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Mafias y dictaduras sindicales (Parte 2)

Redacción
06 de agosto, 2016

Durante la semana recién pasada fueron noticia los bloqueos de carreteras, marchas de supuestos campesinos y planteamiento de demandas por parte de los sindicatos más beligerantes y que más presupuesto y prebendas tienen asignadas, como los de Salud y Educación. Estas organizaciones se alejaron de su objetivo inicial de defender los derechos de los trabajadores y hoy, en la práctica, operan como mafias. Los sindicatos del gobierno son verdaderos cárteles dedicados al chantaje y extorsión para obtener asignaciones multimillonarias de los impuestos de los guatemaltecos y que, lejos de invertirse en Seguridad o Justicia que tanto se necesitan, terminan en el bolsillo de dictadorzuelos disfrazados de dirigentes que sin trabajar ni un solo día se vuelven magnates y terratenientes de la noche a la mañana, les pagamos vehículos, gasolina, celular, hasta guardaespaldas para que no les pase nada a los “angelitos”.

El objetivo real de estos seudolíderes al llevar a cabo estas manifestaciones ilegales, es quedar impunes de las acciones que realizan por ambición al dinero fácil, pero también conseguir más privilegios para sus caudillos, copar espacios de poder discrecional de forma vitalicia al mejor estilo de los dictadores totalitarios. Los ejemplos sobran y en la primera parte de este artículo publicada hace algunos meses, describí la forma como operan algunas organizaciones sindicales, pero no son las únicas. Por la importancia que reviste al ser uno de los Organismos del Estado, me enfocaré en un efímero sindicato en formación en el Congreso de la República.

Recientemente ocurrieron dos situaciones que tienen relación directa con el Organismo Legislativo. La primera es que el presidente de esa institución del Estado, el diputado Mario Taracena, denunció el Pacto Colectivo suscrito con los sindicatos, con el objetivo que sea declarado nulo. El segundo es la destitución, con causa justificada, del conserje Michael Vásquez quien con tan sólo 22 años -y Q17,000 de salario- trató ilegal e infructuosamente de inscribir un tercer sindicato dentro del Congreso.

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He tenido acceso a la denuncia penal planteada en el Ministerio Público e identificada con el correlativo MP 001-2015-12958, la cual fue presentada por el Director General de Trabajo, licenciado Mario Iván Alfaro Villela, y que acusa, entre otros, al joven aspirante a dirigente sindical Michael Mauricio Vásquez Sical, por los delitos de falsedad material, falsedad ideológica, falsificación de documentos, calumnia, coacción y amenazas. Aquí pregunto: ¿Habrá algo real o todo es falso en este delincuente “presunto”, que hace parecer a Joviel Acevedo como un monaguillo de la Catedral? Porque parece que le gustan firmas, nombres y documentos falsos para encubrir sus fechorías…

La denuncia a la que hago referencia registra el testimonio que transcribo a continuación: “El día 10 de julio del 2,014, el señor Jorge Humberto Grijalva Asmitia (SIC), -en su propio nombre y en el de otras personas agraviadas más- presentó un memorial por el cual pedía, en nombre de todos los presentados, su desvinculación al movimiento de formación del Sindicato de Trabajadores Unidos del Congreso de la República… los presentados, bajo juramento de decir la verdad, ante el notario Jony César Javier Moreira Cabrera,  declararon estar sorprendidos de enterarse que su nombre había sido utilizado para intentar la formación del Sindicato de Trabajadores Unidos del Congreso de la República, así como que sus nombres fueron utilizados ‘sin nuestro consentimiento’; y que es totalmente falso que ellos hubiesen estado presentes en la celebración de la Asamblea de constitución del citado Sindicato; que las firmas que aparecen en unas hojas de papel bond, y que forman parte del acta de constitución del Sindicato, no son de su autoría y no fueron puestas por ellos; manifestando también que no aceptan haber sido electos como miembros del Comité Ejecutivo del sindicato, y que ‘no hemos consentido, ni aceptado el nombramiento de dichos cargos, lo cual rechazamos’.” Fin de la cita.

Las pruebas están a la vista, los testimonios y partes agraviadas por las mentiras de Michael Vásquez también, al igual que los dictámenes institucionales del Ministerio de Trabajo; lo que faltan son las acciones del Ministerio Público para capturarlo y ponerlo a disposición de los tribunales correspondientes, sin privilegios ni trato especial. Pero hay algo más y, según me temo, este tipo de personas al verse acorralados serán capaces de poner a su propia madre como escudo con tal de salvarse. Un mentiroso con evidentes complejos de superioridad como Vásquez Sical es predecible, y seguramente recurrirá a implicar a otros, delatar cómplices y acusar a inocentes incluso, para así deslindarse de responsabilidades que solamente sus actos le generaron.

Los guatemaltecos estamos hartos de los abusos de los sindicatos y grupos de vividores similares. Ya no toleramos más corrupción y todos los que pretenden enriquecerse ilegítimamente de nuestros impuestos, deben ser investigados y enjuiciados sin importar que vengan de un sindicato, ONG, empresa o entidad de gobierno.

La historia y los ciudadanos juzgaremos su imparcialidad y eficacia señora fiscal general Thelma Aldana, no lo olvide.

Mafias y dictaduras sindicales (Parte 2)

Redacción
06 de agosto, 2016

Durante la semana recién pasada fueron noticia los bloqueos de carreteras, marchas de supuestos campesinos y planteamiento de demandas por parte de los sindicatos más beligerantes y que más presupuesto y prebendas tienen asignadas, como los de Salud y Educación. Estas organizaciones se alejaron de su objetivo inicial de defender los derechos de los trabajadores y hoy, en la práctica, operan como mafias. Los sindicatos del gobierno son verdaderos cárteles dedicados al chantaje y extorsión para obtener asignaciones multimillonarias de los impuestos de los guatemaltecos y que, lejos de invertirse en Seguridad o Justicia que tanto se necesitan, terminan en el bolsillo de dictadorzuelos disfrazados de dirigentes que sin trabajar ni un solo día se vuelven magnates y terratenientes de la noche a la mañana, les pagamos vehículos, gasolina, celular, hasta guardaespaldas para que no les pase nada a los “angelitos”.

El objetivo real de estos seudolíderes al llevar a cabo estas manifestaciones ilegales, es quedar impunes de las acciones que realizan por ambición al dinero fácil, pero también conseguir más privilegios para sus caudillos, copar espacios de poder discrecional de forma vitalicia al mejor estilo de los dictadores totalitarios. Los ejemplos sobran y en la primera parte de este artículo publicada hace algunos meses, describí la forma como operan algunas organizaciones sindicales, pero no son las únicas. Por la importancia que reviste al ser uno de los Organismos del Estado, me enfocaré en un efímero sindicato en formación en el Congreso de la República.

Recientemente ocurrieron dos situaciones que tienen relación directa con el Organismo Legislativo. La primera es que el presidente de esa institución del Estado, el diputado Mario Taracena, denunció el Pacto Colectivo suscrito con los sindicatos, con el objetivo que sea declarado nulo. El segundo es la destitución, con causa justificada, del conserje Michael Vásquez quien con tan sólo 22 años -y Q17,000 de salario- trató ilegal e infructuosamente de inscribir un tercer sindicato dentro del Congreso.

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La denuncia a la que hago referencia registra el testimonio que transcribo a continuación: “El día 10 de julio del 2,014, el señor Jorge Humberto Grijalva Asmitia (SIC), -en su propio nombre y en el de otras personas agraviadas más- presentó un memorial por el cual pedía, en nombre de todos los presentados, su desvinculación al movimiento de formación del Sindicato de Trabajadores Unidos del Congreso de la República… los presentados, bajo juramento de decir la verdad, ante el notario Jony César Javier Moreira Cabrera,  declararon estar sorprendidos de enterarse que su nombre había sido utilizado para intentar la formación del Sindicato de Trabajadores Unidos del Congreso de la República, así como que sus nombres fueron utilizados ‘sin nuestro consentimiento’; y que es totalmente falso que ellos hubiesen estado presentes en la celebración de la Asamblea de constitución del citado Sindicato; que las firmas que aparecen en unas hojas de papel bond, y que forman parte del acta de constitución del Sindicato, no son de su autoría y no fueron puestas por ellos; manifestando también que no aceptan haber sido electos como miembros del Comité Ejecutivo del sindicato, y que ‘no hemos consentido, ni aceptado el nombramiento de dichos cargos, lo cual rechazamos’.” Fin de la cita.

Las pruebas están a la vista, los testimonios y partes agraviadas por las mentiras de Michael Vásquez también, al igual que los dictámenes institucionales del Ministerio de Trabajo; lo que faltan son las acciones del Ministerio Público para capturarlo y ponerlo a disposición de los tribunales correspondientes, sin privilegios ni trato especial. Pero hay algo más y, según me temo, este tipo de personas al verse acorralados serán capaces de poner a su propia madre como escudo con tal de salvarse. Un mentiroso con evidentes complejos de superioridad como Vásquez Sical es predecible, y seguramente recurrirá a implicar a otros, delatar cómplices y acusar a inocentes incluso, para así deslindarse de responsabilidades que solamente sus actos le generaron.

Los guatemaltecos estamos hartos de los abusos de los sindicatos y grupos de vividores similares. Ya no toleramos más corrupción y todos los que pretenden enriquecerse ilegítimamente de nuestros impuestos, deben ser investigados y enjuiciados sin importar que vengan de un sindicato, ONG, empresa o entidad de gobierno.

La historia y los ciudadanos juzgaremos su imparcialidad y eficacia señora fiscal general Thelma Aldana, no lo olvide.