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La peor evasión

María Dolores Arias
30 de agosto, 2016

“Quisiera que desapareciera el discurso de que sube el combustible… suben los productos” fueron algunas de las declaraciones del presidente Jimmy Morales durante la entrega de un reconocimiento. Cuando lo leí pensé…y yo quisiera poder comer todo lo que se me antoje y no subir de peso, y si de querer se trata, también quisiera cargar todo lo que quiera a mi tarjeta de crédito y que después desaparecieran los cargos.
Pero al final la realidad se impone, ni puedo comer en exceso sin subir de peso, ni gastar de más sin tener que pagarlo. Así que esos deseos se quedan en eso, en sólo anhelos. Y ante semejantes pretensiones surge la pregunta ¿cuál es la peor evasión? Si está bien “educado” por el Estado, la respuesta instantánea sería la evasión fiscal. Pero si lo piensa más detenidamente la peor evasión no es la fiscal, aunque eso sea lo que nos digan los burócratas casi todos los días. La peor evasión es la de la realidad.
En situaciones traumáticas son un mecanismo de protección temporal para poder afrontrar posteriormente la realidad. Sin embargo, por lo general, es un forma de evitar enfrentar las cosas tal como son y asumir la responsabilidad de aceptarlas y actuar en consecuencia.
Evadir la realidad es ignorar lo que sucede o, peor aún, pretender que las cosas son diferentes de lo que son en realidad. Es creer que se puede burlar la ley de causalidad. Evadir la realidad es una decisión desastrosa, que en casos extremos puede poner en riesgo su propia vida, y en el menor de los males puede enfrentar muchas dificultades para lograr sus fines.
El presidente Morales, al pretender desaparecer el discurso “suben los combustibles, suben los productos”, quiere ignorar las consecuencias de aumentar los impuestos. Parece que quisiera, con tan sólo desearlo, desaparecer la evidencia de lo que sucede cuando se aumentan los impuestos, y eso, por más que lo desee, no es posible.
Así como tampoco es posible desaparecer la evidencia del mal uso de los impuestos que hacen los burócratas, no sólo de este gobierno sino también de los anteriores; de la poca disposición para cambiar el sistema de incentivos perversos que heredó de gobiernos anteriores.
Tampoco debiera evadir el hecho de que su gobierno inició con altas expectativas y con el apoyo para hacer cambios que permitieran a los guatemaltecos mejorar su calidad de vida. De lo que muy poco, por no decir nada, se ha logrado.
Vivir apegado a la realidad es una decisión consciente que en lo individual entendemos sus beneficios, no así quienes viven de mentiras, promesas y del logro ajeno. Evadir que viven del esfuerzo de otros es necesario para poder mantener su estilo de vida.
Es importante identificar la realidad para que cuando nos intenten confundir con discursos demagogos, buenos deseos y propuestas populistas, las logremos identificar y comprender porqué no son posibles. Algo así como cuando el presidente Morales asegura que subir impuestos no afectarán nuestros ingresos y que ahora sí se gastarán bien, utilizando los mismos mecanismos de gobiernos anteriores.

@Md30
Facebook.com/Mda30

República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo

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La peor evasión

María Dolores Arias
30 de agosto, 2016

“Quisiera que desapareciera el discurso de que sube el combustible… suben los productos” fueron algunas de las declaraciones del presidente Jimmy Morales durante la entrega de un reconocimiento. Cuando lo leí pensé…y yo quisiera poder comer todo lo que se me antoje y no subir de peso, y si de querer se trata, también quisiera cargar todo lo que quiera a mi tarjeta de crédito y que después desaparecieran los cargos.
Pero al final la realidad se impone, ni puedo comer en exceso sin subir de peso, ni gastar de más sin tener que pagarlo. Así que esos deseos se quedan en eso, en sólo anhelos. Y ante semejantes pretensiones surge la pregunta ¿cuál es la peor evasión? Si está bien “educado” por el Estado, la respuesta instantánea sería la evasión fiscal. Pero si lo piensa más detenidamente la peor evasión no es la fiscal, aunque eso sea lo que nos digan los burócratas casi todos los días. La peor evasión es la de la realidad.
En situaciones traumáticas son un mecanismo de protección temporal para poder afrontrar posteriormente la realidad. Sin embargo, por lo general, es un forma de evitar enfrentar las cosas tal como son y asumir la responsabilidad de aceptarlas y actuar en consecuencia.
Evadir la realidad es ignorar lo que sucede o, peor aún, pretender que las cosas son diferentes de lo que son en realidad. Es creer que se puede burlar la ley de causalidad. Evadir la realidad es una decisión desastrosa, que en casos extremos puede poner en riesgo su propia vida, y en el menor de los males puede enfrentar muchas dificultades para lograr sus fines.
El presidente Morales, al pretender desaparecer el discurso “suben los combustibles, suben los productos”, quiere ignorar las consecuencias de aumentar los impuestos. Parece que quisiera, con tan sólo desearlo, desaparecer la evidencia de lo que sucede cuando se aumentan los impuestos, y eso, por más que lo desee, no es posible.
Así como tampoco es posible desaparecer la evidencia del mal uso de los impuestos que hacen los burócratas, no sólo de este gobierno sino también de los anteriores; de la poca disposición para cambiar el sistema de incentivos perversos que heredó de gobiernos anteriores.
Tampoco debiera evadir el hecho de que su gobierno inició con altas expectativas y con el apoyo para hacer cambios que permitieran a los guatemaltecos mejorar su calidad de vida. De lo que muy poco, por no decir nada, se ha logrado.
Vivir apegado a la realidad es una decisión consciente que en lo individual entendemos sus beneficios, no así quienes viven de mentiras, promesas y del logro ajeno. Evadir que viven del esfuerzo de otros es necesario para poder mantener su estilo de vida.
Es importante identificar la realidad para que cuando nos intenten confundir con discursos demagogos, buenos deseos y propuestas populistas, las logremos identificar y comprender porqué no son posibles. Algo así como cuando el presidente Morales asegura que subir impuestos no afectarán nuestros ingresos y que ahora sí se gastarán bien, utilizando los mismos mecanismos de gobiernos anteriores.

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