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La gran oportunidad de fortalecer el sector justicia

Redacción
08 de junio, 2016

Los hechos de corrupción que constantemente han salido a luz ponen en evidencia el funcionamiento de varias estructuras paralelas que han capturado varios sectores del gobierno. La aplicación de la ley es el primer paso para construir un Estado de Derecho y esperemos que las sentencias absolutorias o condenatorias que procedan se dicten oportunamente.

Pero como he dicho en varias ocasiones: la corrupción no es la causa sino el síntoma de otro problema. Ese problema es sin duda nuestro deficiente diseño institucional. Una Constitución reconoce los derechos fundamentales que un gobierno debe respetar siempre, pero la misión de una Constitución solo se consigue al limitar el ejercicio del poder público.

Quizá nuestra Constitución falla en ciertas variables que deberían funcionar como contrapesos. Me queda claro que el actual sistema de designación de las grandes cortes es insuficiente para dotar de independencia al organismo judicial. Las comisiones de postulación han sido objeto de cooptación y las grandes cortes han sido capturadas por grupos de interés.

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La independencia judicial es meramente enunciativa en nuestra constitución pues las cortes parten de un punto inicial viciado dado su proceso de designación. El plazo de duración (5 años) tampoco les dota de independencia pues el horizonte temporal de la carrera de un magistrado es corto. No existe la carrera judicial prácticamente.

Hace unos meses surgió la iniciativa del Diálogo nacional hacia la reforma judicial que se impulsó por parte de los tres organismos del Estado. Espero que en dicha iniciativa se aborden los temas que antes señalo. Ya circula un documento base que se puede mejorar pero que está abordando los aspectos que son clave para la reforma judicial.

Ideal sería aumentar los plazos de duración de los cargos de los jueces en general. Creo que un sistema de jueces permanentes podría ser ideal para cambiar la estructura de incentivos y serviría para crear una verdadera carrera judicial. Esto debe acompañarse de una autoridad de promociones, sanciones y remociones, fuerte e independiente que se encargue de evaluar el desempeño de los jueces y magistrados.

A su vez es una oportunidad de oro para reformar el artículo 203 de la Constitución para reconocer con mayor claridad los arreglos que las partes puedan acordar vía mediación conciliación por supuesto a través de procesos arbitrales. Esto abriría una puerta de oportunidades para que muchos conflictos se ventilen de forma voluntaria fuera del organismo judicial de forma más expedita. Sería óptimo para atraer inversión y promover la inversión a nivel local.

La gran oportunidad de fortalecer el sector justicia

Redacción
08 de junio, 2016

Los hechos de corrupción que constantemente han salido a luz ponen en evidencia el funcionamiento de varias estructuras paralelas que han capturado varios sectores del gobierno. La aplicación de la ley es el primer paso para construir un Estado de Derecho y esperemos que las sentencias absolutorias o condenatorias que procedan se dicten oportunamente.

Pero como he dicho en varias ocasiones: la corrupción no es la causa sino el síntoma de otro problema. Ese problema es sin duda nuestro deficiente diseño institucional. Una Constitución reconoce los derechos fundamentales que un gobierno debe respetar siempre, pero la misión de una Constitución solo se consigue al limitar el ejercicio del poder público.

Quizá nuestra Constitución falla en ciertas variables que deberían funcionar como contrapesos. Me queda claro que el actual sistema de designación de las grandes cortes es insuficiente para dotar de independencia al organismo judicial. Las comisiones de postulación han sido objeto de cooptación y las grandes cortes han sido capturadas por grupos de interés.

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La independencia judicial es meramente enunciativa en nuestra constitución pues las cortes parten de un punto inicial viciado dado su proceso de designación. El plazo de duración (5 años) tampoco les dota de independencia pues el horizonte temporal de la carrera de un magistrado es corto. No existe la carrera judicial prácticamente.

Hace unos meses surgió la iniciativa del Diálogo nacional hacia la reforma judicial que se impulsó por parte de los tres organismos del Estado. Espero que en dicha iniciativa se aborden los temas que antes señalo. Ya circula un documento base que se puede mejorar pero que está abordando los aspectos que son clave para la reforma judicial.

Ideal sería aumentar los plazos de duración de los cargos de los jueces en general. Creo que un sistema de jueces permanentes podría ser ideal para cambiar la estructura de incentivos y serviría para crear una verdadera carrera judicial. Esto debe acompañarse de una autoridad de promociones, sanciones y remociones, fuerte e independiente que se encargue de evaluar el desempeño de los jueces y magistrados.

A su vez es una oportunidad de oro para reformar el artículo 203 de la Constitución para reconocer con mayor claridad los arreglos que las partes puedan acordar vía mediación conciliación por supuesto a través de procesos arbitrales. Esto abriría una puerta de oportunidades para que muchos conflictos se ventilen de forma voluntaria fuera del organismo judicial de forma más expedita. Sería óptimo para atraer inversión y promover la inversión a nivel local.