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A Juan Manuel Giordano

Redacción
16 de abril, 2016

Me gustaría dejar por un lado la formalidad del cargo y hablar un poco en la forma que lo hago con las personas de mi edad. Antes que nada me encantaría saber qué fue lo que te llevo a querer ser diputado. Si todos sabemos que la política, en especial en este lugar, es una profesión compleja, una que pocos hacen por pasión, por amor al pueblo, por ganas de cambiar un país. La mayoría se va por los ceros en el cheque ¿Fue eso lo que te llevo hace cuatro años a ser diputado por primera vez? ¿Las ganas de cambiar el país o el cheque a fin de mes?

Quizá solo querías algo de fama “el diputado más joven” pero pasaste de eso a “el más transfuga” ¿Tenés una idea lo mal que se ve cuando alguien cambia de partido político? ¿Alguna vez lo pensaste? Sé que te encanta el fútbol y que le vas al Barsa, así que pondré un ejemplo claro: Ser transfuga es como si un día decidieras irle al Real Madrid, al siguiente al Atlético y un poco de tiempo después sos hincha del Getafe. Si esto te parece grave, imaginá lo que pensamos cada vez que alguien en el congreso se cambia de partido.

No sé cómo explicarte que nos estás haciendo quedar mal a más del 70% de la población. Porque aunque seas lo más alejado al pensamiento de la mayoría de jóvenes de este país, para bien o para mal estamos siendo representados por tu nombre en el congreso. Y sí, nosotros también nos equivocamos, decimos uno que otro comentario desacertado; pero te aseguro que asumiríamos diferente la responsabilidad. ¿Te parece lógico tener vacaciones después de “querer poner de rodillas” a alguien? ¿Qué pensarías si estuvieras afuera, si fueras un joven más?

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Te hiciste diputado a los 20 años, debías ir en tercer año de la Universidad. ¿Te graduaste? ¿Qué pensabas de ir a estudiar? ¿Qué clase se estudiante eras? Pues viendo tus acciones, las respuestas a estas preguntas vienen casi automáticamente. Te imagino como tantos de nosotros, levantándote temprano para poder ir a estudiar, desvelándote por un parcial, sin comer por terminar un proyecto. ¿No? Nunca fuiste así ¿verdad? Tenías otras prioridades, puedo imaginarlo muy bien.

Me llevás cuatro años. Tenés el trabajo que, por todas las razones equivocadas, varias personas en este país quieren tener. Ni siquiera eso, ¡¡Tenés trabajo!! ¿Sabés lo difícil que es conseguir uno? Sabés que podrías hacer algo por esto. ¿No? Da rabia porque has ganado más en un mes de lo que un joven promedio puede ganar en un año. No pensás en esto seguido, estoy casi segura porque si lo hicieras buscarías un país mejor para ser joven. Uno donde sepan que somos capaces porque tenemos ganas de demostrarlo. Uno donde la edad no tenga que ver con tantos estereotipos absurdos. Estereotipos que por culpa de gente como vos se siguen teniendo. Da hasta miedo escuchar tu nombre en las noticias porque uno cree que ya hiciste lo peor, pero ahí vas siempre dispuesto a sorprendernos. Creo que es hora de empezar a portarte a la altura de tu generación, de ponerla en alto y de luchar por ella. Podés hacer un cambio.

A Juan Manuel Giordano

Redacción
16 de abril, 2016

Me gustaría dejar por un lado la formalidad del cargo y hablar un poco en la forma que lo hago con las personas de mi edad. Antes que nada me encantaría saber qué fue lo que te llevo a querer ser diputado. Si todos sabemos que la política, en especial en este lugar, es una profesión compleja, una que pocos hacen por pasión, por amor al pueblo, por ganas de cambiar un país. La mayoría se va por los ceros en el cheque ¿Fue eso lo que te llevo hace cuatro años a ser diputado por primera vez? ¿Las ganas de cambiar el país o el cheque a fin de mes?

Quizá solo querías algo de fama “el diputado más joven” pero pasaste de eso a “el más transfuga” ¿Tenés una idea lo mal que se ve cuando alguien cambia de partido político? ¿Alguna vez lo pensaste? Sé que te encanta el fútbol y que le vas al Barsa, así que pondré un ejemplo claro: Ser transfuga es como si un día decidieras irle al Real Madrid, al siguiente al Atlético y un poco de tiempo después sos hincha del Getafe. Si esto te parece grave, imaginá lo que pensamos cada vez que alguien en el congreso se cambia de partido.

No sé cómo explicarte que nos estás haciendo quedar mal a más del 70% de la población. Porque aunque seas lo más alejado al pensamiento de la mayoría de jóvenes de este país, para bien o para mal estamos siendo representados por tu nombre en el congreso. Y sí, nosotros también nos equivocamos, decimos uno que otro comentario desacertado; pero te aseguro que asumiríamos diferente la responsabilidad. ¿Te parece lógico tener vacaciones después de “querer poner de rodillas” a alguien? ¿Qué pensarías si estuvieras afuera, si fueras un joven más?

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Te hiciste diputado a los 20 años, debías ir en tercer año de la Universidad. ¿Te graduaste? ¿Qué pensabas de ir a estudiar? ¿Qué clase se estudiante eras? Pues viendo tus acciones, las respuestas a estas preguntas vienen casi automáticamente. Te imagino como tantos de nosotros, levantándote temprano para poder ir a estudiar, desvelándote por un parcial, sin comer por terminar un proyecto. ¿No? Nunca fuiste así ¿verdad? Tenías otras prioridades, puedo imaginarlo muy bien.

Me llevás cuatro años. Tenés el trabajo que, por todas las razones equivocadas, varias personas en este país quieren tener. Ni siquiera eso, ¡¡Tenés trabajo!! ¿Sabés lo difícil que es conseguir uno? Sabés que podrías hacer algo por esto. ¿No? Da rabia porque has ganado más en un mes de lo que un joven promedio puede ganar en un año. No pensás en esto seguido, estoy casi segura porque si lo hicieras buscarías un país mejor para ser joven. Uno donde sepan que somos capaces porque tenemos ganas de demostrarlo. Uno donde la edad no tenga que ver con tantos estereotipos absurdos. Estereotipos que por culpa de gente como vos se siguen teniendo. Da hasta miedo escuchar tu nombre en las noticias porque uno cree que ya hiciste lo peor, pero ahí vas siempre dispuesto a sorprendernos. Creo que es hora de empezar a portarte a la altura de tu generación, de ponerla en alto y de luchar por ella. Podés hacer un cambio.