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MALDITA PMT, DECÍAN

Redacción
16 de abril, 2016

Son las cuatro de la mañana cuando se levanta. Se despide de su familia y con una mueca triste, sale de su casa. Un día más de trabajo, o de sufrimiento. En Guatemala lo que hace no es señal de respeto, sino de molestia y estorbo. En otros países más desarrollados (o con un poco de educación básica), el mismo puesto que ocupa es señal de respeto, dignidad y autoridad.

Ella es una ladrona, es tonta, es corrupta, es abusiva, es molesta y su mamá es una prostituta. O al menos eso es lo que escucha todos los días en su trabajo. Lo irónico es que quienes más la insultan son las personas por las que ella trabaja todos los días. Esos mismos por los que se levanta a las cuatro de la mañana, se pone su uniforme y por quienes pasa parada a media calle (exponiendo su vida) bajo el sol o la lluvia casi todo su turno; un turno que vale una miseria porque el cheque mensual da pena y no representa en quetzales ni la cuarta parte de su esfuerzo. Pero eso a nadie le importa. Porque a la vista de todos, ella es la enemiga.

Ella es un agente de la Policía Municipal de Tránsito de Mixco (Emixtra). Y hoy, Viernes 15 de Abril, no irá a trabajar y no por pereza o acomodo, como los diputados en el Congreso, sino por que la institución cumple 11 años de labores y les ha dado feriado. Un merecido descanso.

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Pero a las pocas horas de su vacación, los peatones, conductores de distintos vehículos y motoristas comienzan a sentir que algo falta en las calles. Ese “estorbo” de ayer, hoy no estorba tanto. Hoy pareciera ser necesario. Ese agente cuyo “trabajo era complicarle la vida a los demás” hoy hace falta. Las calles son un caos.

Las largas colas (más largas de lo habitual) en la calzada San Juan y la Roosevelt son testigos de que la Policía Municipal de Tránsito no es el enemigo ni el problema de las abarrotadas calles de Guatemala. Son el claro ejemplo de que por muchos años, los conductores y peatones se han confundido terriblemente al momento de acusar al culpable del tráfico en Guatemala.

¿Quién es el problema entonces?

Somos nosotros, los peatones imprudentes e irresponsables, que pensamos que la pasarela solo sirve para darnos sombra. Nosotros, los conductores mal agradecidos y egoístas. Los que bocinamos, nos creemos más listos y tomamos “atajos” para evitarnos un poco de tráfico. Los que vamos en contravía. Los que obstaculizamos los semáforos porque solo estamos pensando en nosotros mismos y el paso de los demás no nos importa. Los que no respetamos los límites de velocidad y nos rehusamos a pagar las multas. Usted y yo. Nosotros somos el problema. No la PMT. Y hoy nos dimos cuenta de eso. ¿Tarde verdad?

La falta de educación vial es el problema y no el agente que está a media calle, cumpliendo con su trabajo que es digno y honrado, tratando de dirigir a esa banda de imprudentes y egoístas que parecen monos tras el volante. La culpa del tráfico (la mayoría) es nuestra, aunque nos duela admitirlo.

Por eso hoy más que nunca, que viva la PMT.