Hace ya un par de semanas, en todos los medios de comunicación, incluyendo las columnas de opinión, el bombazo del momento, es el anuncio del Ejecutivo y del Legislativo sobre aumentar impuestos. Que si son aumentos a la minería, que al cemento o a los celulares, que es a la gasolina, que mejor a las bebidas alcohólicas, que al IVA, que al ISR, que a esto, que a otro.
Hoy me uno a la mayoría de columnistas –de todas las ideologías-, como voz de distintos sectores de la sociedad, en un contundente #NoMasImpuestos.
Si la recaudación es talla “S”, no se puede de ninguna forma, hacer un presupuesto talla “XXL”. Este es un principio económico que lo comprende hasta el más humilde comerciante del pueblo más remoto de Guatemala. Y no quiero redundar en lo que tanto se ha escrito, sobre el destino que le dan a lo recaudado, sobre el “hueveo”, sobre la irresponsabilidad de los gobernantes, que es mejor reducir el Estado y el gasto público, que se cobre impuestos a los que no pagan, a los de la economía informal, etc, etc, etc.
En uno de mis últimos artículos escribía sobre que al Presidente le querían mover la silla. Ahora siento que él mismo ya no la quiere. Simplemente está haciéndolo todo para que el Pueblo de Guatemala pida su cabeza en la Plaza. Y es que a ningún ciudadano libre le gusta que le metan la mano en el bolsillo para sacarle hasta el último centavo, más cuando es bajo engaño y a la fuerza.
Me encanta traer a colación sucesos históricos nacionales y universales y hacer las respectivas comparaciones a lo que sucede hoy. Por ejemplo, la Independencia de los EEUU de 1776. La causa inmediata de tal conflicto fue el injusto trato que Inglaterra infligía a los colonos, ya que éstos aportaban riquezas e impuestos a la Corona pero no tenían los medios para decidir sobre dichos impuestos, por lo que se sentían marginados y no representados. ¿Alguna similitud al estado actual de las cosas por estas tierras?
Escogimos al Presidente Jimmy Morales y a los actuales diputados para que nos representaran. Pero parece que nadie en el Ejecutivo y Legislativo se da cuenta de que al querer subir e imponer nuevos impuestos, lejos de representarnos, nos están atacando y socavando nuestra ya de por sí, frágil economía familiar, y el Pueblo de Guatemala ya no se va a dejar.
Adolf Hitler y Joseph Goebbels, en los últimos momentos de sus miserables “nacionalsocialistas vidas”, bajo el búnker de la Cancillería, manifestaron ambos en sus testamentos, algo así como que era responsabilidad del Pueblo Alemán, el haberlos elegido a ellos y que ahora se aguantaran “le hicieran ganas” y que sufrieran las consecuencias de haber perdido la guerra, incluso con la destrucción total.
¿Qué no se dan cuenta el Presi y los diputados de que Guatemala ya cambió desde abril de 2015 y estamos dispuestos a oponernos férreamente a un asalto y robo como el que pretenden realizar en nuestra contra? Nosotros no sucumbiremos bajo las ruinas de Berlín, antes de eso, se tendrán que ir algunos incompetentes de los cargos para los que fueron electos.
Y para colmo, hoy en la actividad “Orar Por La Paz De Guatemala”, que por cierto, es un show fariseo de mostrarse ante el mundo como devotos cristianos y grandes hombres (no se a usted pero a mí me enseñaron a rezar a solas) nuestro flamante Primer Mandatario rompe en llanto – ¿Qué dirán de esto Winston Churchill y Donald Reagan desde el más allá?-. ¡Hombre! ¡Si no se trata de llorar, sino de ejercer con responsabilidad el mandato que se le ha otorgado! Se trata de cumplir con la Constitución y las leyes, representar la Unidad Nacional y alcanzar la consecución del Bien Común. Pero de eso nada. Al mismo tiempo de los desafortunados llantos, transportistas bloqueaban la Calzada Roosevelt y las “autoridades” en gallo.
“No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre“. Dicen que así reprimió a su hijo, la Reina Aixa, madre de Boabdil “El Desdichado”, cuando éste rindió Granada a los Reyes Católicos. Eran las tres de la tarde del 2 de enero de 1492.
El 20 de agosto de 2016, a las tres de la tarde, les reprenderemos en la Plaza…
República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo
Hace ya un par de semanas, en todos los medios de comunicación, incluyendo las columnas de opinión, el bombazo del momento, es el anuncio del Ejecutivo y del Legislativo sobre aumentar impuestos. Que si son aumentos a la minería, que al cemento o a los celulares, que es a la gasolina, que mejor a las bebidas alcohólicas, que al IVA, que al ISR, que a esto, que a otro.
Hoy me uno a la mayoría de columnistas –de todas las ideologías-, como voz de distintos sectores de la sociedad, en un contundente #NoMasImpuestos.
Si la recaudación es talla “S”, no se puede de ninguna forma, hacer un presupuesto talla “XXL”. Este es un principio económico que lo comprende hasta el más humilde comerciante del pueblo más remoto de Guatemala. Y no quiero redundar en lo que tanto se ha escrito, sobre el destino que le dan a lo recaudado, sobre el “hueveo”, sobre la irresponsabilidad de los gobernantes, que es mejor reducir el Estado y el gasto público, que se cobre impuestos a los que no pagan, a los de la economía informal, etc, etc, etc.
En uno de mis últimos artículos escribía sobre que al Presidente le querían mover la silla. Ahora siento que él mismo ya no la quiere. Simplemente está haciéndolo todo para que el Pueblo de Guatemala pida su cabeza en la Plaza. Y es que a ningún ciudadano libre le gusta que le metan la mano en el bolsillo para sacarle hasta el último centavo, más cuando es bajo engaño y a la fuerza.
Me encanta traer a colación sucesos históricos nacionales y universales y hacer las respectivas comparaciones a lo que sucede hoy. Por ejemplo, la Independencia de los EEUU de 1776. La causa inmediata de tal conflicto fue el injusto trato que Inglaterra infligía a los colonos, ya que éstos aportaban riquezas e impuestos a la Corona pero no tenían los medios para decidir sobre dichos impuestos, por lo que se sentían marginados y no representados. ¿Alguna similitud al estado actual de las cosas por estas tierras?
Escogimos al Presidente Jimmy Morales y a los actuales diputados para que nos representaran. Pero parece que nadie en el Ejecutivo y Legislativo se da cuenta de que al querer subir e imponer nuevos impuestos, lejos de representarnos, nos están atacando y socavando nuestra ya de por sí, frágil economía familiar, y el Pueblo de Guatemala ya no se va a dejar.
Adolf Hitler y Joseph Goebbels, en los últimos momentos de sus miserables “nacionalsocialistas vidas”, bajo el búnker de la Cancillería, manifestaron ambos en sus testamentos, algo así como que era responsabilidad del Pueblo Alemán, el haberlos elegido a ellos y que ahora se aguantaran “le hicieran ganas” y que sufrieran las consecuencias de haber perdido la guerra, incluso con la destrucción total.
¿Qué no se dan cuenta el Presi y los diputados de que Guatemala ya cambió desde abril de 2015 y estamos dispuestos a oponernos férreamente a un asalto y robo como el que pretenden realizar en nuestra contra? Nosotros no sucumbiremos bajo las ruinas de Berlín, antes de eso, se tendrán que ir algunos incompetentes de los cargos para los que fueron electos.
Y para colmo, hoy en la actividad “Orar Por La Paz De Guatemala”, que por cierto, es un show fariseo de mostrarse ante el mundo como devotos cristianos y grandes hombres (no se a usted pero a mí me enseñaron a rezar a solas) nuestro flamante Primer Mandatario rompe en llanto – ¿Qué dirán de esto Winston Churchill y Donald Reagan desde el más allá?-. ¡Hombre! ¡Si no se trata de llorar, sino de ejercer con responsabilidad el mandato que se le ha otorgado! Se trata de cumplir con la Constitución y las leyes, representar la Unidad Nacional y alcanzar la consecución del Bien Común. Pero de eso nada. Al mismo tiempo de los desafortunados llantos, transportistas bloqueaban la Calzada Roosevelt y las “autoridades” en gallo.
“No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre“. Dicen que así reprimió a su hijo, la Reina Aixa, madre de Boabdil “El Desdichado”, cuando éste rindió Granada a los Reyes Católicos. Eran las tres de la tarde del 2 de enero de 1492.
El 20 de agosto de 2016, a las tres de la tarde, les reprenderemos en la Plaza…
República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo