La convulsión social en Guatemala está en uno de los puntos más altos desde hace mucho tiempo, los casos de alto impacto son tan numerosos, nunca antes vistos en un sistema de justicia que es evidente no está preparado para esta ola gigantesca de investigaciones, y de procesos del ente investigador que ponen en jaque a este sector.
Es clara la necesidad de perseguir a aquellos que presuntamente han cometido delitos, es necesario fortalecer el Estado de Derecho y con esto buscar la justicia, ya que solo con la misma, podremos encontrar la paz que tanto hace falta a los guatemaltecos, que claro se logrará solo con condiciones adecuadas para el desarrollo de la justicia.
Ahora la pregunta clave es la siguiente, ¿nuestro sector justicia está preparado para esto?, en lo personal creo que es una pregunta tal vez no difícil de contestar de forma frívola, con un simple no, pero tendremos que escudriñar más para darle un sentido razonable a la respuesta, en el caso del Ministerio Publico es evidente que su trabajo lo hace con la ayuda de la CICIG y que ha llevado a los guatemaltecos, a indignarnos por los hallazgos que se han puesto a la luz pública.
El Organismo Judicial y en este caso el juez de mayor riesgo B, Miguel Ángel Gálvez, está haciendo un esfuerzo grande en donde el mismo sistema penal guatemalteco no está preparado.
Recordemos entonces, la primera declaración de 57 sindicados cada uno con abogados defensores, en donde fue evidente que el espacio físico es la limitante más grande hasta el punto de solicitar la sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia, para que todos tuvieran un espacio, y claro esto aunado a los alegatos de sindicados y defensores.
A esto además hay que sumar los recursos procesales, que sin duda serán utilizados en este proceso que se prevé será largo y que escucharemos desde la violación a la presunción de inocencia, hasta el plantear acciones procesales constitucionales de Amparo, que seguro retardaran el proceso hasta un tiempo por el momento, indeterminable.
Estos dos actores tienen mucho que hacer, pero hay que ver los otros engranajes del sector justicia, como el sistema penitenciario, que tiene en su responsabilidad una bomba de tiempo, con el espacio y las instalaciones inadecuadas y que vuelven a dar de que hablar desde la instalación de casas de campaña, en el centro de detención Mariscal Zavala.
Recordemos que el sistema, se encuentra en un estado grave por el hacinamiento carcelario a nivel general, en donde son los mismos internos quienes tienen el control de todo, y que ha dado pie a uno de los casos más inéditos en donde no se sabe cuando y como se escaparon reos de uno de los centros de detención.
El sector justicia, está urgido de recursos que lo lleven a funcionar de la manera más adecuada, para lograr la verdadera justicia, ya que será la única forma en la que un pueblo que muere de hambre, que no tiene educación, salud, seguridad, obtenga la equidad esperada con la que se lograra desarrollo para los guatemaltecos.
La opinión expresada en este artículo es responsabilidad de su autor
La convulsión social en Guatemala está en uno de los puntos más altos desde hace mucho tiempo, los casos de alto impacto son tan numerosos, nunca antes vistos en un sistema de justicia que es evidente no está preparado para esta ola gigantesca de investigaciones, y de procesos del ente investigador que ponen en jaque a este sector.
Es clara la necesidad de perseguir a aquellos que presuntamente han cometido delitos, es necesario fortalecer el Estado de Derecho y con esto buscar la justicia, ya que solo con la misma, podremos encontrar la paz que tanto hace falta a los guatemaltecos, que claro se logrará solo con condiciones adecuadas para el desarrollo de la justicia.
Ahora la pregunta clave es la siguiente, ¿nuestro sector justicia está preparado para esto?, en lo personal creo que es una pregunta tal vez no difícil de contestar de forma frívola, con un simple no, pero tendremos que escudriñar más para darle un sentido razonable a la respuesta, en el caso del Ministerio Publico es evidente que su trabajo lo hace con la ayuda de la CICIG y que ha llevado a los guatemaltecos, a indignarnos por los hallazgos que se han puesto a la luz pública.
El Organismo Judicial y en este caso el juez de mayor riesgo B, Miguel Ángel Gálvez, está haciendo un esfuerzo grande en donde el mismo sistema penal guatemalteco no está preparado.
Recordemos entonces, la primera declaración de 57 sindicados cada uno con abogados defensores, en donde fue evidente que el espacio físico es la limitante más grande hasta el punto de solicitar la sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia, para que todos tuvieran un espacio, y claro esto aunado a los alegatos de sindicados y defensores.
A esto además hay que sumar los recursos procesales, que sin duda serán utilizados en este proceso que se prevé será largo y que escucharemos desde la violación a la presunción de inocencia, hasta el plantear acciones procesales constitucionales de Amparo, que seguro retardaran el proceso hasta un tiempo por el momento, indeterminable.
Estos dos actores tienen mucho que hacer, pero hay que ver los otros engranajes del sector justicia, como el sistema penitenciario, que tiene en su responsabilidad una bomba de tiempo, con el espacio y las instalaciones inadecuadas y que vuelven a dar de que hablar desde la instalación de casas de campaña, en el centro de detención Mariscal Zavala.
Recordemos que el sistema, se encuentra en un estado grave por el hacinamiento carcelario a nivel general, en donde son los mismos internos quienes tienen el control de todo, y que ha dado pie a uno de los casos más inéditos en donde no se sabe cuando y como se escaparon reos de uno de los centros de detención.
El sector justicia, está urgido de recursos que lo lleven a funcionar de la manera más adecuada, para lograr la verdadera justicia, ya que será la única forma en la que un pueblo que muere de hambre, que no tiene educación, salud, seguridad, obtenga la equidad esperada con la que se lograra desarrollo para los guatemaltecos.