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Lanquín ardiente

Redacción
11 de abril, 2016

Guatemala tiene un enorme potencial en el sector del turismo y uno de sus destinos más emblemáticos y promocionados lo es Semuc Champey, ubicado en el municipio de Lanquín, Alta Verapaz. Es un lugar precioso, con una magia y una energía singular que cautiva a propios y extraños.

Por otro lado, a nivel nacional, durante el 2,015, fueron electas apenas nueve mujeres como Alcaldesas Municipales y entre ellas solo a una mujer indígena. Fue Lanquín el pueblo que optó ser gobernado por una mujer indígena al darle su confianza con un 43.50% de los votos. Lo anterior, es un excelente mensaje de inclusión y alternativa política, en un contexto donde impera el machismo y la discriminación a la mujer indígena.

Pero la magia y la inclusión política que se vislumbra en el territorio de Lanquín, está siendo eclipsada por hechos de violencia y presencia de grupos al margen de la Ley. Por ejemplo, hace pocos días, el sobrino de la jefa edil del municipio, fue baleado y herido de gravedad por sujetos desconocidos. Además, resulta irónico que el INGUAT, en febrero pasado, haya hecho un llamado a evitar visitar Semuc Champey, en lugar de realizar gestiones ante las autoridades de Gobernación para llevar seguridad a aquel territorio. A lo anterior, se suma el conflicto que existe entre el CONAP y los pobladores del lugar por los recursos provenientes del cobro de ingreso al mencionado sitio natural y turístico y una conflictividad latente por instalación de proyectos hidroeléctricos.

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Los factores de violencia y conflictividad antes mencionados son los más conocidos y abordados, sin embargo, existen otros hechos de los que poco se habla y que podrían dar más luces y pistas para entender y comprender la violencia en aquel municipio. En Lanquín, de acuerdo con testimonios de personas de lugar, existen amplias zonas de cultivo de marihuana e, incluso, algo de amapola. Adicionalmente, se menciona que los grupos organizados que cultivan marihuana en el territorio, tendrían conexiones con otras organizaciones de áreas fronterizas, concretamente, de regiones de San Marcos y Huehuetenango.

Algunos pobladores lamentan la nula presencia de autoridades como la Policía Nacional Civil, PNC, y el propio Ejército de Guatemala y su pedido de seguridad pasa por lograr que estas instituciones lleguen al territorio y ejerzan control. Mientras esto se concreta, en Lanquín están ocurriendo hechos de violencia que desintegran familias, las desplazan y entre las más afectadas están algunas mujeres indígenas.

Una aproximación somera al territorio, por parte de las instancias responsables de Inteligencia Civil y Militar, les daría una panorámica diáfana y un mapa para establecer quiénes y cuáles aldeas y áreas de Lanquín, están siendo utilizadas para cultivo de marihuana y cómo esto se entrecruza con otros intereses en el territorio.

@bequerchocooj

Lanquín ardiente

Redacción
11 de abril, 2016

Guatemala tiene un enorme potencial en el sector del turismo y uno de sus destinos más emblemáticos y promocionados lo es Semuc Champey, ubicado en el municipio de Lanquín, Alta Verapaz. Es un lugar precioso, con una magia y una energía singular que cautiva a propios y extraños.

Por otro lado, a nivel nacional, durante el 2,015, fueron electas apenas nueve mujeres como Alcaldesas Municipales y entre ellas solo a una mujer indígena. Fue Lanquín el pueblo que optó ser gobernado por una mujer indígena al darle su confianza con un 43.50% de los votos. Lo anterior, es un excelente mensaje de inclusión y alternativa política, en un contexto donde impera el machismo y la discriminación a la mujer indígena.

Pero la magia y la inclusión política que se vislumbra en el territorio de Lanquín, está siendo eclipsada por hechos de violencia y presencia de grupos al margen de la Ley. Por ejemplo, hace pocos días, el sobrino de la jefa edil del municipio, fue baleado y herido de gravedad por sujetos desconocidos. Además, resulta irónico que el INGUAT, en febrero pasado, haya hecho un llamado a evitar visitar Semuc Champey, en lugar de realizar gestiones ante las autoridades de Gobernación para llevar seguridad a aquel territorio. A lo anterior, se suma el conflicto que existe entre el CONAP y los pobladores del lugar por los recursos provenientes del cobro de ingreso al mencionado sitio natural y turístico y una conflictividad latente por instalación de proyectos hidroeléctricos.

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Los factores de violencia y conflictividad antes mencionados son los más conocidos y abordados, sin embargo, existen otros hechos de los que poco se habla y que podrían dar más luces y pistas para entender y comprender la violencia en aquel municipio. En Lanquín, de acuerdo con testimonios de personas de lugar, existen amplias zonas de cultivo de marihuana e, incluso, algo de amapola. Adicionalmente, se menciona que los grupos organizados que cultivan marihuana en el territorio, tendrían conexiones con otras organizaciones de áreas fronterizas, concretamente, de regiones de San Marcos y Huehuetenango.

Algunos pobladores lamentan la nula presencia de autoridades como la Policía Nacional Civil, PNC, y el propio Ejército de Guatemala y su pedido de seguridad pasa por lograr que estas instituciones lleguen al territorio y ejerzan control. Mientras esto se concreta, en Lanquín están ocurriendo hechos de violencia que desintegran familias, las desplazan y entre las más afectadas están algunas mujeres indígenas.

Una aproximación somera al territorio, por parte de las instancias responsables de Inteligencia Civil y Militar, les daría una panorámica diáfana y un mapa para establecer quiénes y cuáles aldeas y áreas de Lanquín, están siendo utilizadas para cultivo de marihuana y cómo esto se entrecruza con otros intereses en el territorio.

@bequerchocooj