El Instituto de Desarrollo Global de Emprendimiento -GEDI-, elabora un índice que mide la distribución de recursos en actividades emprendedoras en el país. El índice utiliza un total de 14 pilares basados en las actitudes, habilidades y aspiraciones emprendedoras. Guatemala se posicionó en el puesto 108 de 132 países evaluados, y conforma parte del quintil inferior. Tan solo Nicaragua evaluó peor que Guatemala en Centroamérica.
Los pilares se estiman dentro de un rango de 0 a 1. Guatemala obtuvo los mejores resultados en innovación de productos (0.64), competencia (0.50) percepción de oportunidades (0.41) y apoyo cultural (0.32). Sin embargo, los pilares más débiles obtuvieron calificaciones críticamente bajas: capital humano (0.06), innovación de procesos (0.08) y capital de riesgo (0.09).
El Monitor de Emprendimiento Global -GEM-, por el otro lado, mide los niveles de emprendimiento utilizando las tasas de actividad temprana de emprendimiento relativa a las tasas de emprendimientos establecidos. Por años Guatemala ha tenido tasas altas de actividad temprana, pero solo un porcentaje mínimo de esos negocios logran establecerse por más de 48 meses.
Estudios han identificado que el nivel de fracaso se da a la baja preparación académica de los emprendedores, el poco tiempo que invierten en el emprendimiento y las escasas fuentes de financiamiento que existen. Aunque los dos índices utilizan indicadores distintos, ambos resaltan similares deficiencias en el ecosistema emprendedor de Guatemala.
La falta de capital humano, ha sido un problema creciente y complicado de resolver. El Banco Mundial ha presentado estudios demostrando que los retornes sociales en la inversión pública son más altos en años de educación primaria y en la privada en años de educación terciaria. Sin embargo, en Guatemala aún se distribuye una gran proporción del presupuesto nacional en la universidad estatal, aunque la mayoría de familias no pueden pagar una escolaridad básica para sus hijos. Tener acceso a esos niveles básicos de educación, les permitiría incrementar ahorros para el pago de estudios superiores y así mejorar la capacitación de futuros emprendedores.
La falta de recursos financieros para emprendedores, siempre ha sido una limitante para quienes no tienen capital propio para invertir. Los avances en tecnología ahora permiten el acceso a inversionistas y prestamistas extranjeros. Debe facilitarse el uso de estas plataformas a emprendedores que no las conocen o no saben como utilizarlas. Esfuerzos de el sector académico, privado y público, suelen favorecer y apoyar a quienes menos necesitan de capacitación y recursos.
La actividad emprendedora continúa incrementando en el país. Con el tiempo los emprendimientos establecidos, generan empleos, innovaciones y participan en el desarrollo económico integral. Debe haber mayor enfoque en crear ecosistemas que le permitan a emprendedores asegurar el establecimiento de sus nuevos negocios. De esta manera, a largo plazo, habrá un impacto positivo en las tasas de empleo y en el PIB per cápita de Guatemala.
(Fuentes: https://thegedi.org, http://www.gemconsortium.org)
El Instituto de Desarrollo Global de Emprendimiento -GEDI-, elabora un índice que mide la distribución de recursos en actividades emprendedoras en el país. El índice utiliza un total de 14 pilares basados en las actitudes, habilidades y aspiraciones emprendedoras. Guatemala se posicionó en el puesto 108 de 132 países evaluados, y conforma parte del quintil inferior. Tan solo Nicaragua evaluó peor que Guatemala en Centroamérica.
Los pilares se estiman dentro de un rango de 0 a 1. Guatemala obtuvo los mejores resultados en innovación de productos (0.64), competencia (0.50) percepción de oportunidades (0.41) y apoyo cultural (0.32). Sin embargo, los pilares más débiles obtuvieron calificaciones críticamente bajas: capital humano (0.06), innovación de procesos (0.08) y capital de riesgo (0.09).
El Monitor de Emprendimiento Global -GEM-, por el otro lado, mide los niveles de emprendimiento utilizando las tasas de actividad temprana de emprendimiento relativa a las tasas de emprendimientos establecidos. Por años Guatemala ha tenido tasas altas de actividad temprana, pero solo un porcentaje mínimo de esos negocios logran establecerse por más de 48 meses.
Estudios han identificado que el nivel de fracaso se da a la baja preparación académica de los emprendedores, el poco tiempo que invierten en el emprendimiento y las escasas fuentes de financiamiento que existen. Aunque los dos índices utilizan indicadores distintos, ambos resaltan similares deficiencias en el ecosistema emprendedor de Guatemala.
La falta de capital humano, ha sido un problema creciente y complicado de resolver. El Banco Mundial ha presentado estudios demostrando que los retornes sociales en la inversión pública son más altos en años de educación primaria y en la privada en años de educación terciaria. Sin embargo, en Guatemala aún se distribuye una gran proporción del presupuesto nacional en la universidad estatal, aunque la mayoría de familias no pueden pagar una escolaridad básica para sus hijos. Tener acceso a esos niveles básicos de educación, les permitiría incrementar ahorros para el pago de estudios superiores y así mejorar la capacitación de futuros emprendedores.
La falta de recursos financieros para emprendedores, siempre ha sido una limitante para quienes no tienen capital propio para invertir. Los avances en tecnología ahora permiten el acceso a inversionistas y prestamistas extranjeros. Debe facilitarse el uso de estas plataformas a emprendedores que no las conocen o no saben como utilizarlas. Esfuerzos de el sector académico, privado y público, suelen favorecer y apoyar a quienes menos necesitan de capacitación y recursos.
La actividad emprendedora continúa incrementando en el país. Con el tiempo los emprendimientos establecidos, generan empleos, innovaciones y participan en el desarrollo económico integral. Debe haber mayor enfoque en crear ecosistemas que le permitan a emprendedores asegurar el establecimiento de sus nuevos negocios. De esta manera, a largo plazo, habrá un impacto positivo en las tasas de empleo y en el PIB per cápita de Guatemala.
(Fuentes: https://thegedi.org, http://www.gemconsortium.org)