Hoy inauguré este nombre de los juegos Glolímpicos. Le puse así a esta inmensa actividad que está sucediendo ahora mismo en Brasil porque de verdad, cada vez que veo una competencia en algún medio lo primero que viene a mi mente es la globalización.

El increíble McLuhan dijo alguna vez, que el mundo se convertiría en una aldea global. O sea que, cada vez más seríamos todos pertenecientes a un planeta que a pesar de su gran tamaño, estaría muy conectado entre sí. La clave de ésta aldea global, sería que las personas nos apropiaríamos de acontecimientos mundiales. En palabras más sencillas, que lo que pasa en el mundo nos agobie o nos alegre a tal punto de parecer una situación personal.

¿Y qué pasa con los juegos olímpicos? Que frente al televisor estoy viendo con emoción la competencia de los nadadores, aunque yo no se nadar. Que alguien más se alegra porque un atleta ganó la medalla de oro, aunque no es de su país ni le conoce. Que nos consternamos con la lesión del atleta francés, nos ponemos a ver el tema de la gimnasta mexicana y terminamos hablando de Phelps.

Es increíble que nos encontremos a mitad de un día como hoy, hablando de éstos atletas y haciéndolo de una manera tan cercana, como si todos fuésemos parte de lo mismo. Esto trae sus pros y sus contras. Digamos que en primera instancia, tal vez a quienes están haciendo y deshaciendo con la situación de nuestro país, les encanta que estemos entretenidos en otras cosas para que dejemos de ponerles el ojo las 24 horas del día.

Pero por otro lado, que es el que me gusta a mi, me encanta que en los Juegos Olímpicos no se sienta un ambiente tan tenso como el que se vive a diario en el planeta. Los Juegos Olímpicos, el mundial, el deporte en sí, siempre le da un respiro al mundo y permite que los espectadores y los deportistas nos podamos unir y seamos felices celebrando y admirando. Por que si nosotros no ganamos medalla, estamos por lo menos emocionados de tener un atleta que nos represente. Si otro país o atleta gana, nos alegramos también y aprendemos a admirar la disciplina en que se destaca y en los otro casos, como Michael Phelps, pues terminamos felices también porque un ser humano, uno como nosotros, hace cosas increíbles.

Para finalizar, sólo quería manifestar lo feliz que me hace que en esta actividad podamos estar disfrutando de ver el desempeño de los atletas mientras dejamos de lado todos los problemas que existen entre los países y que por contada vez en el año, no importa de que país seas, podés entender que hay algo que a todos los seres humanos nos une y es la pasión de darlo todo en eso para lo que somos buenos.