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Readecuación deficitaria

María Dolores Arias
29 de marzo, 2016

El pasado mes de febrero, el presidente Jimmy Morales envió al Congreso la iniciativa de Ley 5023 con el nombre de “Ley para la viabilización de la ejecución presupuestaria, sustitución de fuentes de financiamiento al presupuesto general de ingresos y egresos del Estado para el ejercicio fiscal 2016 y gestión de pasivos”.

Con esta iniciativa pretende- entre otras cosas- enmendarles la plana a los congresistas de la anterior legislatura que aprobaron un presupuesto que básicamente no puede ser ejecutado en algunos rubros. Aclaran que no están solicitando un aumento del presupuesto y que aceptan el reto de gastar Q70.7 millardos.

Aseguran que el problema del actual presupuesto es que “hay más de Q 2 mil millones que no es posible ejecutar, puesto que, las fuentes de financiamiento y los techos de gasto están desajustados debido a la forma en que se operó la reducción de presupuesto y a complejas normas de ejecución presupuestaria. “

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Debido a este “error” solicitan cambiar las fuentes de financiamiento con bonos por Q1,633 millones de las organizaciones desfinanciadas y que se distribuyan de la siguiente manera:

Ministerio Público –MP-                               Q490.756 millones,

Organismo Judicial –OJ-                               Q195.057 millones,

Universidad de San Carlos –USAC-               Q400 millones,

Reforestación (Pinfor y Pinpet)                      Q397.786 millones

Fideicomiso transporte                                  Q150 millones

Además en la iniciativa se solicitan: la facultad de cambiar deuda cara por barata a fin de “ahorrar” recursos y la autorización para manejar de manera “técnica” los bonos sin aprobaciones adicionales del Congreso.

Si tomamos en cuenta que el monto de los gastos ascienden a Q70, 796 millones y que los ingresos fiscales proyectados son de Q54,555 podemos decir que esta iniciativa más que una “readecuación presupuestaria” debería llamarse “readecuación deficitaria”, ya que como subraya el presidente Morales no es un cambio en el monto sino en cómo se gastará la riqueza que aún no se ha creado.

La solicitud de readecuación del déficit es una muy buena oportunidad para ejemplificar el malgasto en el presupuesto. La asignación al fideicomiso del transporte de la Ciudad de Guatemala o a los programas de reforestación son una muestra de lo anterior.

El déficit en el presupuesto es pernicioso no sólo para la economía de los tributarios sino también para niños y jóvenes que deberán cargar con el peso de pagar las deudas contraídas. La solicitud de readecuación del déficit muestra tan sólo algunos de los programas superfluos e ineficientes que se financian con los recursos tributarios, cuyos resultados son pobres o nulos y que han servido para enriquecer a unos cuantos allegados al poder.

La readecuación del déficit refleja el malgasto de los recursos ajenos con la excusa de “compromisos ineludibles del gobierno” así como la poca transparencia en la rendición de cuentas.

Es una lástima que no se aproveche la oportunidad de convertir la “readecuación del malgasto” en una reducción del mismo. Es una lástima que sólo se trate de “viabilizar” el derroche y despilfarro en de algunos programas, fideicomisos, listados de obras y ong’s ineficientes y muchas veces corruptas.

Ojalá que para el presupuesto del próximo año, la discusión del mismo sea en torno al malgasto y no al ingreso como suelen hacer convenientemente los políticos. Ojalá -por nuestro bien- que se deje de mantener a tanto parásito y se libere de la carga al tributario de financiar absurdos.

Mientras no limitemos las funciones del gobierno y las reduzcamos a sus funciones legítimas, seguiremos hablando de readecuaciones deficitarias y cargas tributarias para financiarlo.

@Md30

Facebook.com/Mda30

Readecuación deficitaria

María Dolores Arias
29 de marzo, 2016

El pasado mes de febrero, el presidente Jimmy Morales envió al Congreso la iniciativa de Ley 5023 con el nombre de “Ley para la viabilización de la ejecución presupuestaria, sustitución de fuentes de financiamiento al presupuesto general de ingresos y egresos del Estado para el ejercicio fiscal 2016 y gestión de pasivos”.

Con esta iniciativa pretende- entre otras cosas- enmendarles la plana a los congresistas de la anterior legislatura que aprobaron un presupuesto que básicamente no puede ser ejecutado en algunos rubros. Aclaran que no están solicitando un aumento del presupuesto y que aceptan el reto de gastar Q70.7 millardos.

Aseguran que el problema del actual presupuesto es que “hay más de Q 2 mil millones que no es posible ejecutar, puesto que, las fuentes de financiamiento y los techos de gasto están desajustados debido a la forma en que se operó la reducción de presupuesto y a complejas normas de ejecución presupuestaria. “

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Debido a este “error” solicitan cambiar las fuentes de financiamiento con bonos por Q1,633 millones de las organizaciones desfinanciadas y que se distribuyan de la siguiente manera:

Ministerio Público –MP-                               Q490.756 millones,

Organismo Judicial –OJ-                               Q195.057 millones,

Universidad de San Carlos –USAC-               Q400 millones,

Reforestación (Pinfor y Pinpet)                      Q397.786 millones

Fideicomiso transporte                                  Q150 millones

Además en la iniciativa se solicitan: la facultad de cambiar deuda cara por barata a fin de “ahorrar” recursos y la autorización para manejar de manera “técnica” los bonos sin aprobaciones adicionales del Congreso.

Si tomamos en cuenta que el monto de los gastos ascienden a Q70, 796 millones y que los ingresos fiscales proyectados son de Q54,555 podemos decir que esta iniciativa más que una “readecuación presupuestaria” debería llamarse “readecuación deficitaria”, ya que como subraya el presidente Morales no es un cambio en el monto sino en cómo se gastará la riqueza que aún no se ha creado.

La solicitud de readecuación del déficit es una muy buena oportunidad para ejemplificar el malgasto en el presupuesto. La asignación al fideicomiso del transporte de la Ciudad de Guatemala o a los programas de reforestación son una muestra de lo anterior.

El déficit en el presupuesto es pernicioso no sólo para la economía de los tributarios sino también para niños y jóvenes que deberán cargar con el peso de pagar las deudas contraídas. La solicitud de readecuación del déficit muestra tan sólo algunos de los programas superfluos e ineficientes que se financian con los recursos tributarios, cuyos resultados son pobres o nulos y que han servido para enriquecer a unos cuantos allegados al poder.

La readecuación del déficit refleja el malgasto de los recursos ajenos con la excusa de “compromisos ineludibles del gobierno” así como la poca transparencia en la rendición de cuentas.

Es una lástima que no se aproveche la oportunidad de convertir la “readecuación del malgasto” en una reducción del mismo. Es una lástima que sólo se trate de “viabilizar” el derroche y despilfarro en de algunos programas, fideicomisos, listados de obras y ong’s ineficientes y muchas veces corruptas.

Ojalá que para el presupuesto del próximo año, la discusión del mismo sea en torno al malgasto y no al ingreso como suelen hacer convenientemente los políticos. Ojalá -por nuestro bien- que se deje de mantener a tanto parásito y se libere de la carga al tributario de financiar absurdos.

Mientras no limitemos las funciones del gobierno y las reduzcamos a sus funciones legítimas, seguiremos hablando de readecuaciones deficitarias y cargas tributarias para financiarlo.

@Md30

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