Una sociedad “off shore” es una sociedad constituida fuera de las fronteras de un territorio. Muchas empresas, en la búsqueda de ser más competitivos y de reducir costos han trasladado parte de sus operaciones “fuera de plaza” u “off shore” a lugares donde se obtenga un beneficio logístico, de costos, impuestos, etc. En el caso de los Panama Papers, y del bufete panameño Mosack-Fonseca, se ha buscado aprovechar una serie de beneficios de la legislación panameña para que sociedades creadas en ese territorio atraigan inversiones, aunque sea solo financieras, lo cual ha sido de gran beneficio para ellos. ¿Pero qué gana un guatemalteco o un residente de Guatemala teniendo una empresa “off shore”? ¿Es legal o ilegal?, y si fuera legal, ¿es inmoral tener una sociedad “off shore”?
En esta Era de la Información y de la Comunicación, y en donde se dice que “la información es poder”, el secreto es también un activo valiosísimo. Hemos evolucionado de comunicación escrita en papel, como los periódicos, regionalizada, segmentada, pasando por la televisión y radios locales a la masificación de las páginas web y las redes sociales. Mantener la privacidad hoy en día es tarea de titanes. Las experiencias pasadas con las filtraciones o fugas de información, las ahora famosas “leaks”: Wikileaks, Luxemburgo leaks, la leak del Pentagono y ahora los Panama Papers y hasta los “De rodillas leaks” de los famosos diputados.
Presenciamos como la gigante Apple combatió al gobierno de los Estados Unidos de América para no revelar el código de sus teléfonos, con el argumento de mantener la privacidad de sus clientes. De cualquier manera, el gobierno de los Estados Unidos de América descifró el código, y ahora la gigante Apple deberá buscar nuevamente como devolver esa privacidad a esos usuarios. Esta semana hemos visto como la aplicación WhatsApp nos garantizaba una comunicación cifrada de inicio a fin. La privacidad o el secreto de la cierta información personal, sensible, o de negocios, es esencial para ejercer los derechos, como la libertad y la propiedad.
Una empresa “off shore” se asocia con delincuencia, con evasión de impuestos, pero la mayor parte de las veces no es así. En un país donde abunda la falta de certeza jurídica para la inversión, y aun peor, donde no se puede garantizar la seguridad ciudadana que proteja nuestras vidas, libertades y propiedades, las soluciones de privacidad, y en este caso de las sociedades “off shore” es adecuada. En Guatemala, tener una propiedad de cierto valor, acciones en una empresa, dinero en un banco puede ser suficiente para una extorsión, secuestro de un hijo y aun la muerte de un familiar o del mismo propietario. Es decir, la creación de empresas “off shore” ha sido un mecanismo para proteger a personas y sus patrimonios ante la falta de Estado de Derecho.
En el uso de las libertades individuales, cualquier persona puede tener una propiedad en el extranjero, y así mismo una sociedad. Esa sociedad puede servir para propósitos nobles, como la protección de las personas y de sus bienes. Una persona que posee una empresa “off shore” o acciones de una, no implica que haya cometido ningún delito. Aparecer en una lista de unos Panama Papers no te convierte en un criminal, no es un juicio, y mucho menos un veredicto de un juez. Si de esa forma se protege a personas y patrimonios bien habidos, es una forma correcta.
En esta filtración se realizan juicios de valor en contra de muchísimas personas que no necesariamente han cometido crímenes. Si existen delitos como el lavado de dinero o evasión fiscal, éstas deben investigarse y comprobarse plenamente antes de realizar juicios y condenas populares y mediáticas. No debemos olvidarnos que la forma de conseguir la información, mediante el robo de la misma, la hace inadmisible por no llevar el debido proceso.
Los flujos de dinero son muchísimo más fácil de comprobar en otros activos, que por sus montos sí que pueden controlar. Guatemala, por su falta de justicia, tiene a muchos de los delincuentes comprando inmuebles, helicópteros (como el famoso helicóptero denunciado por ECO y que tiene un propietario que debiera ser investigado y procesado) de forma anómala. Lejos de condenar el uso de las empresas “off shore” debiéramos enfocarnos en cómo atraer más inversión que genere riqueza bien habida a nuestro país, y lo más importante, protegiendo el patrimonio de las personas.
Una sociedad “off shore” es una sociedad constituida fuera de las fronteras de un territorio. Muchas empresas, en la búsqueda de ser más competitivos y de reducir costos han trasladado parte de sus operaciones “fuera de plaza” u “off shore” a lugares donde se obtenga un beneficio logístico, de costos, impuestos, etc. En el caso de los Panama Papers, y del bufete panameño Mosack-Fonseca, se ha buscado aprovechar una serie de beneficios de la legislación panameña para que sociedades creadas en ese territorio atraigan inversiones, aunque sea solo financieras, lo cual ha sido de gran beneficio para ellos. ¿Pero qué gana un guatemalteco o un residente de Guatemala teniendo una empresa “off shore”? ¿Es legal o ilegal?, y si fuera legal, ¿es inmoral tener una sociedad “off shore”?
En esta Era de la Información y de la Comunicación, y en donde se dice que “la información es poder”, el secreto es también un activo valiosísimo. Hemos evolucionado de comunicación escrita en papel, como los periódicos, regionalizada, segmentada, pasando por la televisión y radios locales a la masificación de las páginas web y las redes sociales. Mantener la privacidad hoy en día es tarea de titanes. Las experiencias pasadas con las filtraciones o fugas de información, las ahora famosas “leaks”: Wikileaks, Luxemburgo leaks, la leak del Pentagono y ahora los Panama Papers y hasta los “De rodillas leaks” de los famosos diputados.
Presenciamos como la gigante Apple combatió al gobierno de los Estados Unidos de América para no revelar el código de sus teléfonos, con el argumento de mantener la privacidad de sus clientes. De cualquier manera, el gobierno de los Estados Unidos de América descifró el código, y ahora la gigante Apple deberá buscar nuevamente como devolver esa privacidad a esos usuarios. Esta semana hemos visto como la aplicación WhatsApp nos garantizaba una comunicación cifrada de inicio a fin. La privacidad o el secreto de la cierta información personal, sensible, o de negocios, es esencial para ejercer los derechos, como la libertad y la propiedad.
Una empresa “off shore” se asocia con delincuencia, con evasión de impuestos, pero la mayor parte de las veces no es así. En un país donde abunda la falta de certeza jurídica para la inversión, y aun peor, donde no se puede garantizar la seguridad ciudadana que proteja nuestras vidas, libertades y propiedades, las soluciones de privacidad, y en este caso de las sociedades “off shore” es adecuada. En Guatemala, tener una propiedad de cierto valor, acciones en una empresa, dinero en un banco puede ser suficiente para una extorsión, secuestro de un hijo y aun la muerte de un familiar o del mismo propietario. Es decir, la creación de empresas “off shore” ha sido un mecanismo para proteger a personas y sus patrimonios ante la falta de Estado de Derecho.
En el uso de las libertades individuales, cualquier persona puede tener una propiedad en el extranjero, y así mismo una sociedad. Esa sociedad puede servir para propósitos nobles, como la protección de las personas y de sus bienes. Una persona que posee una empresa “off shore” o acciones de una, no implica que haya cometido ningún delito. Aparecer en una lista de unos Panama Papers no te convierte en un criminal, no es un juicio, y mucho menos un veredicto de un juez. Si de esa forma se protege a personas y patrimonios bien habidos, es una forma correcta.
En esta filtración se realizan juicios de valor en contra de muchísimas personas que no necesariamente han cometido crímenes. Si existen delitos como el lavado de dinero o evasión fiscal, éstas deben investigarse y comprobarse plenamente antes de realizar juicios y condenas populares y mediáticas. No debemos olvidarnos que la forma de conseguir la información, mediante el robo de la misma, la hace inadmisible por no llevar el debido proceso.
Los flujos de dinero son muchísimo más fácil de comprobar en otros activos, que por sus montos sí que pueden controlar. Guatemala, por su falta de justicia, tiene a muchos de los delincuentes comprando inmuebles, helicópteros (como el famoso helicóptero denunciado por ECO y que tiene un propietario que debiera ser investigado y procesado) de forma anómala. Lejos de condenar el uso de las empresas “off shore” debiéramos enfocarnos en cómo atraer más inversión que genere riqueza bien habida a nuestro país, y lo más importante, protegiendo el patrimonio de las personas.