortésmente a explorarla. Fue así como nos enseñó muchas cosas a mí y a muchos jóvenes que le conocimos. Para mí de esta forma demostró la ética y la ruta que debemos seguir para avanzar en las ideas de la libertad.
Es difícil encontrar personas que sean ejemplo para los demás por su inteligencia y por su calidad humana. Sin duda Giancarlo es una de esas personas que no conoces muy a menudo. Giancarlo fue, además de un gran ser humano, un caballero del liberalismo. Quienes nos quedamos acá tenemos un gran ejemplo de inspiración. Su legado trascenderá y jamás se irá de nuestros corazones. Descansa en paz.