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La eficiencia en el servicio público

Redacción
10 de abril, 2016
Se habla de la corrupción, del tráfico de influencias y de la poca eficiencia en el gobierno para realizar los fines que se buscan.
Si bien hay mucho que reformar, quiero proponer, en este espacio, un cambio, para empezar: la ley de servicio civil.
El empleado y funcionario público debe tener un marco regulatorio totalmente distinto al actual. El servicio público debe permitir la profesionalización y la carrera administrativa, no en el sentido de sindicalistas sentados cobrando prebendas, sino en un sistema de contratación y asensos que incluya:
  1. Contratación por oposición. Las plazas vacantes se llenan por oposición, nunca a dedo.
  2. Evaluación del desempeño y remoción por bajo rendimiento.
  3. Ascensos por oposición. De la misma manera que las contrataciones, los ascensos se deben realizar por oposición.
  4. Régimen disciplinario serio.
  5. Transparencia en el desempeño de su puesto. Los sistemas de transparencia del estado deben permitir conocer los asuntos a cargo de cada uno.
  6. Responsabilidad en el ejercicio de su función.
Si imaginamos cambios en este sentido, podemos esperar que estos mecanismos permitan la contratación a dedo y la existencia de plazas fantasma. Evidentemente, la ley debe incluir una regulación para el famoso renglón  029, que es, en muchos casos, la manera en la que se logra hacer el trabajo o bien en la forma en que se crean plazas fantasmas.
La ley de servicio civil es un pilar importante para que nuestro aparato de gobierno empiece a ser eficiente.
¿Cuándo empezamos?

La eficiencia en el servicio público

Redacción
10 de abril, 2016
Se habla de la corrupción, del tráfico de influencias y de la poca eficiencia en el gobierno para realizar los fines que se buscan.
Si bien hay mucho que reformar, quiero proponer, en este espacio, un cambio, para empezar: la ley de servicio civil.
El empleado y funcionario público debe tener un marco regulatorio totalmente distinto al actual. El servicio público debe permitir la profesionalización y la carrera administrativa, no en el sentido de sindicalistas sentados cobrando prebendas, sino en un sistema de contratación y asensos que incluya:
  1. Contratación por oposición. Las plazas vacantes se llenan por oposición, nunca a dedo.
  2. Evaluación del desempeño y remoción por bajo rendimiento.
  3. Ascensos por oposición. De la misma manera que las contrataciones, los ascensos se deben realizar por oposición.
  4. Régimen disciplinario serio.
  5. Transparencia en el desempeño de su puesto. Los sistemas de transparencia del estado deben permitir conocer los asuntos a cargo de cada uno.
  6. Responsabilidad en el ejercicio de su función.
Si imaginamos cambios en este sentido, podemos esperar que estos mecanismos permitan la contratación a dedo y la existencia de plazas fantasma. Evidentemente, la ley debe incluir una regulación para el famoso renglón  029, que es, en muchos casos, la manera en la que se logra hacer el trabajo o bien en la forma en que se crean plazas fantasmas.
La ley de servicio civil es un pilar importante para que nuestro aparato de gobierno empiece a ser eficiente.
¿Cuándo empezamos?