En el antiguo camino que de la ciudad de Guatemala iba hacia el Sur, al este del río Michatoya se encontraba el pueblo de San Pedro Mártir a orilla de la carretera que iba a Iztapa. La aldea pertenecía al floreciente departamento de Amatitlán. Durante el siglo XIX este departamento era una de las zonas más productivas de Guatemala. Al disolverse el Departamento de Amatitlán la aldea y sus famosas grutas pasaron a formar parte de Escuintla con todo y el municipio de Palín.
Su aldea y gruta era recorrido maravilloso y familias hacían el viaje desde Antigua Guatemala, la ciudad capital para disfrutar la majestuosa cascada que John Lloyd Stephens que estuvo en Guatemala de en 1838 la describe como uno de los espectáculos naturales más maravillosos del mundo. La catarata de 200 pies de altura no solo servía de distracción sino movía uno de los importantes molinos de azúcar del país.
Don Francisco Antonio de Fuentes de Guzmán, el poeta Rafael Landívar, Domingo Juarros describen tanto el pueblo como la aldea. En 1880 había 214 habitantes, dos escuelas primarias y una producción agrícola y azucarera de suma importancia.
Johnny Weissmüller filmó en 1934 una de las primeras producciones cinematográficas precisamente en Amatitlán y se le ve en la película Tarzán saltando de la gruta de San Pedro Mártir.
Hoy, 2016 muchos ven Amatitlán sin la gloria y el esplendor de más de tres siglos. Ven un lago contaminado, delincuencia y una cantidad de problemas sociales. Eso se puede cambiar en el siglo XXI surgieron una cantidad de nuevos productos comerciales agroindustriales que pueden darle no solo a Amatitlán sino a todo el país el esplendor que causó en propios y extraños por tres siglos.
La palma de aceite es una planta de humedales, sus derivados se usan en muchos productos de consumo diario en Guatemala y el mundo. Su hábitat natural son zonas que ahora en nuestro pesimismo se consideran irrecuperables como el lago Amatitlán, los vertederos de basura y contaminantes que producen guatemaltecos irresponsables al verter sobre las correntías y ríos los desechos que produce.
En lugar de lamentarnos y enfrentarnos unos a otros y sin soluciones mágicas como las propuestas por el Estado con su agua mágica para limpiar el lago, los guatemaltecos podemos iniciar una verdadera tarea turística, productiva que cambie nuestros basureros por las mejores zonas productivas de Guatemala.
Si Amatitlán fue el principal sitio turístico, cinematográfico y productivo del país puede resurgir y darles a su pueblo y su gente el esplendor del trabajo productivo. Tengamos vocación y espíritu de trabajo y todas las demás cosas que anhelamos para nosotros y nuestras familias vendrán por añadidura.
Súmense a este esfuerzo, cada caserío, cada aldea, cada pueblo, cada ciudad de Guatemala y pronto sin arte de magia tendremos una Guatemala próspera con una vocación que nos caracteriza conservar nuestras tradiciones pero estar abiertos a los cambios y la tecnología de primer nivel en el mundo.
República.gt es ajena a la opinión expresada en este artículo
En el antiguo camino que de la ciudad de Guatemala iba hacia el Sur, al este del río Michatoya se encontraba el pueblo de San Pedro Mártir a orilla de la carretera que iba a Iztapa. La aldea pertenecía al floreciente departamento de Amatitlán. Durante el siglo XIX este departamento era una de las zonas más productivas de Guatemala. Al disolverse el Departamento de Amatitlán la aldea y sus famosas grutas pasaron a formar parte de Escuintla con todo y el municipio de Palín.
Su aldea y gruta era recorrido maravilloso y familias hacían el viaje desde Antigua Guatemala, la ciudad capital para disfrutar la majestuosa cascada que John Lloyd Stephens que estuvo en Guatemala de en 1838 la describe como uno de los espectáculos naturales más maravillosos del mundo. La catarata de 200 pies de altura no solo servía de distracción sino movía uno de los importantes molinos de azúcar del país.
Don Francisco Antonio de Fuentes de Guzmán, el poeta Rafael Landívar, Domingo Juarros describen tanto el pueblo como la aldea. En 1880 había 214 habitantes, dos escuelas primarias y una producción agrícola y azucarera de suma importancia.
Johnny Weissmüller filmó en 1934 una de las primeras producciones cinematográficas precisamente en Amatitlán y se le ve en la película Tarzán saltando de la gruta de San Pedro Mártir.
Hoy, 2016 muchos ven Amatitlán sin la gloria y el esplendor de más de tres siglos. Ven un lago contaminado, delincuencia y una cantidad de problemas sociales. Eso se puede cambiar en el siglo XXI surgieron una cantidad de nuevos productos comerciales agroindustriales que pueden darle no solo a Amatitlán sino a todo el país el esplendor que causó en propios y extraños por tres siglos.
La palma de aceite es una planta de humedales, sus derivados se usan en muchos productos de consumo diario en Guatemala y el mundo. Su hábitat natural son zonas que ahora en nuestro pesimismo se consideran irrecuperables como el lago Amatitlán, los vertederos de basura y contaminantes que producen guatemaltecos irresponsables al verter sobre las correntías y ríos los desechos que produce.
En lugar de lamentarnos y enfrentarnos unos a otros y sin soluciones mágicas como las propuestas por el Estado con su agua mágica para limpiar el lago, los guatemaltecos podemos iniciar una verdadera tarea turística, productiva que cambie nuestros basureros por las mejores zonas productivas de Guatemala.
Si Amatitlán fue el principal sitio turístico, cinematográfico y productivo del país puede resurgir y darles a su pueblo y su gente el esplendor del trabajo productivo. Tengamos vocación y espíritu de trabajo y todas las demás cosas que anhelamos para nosotros y nuestras familias vendrán por añadidura.
Súmense a este esfuerzo, cada caserío, cada aldea, cada pueblo, cada ciudad de Guatemala y pronto sin arte de magia tendremos una Guatemala próspera con una vocación que nos caracteriza conservar nuestras tradiciones pero estar abiertos a los cambios y la tecnología de primer nivel en el mundo.
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