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A Propósito de Grocio y el Derecho Internacional

Redacción
15 de marzo, 2016

Uno de los juristas más influyentes en el desarrollo del derecho internacional, que hasta el día de hoy sus doctrinas son estudiadas y reconocidas por académicos de diversas partes del mundo, es Hugo de Groot, llamado después Hugo Grotius (la forma en Latín de su apellido Grocio), nació en la ciudad de Delft, Holanda en 1583, en el seno de una familia perteneciente a la aristocracia holandesa. El apellido “de Groot” que traducido al español significa “el grande”, se le había dado a la familia por su historia de excelencia en servir a la patria.

Desde muy joven, Grotius fue un estudiante distinguido y recibió su título de derecho a los 16 años de la Universidad de Leiden, ubicada en su natal país cerca de La Haya. En 1599 manifestó su interés por el derecho internacional y diez años más tarde escribió su reputada obra conocida como “Mare Liberum”, que trataba sobre la problemática de la apropiación de los mares en esa época y abogaba por su libertad. Grotius se oponía al concepto de los mares cerrados, idea que los portugueses pretendían, y en su lugar proponía que las naciones no podían apropiarse de los océanos que eran res communis y debían estar accesibles para todas las naciones sin derecho de apropiárselos. Este criterio era congruente con la prevaleciente idea holandesa y de otros países europeos, de crear el libre comercio y las necesidades de establecer un imperio comercial. Grotius decía que el mar territorial de una nación era donde la bala de un cañón llegara adentro en el mar, ya que el alcance era la habilidad de un Estado para proteger su territorio.

Entre las obras más importantes de Hugo Grotius figuran “De Jure Praedae”, pero no fue hasta cuando se encontraba en París que escribió las “Leyes de Paz y Guerra”, que era la obra más reconocida en la época de 1625. Este trabajo fue visto como el primer texto oficial que hablaba sobre los principios del derecho internacional y en donde abogaba que los principios morales eran la fuente para la legislación de los países e individuos. Grotius se oponía a la guerra y abogaba por respeto a la vida y la propiedad privada. Sus fuentes principales eran la Biblia y la historia, aunque después separó la teología del derecho internacional ya que la consideraba irrelevante para su desarrollo. Ningún trabajo había recibido más reconocimiento universal, que este lo hizo acreedor del nombre el tratado de Grotius, pero con el descubrimiento de “De Jure Praedae” en 1868, demuestra que las leyes de paz y guerra había ocupado un papel central en el pensamiento de Grotius mucho tiempo antes a su publicación en 1604. Desde entonces el jurista holandés ganó significante autoridad por 200 años en varios campos distintos al derecho internacional, como en éticas y filosofía moral.

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A Hugo Grotius también se le conoce come el “el padre del derecho internacional” debido que tuvo la capacidad de recopilar todo el trabajo desarrollado por sus predecesores y contemporáneos, reformulándolo de una manera que fuera comprensible y congruente.

Si bien se lleva a cabo el análisis de su opinión, se puede deducir que Grotius estaba correcto en decir que el derecho internacional evoluciona y en el derecho de hoy en día se apoya en gran parte a la costumbre y precedentes judiciales por basarse fuertemente en un sistema de normas creadas por precedentes o jurisprudencia como consecuencia de las necesidades de la humanidad

Otro de los factores influyentes en el desarrollo del derecho internacional de Grotius fue la formación de la Compañía Holandesa de Indias Orientales, que fue creada con el propósito pacífico de promover el comercio, pero que en cierto momento había sido obligada a utilizar la fuerza para acabar con la lucha que existía por no permitírsele promover el comercio. En el ejercicio de su profesión, Grotius, como abogado de la Compañía Holandesa de Indias Orientales, se encontró con la pregunta de legalidad que se le planteó sobre la captura de prisioneros hecha por uno de los capitanes de apellido Heemskirk, en base a que una compañía comercial no tenía fundamentos para realizar capturas de prisioneros, ya que esta era para propósitos comerciales. La gran hazaña de Grotius, en este caso, fue probar que la captura había sido legal, y la obra “de Jure Praedae” comprobaba que este era el esfuerzo que Grotius pretendía desarrollar.

Entre sus distintas obras, Grotius trató de definir una posición teorética entre el idealismo y el realismo, ya que no estaba de acuerdo con ninguno de los dos porque calificaba al primero como contra productivo y el segundo como inmoral. En su lugar, Grotius proponía un sistema en que la autoridad eran los principios morales y era combinada con el derecho humano, y para esos efectos desarrolló una teoría que pretendía buscar un punto medio para brindar una interpretación que permitiera entender la naturaleza y la relación de estas dos nociones de derecho. En llamarle a este sistema la ley de las naciones, Grotius decía que era un producto de voluntad humana suspender algunas concepciones de los principios morales, creando un código internacional de conducta que permitiría algunas libertades sin abandonar los ideales morales.

Se puede deducir que los aportes de Hugo Grotius al desarrollo de derecho internacional siguen influyendo las nociones hasta el día de hoy. Es normal que en el derecho internacional contemporáneo, los conceptos hayan sufrido variaciones que han sido producto del desarrollo de la humanidad, puesto que de lo contrario el derecho internacional habría quedado en el olvido y sería incongruente con la noción de Grotius.

A Propósito de Grocio y el Derecho Internacional

Redacción
15 de marzo, 2016

Uno de los juristas más influyentes en el desarrollo del derecho internacional, que hasta el día de hoy sus doctrinas son estudiadas y reconocidas por académicos de diversas partes del mundo, es Hugo de Groot, llamado después Hugo Grotius (la forma en Latín de su apellido Grocio), nació en la ciudad de Delft, Holanda en 1583, en el seno de una familia perteneciente a la aristocracia holandesa. El apellido “de Groot” que traducido al español significa “el grande”, se le había dado a la familia por su historia de excelencia en servir a la patria.

Desde muy joven, Grotius fue un estudiante distinguido y recibió su título de derecho a los 16 años de la Universidad de Leiden, ubicada en su natal país cerca de La Haya. En 1599 manifestó su interés por el derecho internacional y diez años más tarde escribió su reputada obra conocida como “Mare Liberum”, que trataba sobre la problemática de la apropiación de los mares en esa época y abogaba por su libertad. Grotius se oponía al concepto de los mares cerrados, idea que los portugueses pretendían, y en su lugar proponía que las naciones no podían apropiarse de los océanos que eran res communis y debían estar accesibles para todas las naciones sin derecho de apropiárselos. Este criterio era congruente con la prevaleciente idea holandesa y de otros países europeos, de crear el libre comercio y las necesidades de establecer un imperio comercial. Grotius decía que el mar territorial de una nación era donde la bala de un cañón llegara adentro en el mar, ya que el alcance era la habilidad de un Estado para proteger su territorio.

Entre las obras más importantes de Hugo Grotius figuran “De Jure Praedae”, pero no fue hasta cuando se encontraba en París que escribió las “Leyes de Paz y Guerra”, que era la obra más reconocida en la época de 1625. Este trabajo fue visto como el primer texto oficial que hablaba sobre los principios del derecho internacional y en donde abogaba que los principios morales eran la fuente para la legislación de los países e individuos. Grotius se oponía a la guerra y abogaba por respeto a la vida y la propiedad privada. Sus fuentes principales eran la Biblia y la historia, aunque después separó la teología del derecho internacional ya que la consideraba irrelevante para su desarrollo. Ningún trabajo había recibido más reconocimiento universal, que este lo hizo acreedor del nombre el tratado de Grotius, pero con el descubrimiento de “De Jure Praedae” en 1868, demuestra que las leyes de paz y guerra había ocupado un papel central en el pensamiento de Grotius mucho tiempo antes a su publicación en 1604. Desde entonces el jurista holandés ganó significante autoridad por 200 años en varios campos distintos al derecho internacional, como en éticas y filosofía moral.

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A Hugo Grotius también se le conoce come el “el padre del derecho internacional” debido que tuvo la capacidad de recopilar todo el trabajo desarrollado por sus predecesores y contemporáneos, reformulándolo de una manera que fuera comprensible y congruente.

Si bien se lleva a cabo el análisis de su opinión, se puede deducir que Grotius estaba correcto en decir que el derecho internacional evoluciona y en el derecho de hoy en día se apoya en gran parte a la costumbre y precedentes judiciales por basarse fuertemente en un sistema de normas creadas por precedentes o jurisprudencia como consecuencia de las necesidades de la humanidad

Otro de los factores influyentes en el desarrollo del derecho internacional de Grotius fue la formación de la Compañía Holandesa de Indias Orientales, que fue creada con el propósito pacífico de promover el comercio, pero que en cierto momento había sido obligada a utilizar la fuerza para acabar con la lucha que existía por no permitírsele promover el comercio. En el ejercicio de su profesión, Grotius, como abogado de la Compañía Holandesa de Indias Orientales, se encontró con la pregunta de legalidad que se le planteó sobre la captura de prisioneros hecha por uno de los capitanes de apellido Heemskirk, en base a que una compañía comercial no tenía fundamentos para realizar capturas de prisioneros, ya que esta era para propósitos comerciales. La gran hazaña de Grotius, en este caso, fue probar que la captura había sido legal, y la obra “de Jure Praedae” comprobaba que este era el esfuerzo que Grotius pretendía desarrollar.

Entre sus distintas obras, Grotius trató de definir una posición teorética entre el idealismo y el realismo, ya que no estaba de acuerdo con ninguno de los dos porque calificaba al primero como contra productivo y el segundo como inmoral. En su lugar, Grotius proponía un sistema en que la autoridad eran los principios morales y era combinada con el derecho humano, y para esos efectos desarrolló una teoría que pretendía buscar un punto medio para brindar una interpretación que permitiera entender la naturaleza y la relación de estas dos nociones de derecho. En llamarle a este sistema la ley de las naciones, Grotius decía que era un producto de voluntad humana suspender algunas concepciones de los principios morales, creando un código internacional de conducta que permitiría algunas libertades sin abandonar los ideales morales.

Se puede deducir que los aportes de Hugo Grotius al desarrollo de derecho internacional siguen influyendo las nociones hasta el día de hoy. Es normal que en el derecho internacional contemporáneo, los conceptos hayan sufrido variaciones que han sido producto del desarrollo de la humanidad, puesto que de lo contrario el derecho internacional habría quedado en el olvido y sería incongruente con la noción de Grotius.