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Los papás de las niñas

Adriana Lopez
17 de junio, 2016

La celebración del día del padre de verdad es especial. Es el turno de complacer a aquellos que nunca nos dicen que quieren de regalo o nos piden cosas. Es la fiesta para los que menos celebración buscan y tanto merecen. Me imagino que miles de letras van a estar dedicadas hoy para halagar la labor de los papás. Yo por mi parte decidí que mis letras hoy serán una nota de agradecimiento para los papás que tienen una hija; algunos consejos para los que la tendrán y simples recuerdos para los que ya las vieron crecer.

Si, estas letras son ellos que se sorprendieron cuando la prueba de embarazo dio positiva y les temblaron las piernas. Para ellos que engordaron con los antojos de la esposa en el embarazo. Ellos que documentaron las primeras horas de vida de sus bebés mediante repetitivas fotos que al revelarse lucían iguales. Ellos también, que con el dolor de su corazón (y su nariz) cambiaron pañales y le enseñaron a esa bebé a decir sus primeras palabras o caminar.

Este es un agradecimiento a los papás que como el mío, se sentaron con su hija a jugar trastecitos y tomaron agua en tazas de porcelana miniatura. A aquellos que cuando se fueron de viaje por trabajo, volvieron con ropa de Barbie en la maleta y por qué no, un bebé de juguete también. Para esos que nos enseñaron a andar en bicicleta sin rueditas y nos dieron la mano cuando nos pusimos los patines para andar. Para los que se dejaron peinar, maquillar y masajear (esa etapa fundamental en la vida de cualquier niña).

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Gracias a los papás que nos llevaron al colegio todos los días, nos acompañaron a Juguetón las veces que necesitamos ir y se durmieron en nuestra cama los días que estuvimos enfermas. Gracias por que cuando llegó el momento de la adolescencia nos tuvieron más paciencia que las mamás y hasta fueron nuestros cómplices. Gracias por se que sentaron a vernos desfilar con todos los vestidos y nos dijeron con cual les parecía que lucíamos más bonitas y además un especial agradecimiento para aquellos que aunque sabían que en la casa habían mucha ropa guardada, se dejaron convencer con una sonrisa para comprarnos más.

Gracias porque nos hacen reír con sus ocurrencias, nos celan a su muy buen estilo y nos protegen. Gracias por las pláticas y los regalos con los que nos consienten. Gracias especiales a aquellos que nos transmitieron una pasión o un hobby. Y también gracias a los que nos enseñaron a leer, a soñar y a decir lo que pensamos. Gracias porque nos dejan expresar nuestras opiniones y la toman en cuenta; gracias también a aquellos que nos alientan a perseguir ese sueño que tenemos. Y aún más, gracias porque nos criaron de tal modo que nos dieron la libertad de tomar nuestras propias decisiones. Porque respetan nuestro libre albedrío y nos enseñan cada día a ser mujeres más independientes.

Ayer fue un día para celebrar la vida de los papás en nuestras familias. Y yo quiero que la fiesta se extienda un poquito más hasta hoy, para seguirles agradeciendo. Porque ser padre de una niña debe ser el doble de complicado y porque recae en sus hombros la responsabilidad de descubrir junto a nosotras todo un mundo nuevo. Gracias por querernos, cuidarnos y enseñarnos que valemos. El mundo necesita más papás como ustedes, papás que eduquen a sus hijas tan bien y a tal punto, que terminen sintiéndose orgullosos de ver como esas niñitas se convierten en mujeres valientes y brillantes.

Los papás de las niñas

Adriana Lopez
17 de junio, 2016

La celebración del día del padre de verdad es especial. Es el turno de complacer a aquellos que nunca nos dicen que quieren de regalo o nos piden cosas. Es la fiesta para los que menos celebración buscan y tanto merecen. Me imagino que miles de letras van a estar dedicadas hoy para halagar la labor de los papás. Yo por mi parte decidí que mis letras hoy serán una nota de agradecimiento para los papás que tienen una hija; algunos consejos para los que la tendrán y simples recuerdos para los que ya las vieron crecer.

Si, estas letras son ellos que se sorprendieron cuando la prueba de embarazo dio positiva y les temblaron las piernas. Para ellos que engordaron con los antojos de la esposa en el embarazo. Ellos que documentaron las primeras horas de vida de sus bebés mediante repetitivas fotos que al revelarse lucían iguales. Ellos también, que con el dolor de su corazón (y su nariz) cambiaron pañales y le enseñaron a esa bebé a decir sus primeras palabras o caminar.

Este es un agradecimiento a los papás que como el mío, se sentaron con su hija a jugar trastecitos y tomaron agua en tazas de porcelana miniatura. A aquellos que cuando se fueron de viaje por trabajo, volvieron con ropa de Barbie en la maleta y por qué no, un bebé de juguete también. Para esos que nos enseñaron a andar en bicicleta sin rueditas y nos dieron la mano cuando nos pusimos los patines para andar. Para los que se dejaron peinar, maquillar y masajear (esa etapa fundamental en la vida de cualquier niña).

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Gracias a los papás que nos llevaron al colegio todos los días, nos acompañaron a Juguetón las veces que necesitamos ir y se durmieron en nuestra cama los días que estuvimos enfermas. Gracias por que cuando llegó el momento de la adolescencia nos tuvieron más paciencia que las mamás y hasta fueron nuestros cómplices. Gracias por se que sentaron a vernos desfilar con todos los vestidos y nos dijeron con cual les parecía que lucíamos más bonitas y además un especial agradecimiento para aquellos que aunque sabían que en la casa habían mucha ropa guardada, se dejaron convencer con una sonrisa para comprarnos más.

Gracias porque nos hacen reír con sus ocurrencias, nos celan a su muy buen estilo y nos protegen. Gracias por las pláticas y los regalos con los que nos consienten. Gracias especiales a aquellos que nos transmitieron una pasión o un hobby. Y también gracias a los que nos enseñaron a leer, a soñar y a decir lo que pensamos. Gracias porque nos dejan expresar nuestras opiniones y la toman en cuenta; gracias también a aquellos que nos alientan a perseguir ese sueño que tenemos. Y aún más, gracias porque nos criaron de tal modo que nos dieron la libertad de tomar nuestras propias decisiones. Porque respetan nuestro libre albedrío y nos enseñan cada día a ser mujeres más independientes.

Ayer fue un día para celebrar la vida de los papás en nuestras familias. Y yo quiero que la fiesta se extienda un poquito más hasta hoy, para seguirles agradeciendo. Porque ser padre de una niña debe ser el doble de complicado y porque recae en sus hombros la responsabilidad de descubrir junto a nosotras todo un mundo nuevo. Gracias por querernos, cuidarnos y enseñarnos que valemos. El mundo necesita más papás como ustedes, papás que eduquen a sus hijas tan bien y a tal punto, que terminen sintiéndose orgullosos de ver como esas niñitas se convierten en mujeres valientes y brillantes.