Todos aquellos que pensaron en los placeres, en el bienestar y lujos seguros, en las sabrosas carnes, en sus banquetes, en sus deportes a costa de la miseria de un pueblo hoy son vilipendiados y sometidos al escrutinio popular si bien deben enfrentar el debido proceso propio de un Estado de Derecho.
Lo corrupto que brotaba a borbotones a flor de piel es evidente durante un largo periodo de administraciones públicas cuyo afán de enriquecerse hizo que convirtieran a la patria en su pedestal sin importan la hambruna, la enfermedad y la miseria de las grandes mayorías.
Me alegro de que Guatemala este en ese proceso sociológico de acomodamiento y que los procesos de clientelismo estén menguando. Obviamente faltan pezonavante calibre 90 que pasan hoy como personas honorables y respetables dentro del sistema financiero nacional y las industrias mercantilistas contrarias al libre mercado, el Estado de Derecho.
La persecución política ha dado paso a formas claras de llevar ante el escarnio público y luego ante las autoridades a verdaderos hampones que durante mucho tiempo han dañado la imagen de la verdadera ciudadanía fundamentada en valores con su abuso del erario del Estado disfrazando intereses particulares y siendo mecenas de la exorbitante falta de moralidad en el comportamiento hacia sus semejantes.
Los acontecimientos de los últimos días me han sobresaltado pero no han permitido que me exprese con laxitud sino con la energía necesaria para acometer contra aquellos en todos los ámbitos se han comportado como escoria social disfrazados de gente honorable y respetable.
Esa fisura, esa estrecha línea que marca el camino recto del emprendimiento individual se ha convertido en ese abismo que ha hecho de los guatemaltecos individuos atomizados, rencorosos y vengativos en todos los aspectos de la vida social.
Mi pensamiento es claro defender a la patria, sus instituciones y su gobernabilidad. Sin embargo ante tanta podredumbre creo que debe haber un mecanismo que separe la paja del trigo y que combata la impunidad del hampa guatemalteca.
Las frases del poeta cubano la patria es ara no pedestal, la libertad es el derecho que tienen las personas de acuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía,… es criminal quien sonríe al crimen, quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a su mesa; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.
En las acciones no encuentro ningún aire de sorpresa. Más bien encuentro esa paz el saber que podemos alzar la voz y que siguiendo las palabras del poeta Martí quien esconde por miedo su opinión, y como un crimen la oculta en el fondo de su pecho y con su ocultación favorece a los tiranos, es tan cobarde como el que en lo recio del combate vuelve grupas y abandona la lanza al enemigo.
Todos aquellos que pensaron en los placeres, en el bienestar y lujos seguros, en las sabrosas carnes, en sus banquetes, en sus deportes a costa de la miseria de un pueblo hoy son vilipendiados y sometidos al escrutinio popular si bien deben enfrentar el debido proceso propio de un Estado de Derecho.
Lo corrupto que brotaba a borbotones a flor de piel es evidente durante un largo periodo de administraciones públicas cuyo afán de enriquecerse hizo que convirtieran a la patria en su pedestal sin importan la hambruna, la enfermedad y la miseria de las grandes mayorías.
Me alegro de que Guatemala este en ese proceso sociológico de acomodamiento y que los procesos de clientelismo estén menguando. Obviamente faltan pezonavante calibre 90 que pasan hoy como personas honorables y respetables dentro del sistema financiero nacional y las industrias mercantilistas contrarias al libre mercado, el Estado de Derecho.
La persecución política ha dado paso a formas claras de llevar ante el escarnio público y luego ante las autoridades a verdaderos hampones que durante mucho tiempo han dañado la imagen de la verdadera ciudadanía fundamentada en valores con su abuso del erario del Estado disfrazando intereses particulares y siendo mecenas de la exorbitante falta de moralidad en el comportamiento hacia sus semejantes.
Los acontecimientos de los últimos días me han sobresaltado pero no han permitido que me exprese con laxitud sino con la energía necesaria para acometer contra aquellos en todos los ámbitos se han comportado como escoria social disfrazados de gente honorable y respetable.
Esa fisura, esa estrecha línea que marca el camino recto del emprendimiento individual se ha convertido en ese abismo que ha hecho de los guatemaltecos individuos atomizados, rencorosos y vengativos en todos los aspectos de la vida social.
Mi pensamiento es claro defender a la patria, sus instituciones y su gobernabilidad. Sin embargo ante tanta podredumbre creo que debe haber un mecanismo que separe la paja del trigo y que combata la impunidad del hampa guatemalteca.
Las frases del poeta cubano la patria es ara no pedestal, la libertad es el derecho que tienen las personas de acuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía,… es criminal quien sonríe al crimen, quien lo ve y no lo ataca; quien se sienta a su mesa; quien se sienta a la mesa de los que se codean con él o le sacan el sombrero interesado; quienes reciben de él el permiso de vivir.
En las acciones no encuentro ningún aire de sorpresa. Más bien encuentro esa paz el saber que podemos alzar la voz y que siguiendo las palabras del poeta Martí quien esconde por miedo su opinión, y como un crimen la oculta en el fondo de su pecho y con su ocultación favorece a los tiranos, es tan cobarde como el que en lo recio del combate vuelve grupas y abandona la lanza al enemigo.