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Creatividad: aspecto sine qua non para la educación del siglo veintiuno

Redacción
11 de abril, 2016

Hay documentos que en pocas páginas resumen con gran brillantez una temática compleja, profunda y esencial, con absoluta claridad y totalmente sustentada. Sin decir, los autores de las sobresalientes ponencias poseen la capacidad de resumen, estructura y clara visión de lo que es necesario compartir. “How to transform schools to foster creativity” de T. Keith Sawyer (http://www.unc.edu/home/rksawyer/PDFs/TCR.pdf) es un digno ejemplo de una tema complicado expuesto con lógica que lleva a una conclusión necesaria .

Las necesidades del siglo veintiuno exigen una formación distinta a la tradicional que se implementa. Esta tradicional formación, llamada instruccionismo, descansa en la memorización de información y procedimientos; visualiza el aprendizaje como la comunicación de data, para que el estudiante lo aprenda, no necesariamente comprenda, siendo el resultado un conglomerado de información resguardada, no aprehendida, en la mente. En este metodología , los docentes transmitan el contenido en una estructura curricular, no precisamente basado en la comprensión de cómo aprenden los alumnos, y determinan por medio de evaluaciones la cantidad de información adquirida. Un producto paralelo pueda ser la compresión del contenido, aunque no se plantea como la meta. La meta es su presencia en la mente.

Se comenta la necesidad de utilizar la información compartida en el aula como fuente de una búsqueda más profunda, y su utilización de manera creativa y permanente, creando así la estructura base para el andamiaje de las futuras construcciones del conocimiento y cuestionamiento. La profunda y real adquisición del conocimiento involucra la aplicación de la información, preparando así la fundamentación para una siguiente construcción. Los docentes deben crear el andamiaje previo con solidez, presentando un currículo integrado que contextualiza y personaliza el conocimiento.

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Este aprendizaje es emergente; resultado de la creatividad en la vivencia en el proceso del conocimiento. La creatividad permite observar con apertura, comprender la complejidad que lleva a preguntas más profundas en búsqueda del porqué. La teoría de emergencia del conocimiento como un resultado, no es nuevo. Desde el siglo pasado se ha observado sus bondades; los resultados de la metodología apoyan un desarrollo lógico del aprendizaje, desde lo simple a lo complejo y cuando esté totalmente cimentado, y los resultados pueden hasta ser impredecibles. El buscar en grupo, ahora el aprendizaje colaborativo, emergencia colectiva del conocimiento, fluye a raíz de la participación de los integrantes, combinando las distintas colaboraciones para arribar a un destino no previsto. Esta ruta fomenta la creatividad; existen contingencias que varían de minuto a minuto, se aplica una interpretación retrospectiva e integradora, con participación igualitaria de los involucrados, pues viendo esta como las herramientas de innovación actuales, como por ejemplo, el aprendizaje basado en proyectos, trabajo colaborativo y la inversión del aula, todas maneras de provocación del aprendizaje real dentro del la estructura intelectual de cada persona.

El aprendizaje creativo se observa tanto a titulo individual como en grupo; es una especie de improvisación disciplinada. Este término, aparentemente oxímoron, no implica que no se planifica el proceso de guía de la adquisición del aprendizaje. El docente debe conocer las bondades de su alumnado en su entorno del conocimiento; el andamiaje construido debe ser flexible, si una estructura sólida pero con ambientes amplios de oportunidad, y el currículo tiene que fomentar la creatividad y curiosidad, con espacios de improvisación, si supervisados y guiados, así promoviendo la creación propia del conocimiento bajo la guía del mentor.

Las necesidades del siglo veintiuno son aún desconocidas; cada día hay nuevos inventos, nuevas posibilidades científicas, se descubren parámetros desconocidos, conceptos impensables; y una educación tradicional, el instruccionismo, frena la necesaria creatividad como la define Cremin, Burnard y Craft (2006). “La creatividad es el pensamiento de lo posible, que incluye el cuestionamiento menta;, ese cuestionamiento constante; un aprendizaje con lúdica; una inmersión total; la innovación: el tomar riesgos; usar la imaginación y autodeterminación.” (La traducción es propia). Se necesita esta creatividad para estar preparado para ellas.

Es imperativo preguntar y retar, hacer conexiones y visualizar las relaciones, imaginarse lo que pueda ser, explorar ideas sin limitaciones de las posibilidades, emplear el pensamiento critico en la ideas, acciones y resultados. La educación necesaria para hoy no debe responder a ayer, tiene que responder a mañana, con creatividad, innovación y visión.

Creatividad: aspecto sine qua non para la educación del siglo veintiuno

Redacción
11 de abril, 2016

Hay documentos que en pocas páginas resumen con gran brillantez una temática compleja, profunda y esencial, con absoluta claridad y totalmente sustentada. Sin decir, los autores de las sobresalientes ponencias poseen la capacidad de resumen, estructura y clara visión de lo que es necesario compartir. “How to transform schools to foster creativity” de T. Keith Sawyer (http://www.unc.edu/home/rksawyer/PDFs/TCR.pdf) es un digno ejemplo de una tema complicado expuesto con lógica que lleva a una conclusión necesaria .

Las necesidades del siglo veintiuno exigen una formación distinta a la tradicional que se implementa. Esta tradicional formación, llamada instruccionismo, descansa en la memorización de información y procedimientos; visualiza el aprendizaje como la comunicación de data, para que el estudiante lo aprenda, no necesariamente comprenda, siendo el resultado un conglomerado de información resguardada, no aprehendida, en la mente. En este metodología , los docentes transmitan el contenido en una estructura curricular, no precisamente basado en la comprensión de cómo aprenden los alumnos, y determinan por medio de evaluaciones la cantidad de información adquirida. Un producto paralelo pueda ser la compresión del contenido, aunque no se plantea como la meta. La meta es su presencia en la mente.

Se comenta la necesidad de utilizar la información compartida en el aula como fuente de una búsqueda más profunda, y su utilización de manera creativa y permanente, creando así la estructura base para el andamiaje de las futuras construcciones del conocimiento y cuestionamiento. La profunda y real adquisición del conocimiento involucra la aplicación de la información, preparando así la fundamentación para una siguiente construcción. Los docentes deben crear el andamiaje previo con solidez, presentando un currículo integrado que contextualiza y personaliza el conocimiento.

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Este aprendizaje es emergente; resultado de la creatividad en la vivencia en el proceso del conocimiento. La creatividad permite observar con apertura, comprender la complejidad que lleva a preguntas más profundas en búsqueda del porqué. La teoría de emergencia del conocimiento como un resultado, no es nuevo. Desde el siglo pasado se ha observado sus bondades; los resultados de la metodología apoyan un desarrollo lógico del aprendizaje, desde lo simple a lo complejo y cuando esté totalmente cimentado, y los resultados pueden hasta ser impredecibles. El buscar en grupo, ahora el aprendizaje colaborativo, emergencia colectiva del conocimiento, fluye a raíz de la participación de los integrantes, combinando las distintas colaboraciones para arribar a un destino no previsto. Esta ruta fomenta la creatividad; existen contingencias que varían de minuto a minuto, se aplica una interpretación retrospectiva e integradora, con participación igualitaria de los involucrados, pues viendo esta como las herramientas de innovación actuales, como por ejemplo, el aprendizaje basado en proyectos, trabajo colaborativo y la inversión del aula, todas maneras de provocación del aprendizaje real dentro del la estructura intelectual de cada persona.

El aprendizaje creativo se observa tanto a titulo individual como en grupo; es una especie de improvisación disciplinada. Este término, aparentemente oxímoron, no implica que no se planifica el proceso de guía de la adquisición del aprendizaje. El docente debe conocer las bondades de su alumnado en su entorno del conocimiento; el andamiaje construido debe ser flexible, si una estructura sólida pero con ambientes amplios de oportunidad, y el currículo tiene que fomentar la creatividad y curiosidad, con espacios de improvisación, si supervisados y guiados, así promoviendo la creación propia del conocimiento bajo la guía del mentor.

Las necesidades del siglo veintiuno son aún desconocidas; cada día hay nuevos inventos, nuevas posibilidades científicas, se descubren parámetros desconocidos, conceptos impensables; y una educación tradicional, el instruccionismo, frena la necesaria creatividad como la define Cremin, Burnard y Craft (2006). “La creatividad es el pensamiento de lo posible, que incluye el cuestionamiento menta;, ese cuestionamiento constante; un aprendizaje con lúdica; una inmersión total; la innovación: el tomar riesgos; usar la imaginación y autodeterminación.” (La traducción es propia). Se necesita esta creatividad para estar preparado para ellas.

Es imperativo preguntar y retar, hacer conexiones y visualizar las relaciones, imaginarse lo que pueda ser, explorar ideas sin limitaciones de las posibilidades, emplear el pensamiento critico en la ideas, acciones y resultados. La educación necesaria para hoy no debe responder a ayer, tiene que responder a mañana, con creatividad, innovación y visión.