La trama nos la sabemos todos: de manera sorpresiva, la selección guatemalteca de fútbol gana un partido clasificatorio al Mundial de Rusia 2018 a su similar de Estados Unidos. David Failtelson, periodista mexicano de la cadena ESPN, escribe un tuit “ninguneando” a la selección (al referirse a ella como una “cualquiera” en lo futbolístico). Se forma la hecatombe y el presidente Morales reacciona, uniéndose a la indignación popular y solicita una disculpa pública al mencionado periodista deportivo por medio de Facebook. Failtelson redacta una columna disculpándose pero también “aterrorizándose” por la reacción del presidente y otras autoridades del fútbol, quienes, argumenta, tendrán otros asuntos más importantes que atender. Si bien Failtelson no es santo de mi devoción, no podría estar más de acuerdo en este último punto.
Señor presidente (y de paso, guatemaltecos), hay asuntos mucho más importantes que atender y por los cuales estar indignados. Entiendo que la publicación en Facebook donde solicitó la disculpa deber haber demorado, a lo sumo, 1 minuto en escribirla. Sin embargo, para un presidente, para un estadista, cada acción (y omisión de la misma) será evaluada y fuertemente criticada.
Como regla general, sería bueno sugerirle al presidente que elija cuidadosamente sus palabras, los temas y los tiempos ya que, desde el momento que asumió su cargo, toda acción que realiza es una acción política. Y esta acción parece que no sumó nada a su capital político, tan desgastado en sus primeros meses de gobierno (algo de lo que escribí hace unas semanas http://www.republicagt.com/opinion/el-temprano-desencanto-hacia-la-administracion-morales/)
En una semana donde dentro de los eventos internacionales tenemos dos ataques terroristas (Bruselas y Lahore), el restablecimiento de relaciones de Estados Unidos con Cuba, la crisis política en Brasil que llega a un punto crítico y, en los eventos nacionales, tenemos las reformas a la Ley Electoral, tragedias derivadas de varios accidentes de bus, la continuación del Caso La Línea, desnutrición crónica y las crisis continuas en los sistemas de salud y educación (por mencionar sólo algunos), estamos hablando del tuit de Failtelson y sus reacciones.
Esta situación, sin embargo, saca a relucir aspectos tales como la idiosincrasia del guatemalteco y la desafortunada estrategia de comunicación (por no decir de gobierno) del presidente Morales que deja entrever una penosa priorización de los asuntos de Estado. Si, Morales es libre de asistir a partidos de la selección y también ser “fanático”. Vamos, Obama asistió a un partido de béisbol en La Habana luego de los ataques terroristas a Bélgica (http://www.republicagt.com/opinion/europa-bajo-fuego-y-obama-al-beisbol/) No obstante, recordemos que su reacción la dio en condición de Presidente de Guatemala por lo que la investidura del cargo lo obliga a apegarse a las funciones y expectativas que del mismo emanan.
Por el bien de todos, dejemos este ridículo drama a un lado y enfoquémonos en las problemáticas reales que nos incumben para progresar.
Jorge V. Ávila Prera
@jorgeavilaprera
La trama nos la sabemos todos: de manera sorpresiva, la selección guatemalteca de fútbol gana un partido clasificatorio al Mundial de Rusia 2018 a su similar de Estados Unidos. David Failtelson, periodista mexicano de la cadena ESPN, escribe un tuit “ninguneando” a la selección (al referirse a ella como una “cualquiera” en lo futbolístico). Se forma la hecatombe y el presidente Morales reacciona, uniéndose a la indignación popular y solicita una disculpa pública al mencionado periodista deportivo por medio de Facebook. Failtelson redacta una columna disculpándose pero también “aterrorizándose” por la reacción del presidente y otras autoridades del fútbol, quienes, argumenta, tendrán otros asuntos más importantes que atender. Si bien Failtelson no es santo de mi devoción, no podría estar más de acuerdo en este último punto.
Señor presidente (y de paso, guatemaltecos), hay asuntos mucho más importantes que atender y por los cuales estar indignados. Entiendo que la publicación en Facebook donde solicitó la disculpa deber haber demorado, a lo sumo, 1 minuto en escribirla. Sin embargo, para un presidente, para un estadista, cada acción (y omisión de la misma) será evaluada y fuertemente criticada.
Como regla general, sería bueno sugerirle al presidente que elija cuidadosamente sus palabras, los temas y los tiempos ya que, desde el momento que asumió su cargo, toda acción que realiza es una acción política. Y esta acción parece que no sumó nada a su capital político, tan desgastado en sus primeros meses de gobierno (algo de lo que escribí hace unas semanas http://www.republicagt.com/opinion/el-temprano-desencanto-hacia-la-administracion-morales/)
En una semana donde dentro de los eventos internacionales tenemos dos ataques terroristas (Bruselas y Lahore), el restablecimiento de relaciones de Estados Unidos con Cuba, la crisis política en Brasil que llega a un punto crítico y, en los eventos nacionales, tenemos las reformas a la Ley Electoral, tragedias derivadas de varios accidentes de bus, la continuación del Caso La Línea, desnutrición crónica y las crisis continuas en los sistemas de salud y educación (por mencionar sólo algunos), estamos hablando del tuit de Failtelson y sus reacciones.
Esta situación, sin embargo, saca a relucir aspectos tales como la idiosincrasia del guatemalteco y la desafortunada estrategia de comunicación (por no decir de gobierno) del presidente Morales que deja entrever una penosa priorización de los asuntos de Estado. Si, Morales es libre de asistir a partidos de la selección y también ser “fanático”. Vamos, Obama asistió a un partido de béisbol en La Habana luego de los ataques terroristas a Bélgica (http://www.republicagt.com/opinion/europa-bajo-fuego-y-obama-al-beisbol/) No obstante, recordemos que su reacción la dio en condición de Presidente de Guatemala por lo que la investidura del cargo lo obliga a apegarse a las funciones y expectativas que del mismo emanan.
Por el bien de todos, dejemos este ridículo drama a un lado y enfoquémonos en las problemáticas reales que nos incumben para progresar.
Jorge V. Ávila Prera
@jorgeavilaprera